Por Verónica Balderas Iglesias, CNN
Me disponía a editar un informe sobre el Salafismo en Egipto cuando el “twit” de la activista Leila Abou Ragab (loolyez) , escrito el domingo 23 de octubre, llamó mi atención: “Odio a los políticos Hermanos Musulmanes y Salafistas. Espero que se pudran en el infierno con el SCAF (Junta militar)”.
La revolución y consecuente caída del régimen del ex presidente Hosni Mubarak, le ha dado oportunidad a los grupos islamistas de participar activamente en la arena política.
Los Salafistas, caracterizados por sus largas barbas que imitan y celebran la apariencia del Profeta Mohamed y cuyas mujeres visten el ‘Niqab’ o velo que cubre todo el cuerpo, excepto los ojos, dicen estar particularmente agradecidos de tener la oportunidad de caminar libremente por las calles y de manifestar en público sus opiniones políticas, sociales y religiosas, aunque muchos egipcios desconfían de sus intenciones y dicen temer que de asumir el poder en los venideros comicios, impongan un gobierno radical islámico.
“La gente le teme a lo que no conoce, eso es algo muy natural”, me dijo Doaa Sayed Yehia, tras ser animada por su esposo Mohamed Tolba a concederme una entrevista. La joven de 26 anos de edad, con un diploma universitario en Comercio y madre de María, Serena y el travieso Omar, respondió a todas mis preguntas en casi perfecto inglés.
Hablamos entre otros temas sobre la represión masculina hacia las mujeres, la discriminación social, la tensión sectaria con los cristianos coptos y la relación de los Salafistas con el exterior.
Media hora después, Mohamed entró a la habitación con los pequeños. Omar entonaba algunos cánticos revolucionarios que aprendió de memoria a principios de año como el de “el pueblo, quiere sacar a Mubarak y al régimen”, mientras su padre le intentaba explicar que el ex Presidente ya dimitió y está siendo juzgado.
‘La Primavera Árabe’ también le dio a Mohamed la oportunidad de fundar el movimiento posrevolucionario conocido como “Salafyo Costa” en honor a la cafetería en donde los miembros, que también incluyen musulmanes moderados y coptos, se reúnen con el objetivo de intercambiar puntos de vista y para organizar actividades que permitan el acercamiento entre todos los ciudadanos egipcios, sin importar la religión que profesan.
Pero cuando yo entré en contacto por primera vez con el hermano de Mohamed, Ezzat, quien es un musulmán liberal, para solicitar una entrevista, francamente no estaba segura si los miembros ultraconservadores del grupo aceptarían hablar directamente con una mujer extranjera y como muestra de respeto ofrecí cubrir mi cabello con un velo, aunque el grupo acordó que eso no sería necesario y Mohamed me explicó la razón días después, durante la entrevista que grabamos en el jardín de su vecino.
Nuestro equipo de producción fue recibido con playeras y bandanas con el logo del movimiento. No escasearon las bromas y fue evidente la experiencia de los “Salafyos” en transmitir relajadamente su mensaje. Ya han producido y difundido un par de videos en el internet, parodeando la tensión sectaria y los crímenes de odio en el país.
Pero aunque el objetivo de todos sus esfuerzos, según afirman, es que el pueblo egipcio entienda que sólo podrán “limpiar al país” de la corrupción y resolver otros problemas si la sociedad trabaja unida, lo cierto es que en las calles y en las redes sociales abundan las críticas y el escepticismo hacia todos los grupos islamistas y “Salafyo Costa” no es la excepción, aunque el grupo asegura que boicoteará los comicios parlamentarios y se enfocará prioritariamente al desarrollo social de Egipto.