Por Rick Noack, CNN
Berlín, Alemania (CNN) – La vida se ha detenido en la ciudad alemana de Coblenza, en donde 45.000 personas –casi la mitad de su población- han sido evacuadas después del descubrimiento de varias peligrosas bombas de la Segunda Guerra Mundial.
“Es la mayor evacuación alemana desde el final de la guerra”, dijo el domingo Ronald Eppelsheim, vocero de los bomberos.
Durante 65 años, el Rin ocultó tres bombas que fueron lanzadas por aviones de guerra estadounidenses y británicos en los años finales de la guerra. Cuando el agua bajó a niveles récord la semana pasada en el río, las bombas fueron finalmente halladas.
“Mediante pasaba el tiempo, y Coblenza estaba siendo reconstruida, las bombas se volvieron más peligrosas”, dijo el domingo Jurgen Wagner, miembro del escuadrón de remoción de bombas.
El más grande de los explosivos es una bomba británica de 1,8 toneladas que tiene el poder de destruir el centro de la ciudad, según informó el cuerpo de bomberos.
Pero la atención no está sobre la bomba más grande, sino sobre la más pequeña, una bomba estadounidense de 125 kilogramos. “Esta se ha transformado por el impacto con el suelo. Podríamos tener serios problemas desactivando su detonador”, dijo Wagner.
Pero las 45.000 personas evacuadas están esperando a que los bomberos terminen su trabajo.
La semana pasada, cientos de voluntarios empezaron a evacuar dos hospitales y siete casas para personas mayores. Una prisión y numerosos hoteles también están afectados.
En la mañana del domingo, las autoridades declararon al centro de Coblenza como “zona prohibida”. Cerca de 1.000 funcionarios están recorriendo la ciudad para asegurarse que nadie permanezca allí.
“Solo cuando estemos seguros de que todos los 45.000 alemanes hayan abandonado la ciudad el equipo antiexplosivos podrá empezar a operar”, dijo Eppelsheim.
El cuerpo de bomberos construyó un muro de más de 2.500 sacos de arena desde que las bombas fueron halladas en el río. Bombas de agua que drenan parte del río ayudan a asegurar que dos equipos (de cuatro hombres cada uno) puedan desactivar las bombas con precisión.
Eppelsheim dijo que es optimista de que la operación sea exitosa.
“La gente en Coblenza está acostumbrada a hallazgos de bombas”, dijo.
A pesar de los inconvenientes para los evacuados, la situación pudo haber sido peor. “Si hubiéramos encontrado una bomba incluso más grande, hubiéramos sido obligados a evacuar los 100.000 ciudadanos de Coblenza”, afirmó Eppelsheim.
La desactivación de bombas es una práctica común en Alemania. El año pasado, una bomba explotó en el poblado de Gotinga, matando a tres miembros del escuadrón de antiexplosivos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, alrededor de 257 bombas aéreas británicas fueron lanzadas solamente en Coblenza, según afirmó el cuerpo de bomberos. No se sabe cuántas de ellas no explotaron y han sido olvidadas.
Los escuadrones antiexplosivos solo han podido desactivar tres de ellas hasta ahora.