(CNN) – Los estudiantes de la escuela primaria Miramonte volverán a clases esta semana con un nuevo personal porque los administradores no quieren tener más “sorpresas” en la escuela de Los Ángeles, que está en el centro del debate por dos casos de abuso infantil.
La escuela estará cerrada el martes y el miércoles para “tomar un descanso”, dijo el sistema escolar unificado de Los Ángeles.
Cuando se reanuden las clases el jueves, un nuevo personal y trabajadores sociales estarán atentos para recibirlos, dijo John Deasy, superintendente del distrito escolar de Los Ángeles.
“No puedo tener sorpresas nunca mas en Miramonte”, dijo Deasy en un auditorio repleto de padres el lunes por la noche. “Y si hay más, entonces vamos a tener que lidiar con eso”.
Todos, desde los actuales custodios hasta los profesores de Miramonte serán despedidos, explicó.
Aquellos empleados que no están siendo despedidos tendrán que someterse a un entrenamiento especial para reanudar el trabajo en otro lugar, agregó.
Los empleados y los estudiantes serán interrogados como parte de la investigación penal en curso.
A los padres también se les dará la opción de transferir a sus hijos a una de las cuatro escuelas primarias de la zona.
“Las medidas que estamos tomando no son una condena para todo el personal”, indicó.
Pero todo esto no fue suficiente para apaciguar a los padres indignados, que exigen garantías adicionales para los estudiantes.
“Estamos diciendo que ya es suficiente”, dijo el líder de la comunidad Morris Grifton en una manifestación el lunes. “Queremos que haya cámaras en las aulas, en los pasillos y alrededor de la escuela”.
El lunes por la noche, alrededor de 100 padres enfurecidos tuvieron que quedarse fuera del auditorio de la escuela secundaria donde se realizó la reunión con el superintendente, por exceso de capacidad.
“Las autoridades escolares debieron haber planeado esta reunión correctamente para permitir la entrada de todos”, dijo Gustavo Morales, uno de los padres. “Si no hay suficiente espacio en el auditorio, entonces debían haberlo hecho en la cancha de fútbol”.
Las detenciones de los dos profesores acusados de actos lascivos con niños en sus salones de clases ocurrieron la semana pasada.
Marcos Berndt, de 61 años, fue arrestado y acusado de tomar fotos ultrajantes a más de dos docenas de niños en su salón de clases, incluidas algunas con presuntas cucharas llenas de semen que les daba a los niños en la boca.
El viernes, un segundo maestro -Martin Bernard Springer, de 49 años- fue arrestado por presuntamente acariciar a dos niñas en el aula.
Bessy García, la madre de dos niños que estaban entre las presuntas víctimas de Berndt, habló de traición.
“No sólo era un maestro. Fue nuestro amigo personal”, dijo. “Él nos engañó. Pensamos que era la mejor persona en el mundo”.
García describió cómo ella y sus dos hijos estaban teniendo problemas para dormir, comer y estar bien, desde que salieron a la luz las revelaciones del escándalo la semana pasada.
“Ha sido como un infierno”, dijo Claudia Rivera, otra madre de familia. “Estamos tratando de obtener algunas respuestas”.
La investigación comenzó en octubre de Berndt 2010, cuando un técnico que revelaba rollos de fotografía en una farmacia dijo a la policía que encontró imágenes de niños con los ojos vendados, refiriéndose a las fotos tomadas por Berndt.