(CNN) – Los resultados de un estudio dado a conocer el lunes, muestran que en casi la mitad de las escuelas primarias públicas y privadas de EE.UU., los estudiantes pudieron comprar snacks poco saludables durante el período escolar 2009-2010, en máquinas expendedoras o negocios; según la investigación publicada en Archivos de Pediatría y Medicina Adolescente (Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, tal su nombre en inglés).
“Dada la gran atención en años recientes al problema de la obesidad, hubiésemos deseado ver una merma en la disponibilidad de comida chatarra en las escuelas, a través del tiempo,” dijo la autora del estudio, Lindsey Turner, psicóloga de la salud del Instituto de Investigación de Políticas de Salud de la Universidad de Illinois, en Chicago.
Turner agregó que “nuestra investigación demuestra la necesidad de cambios continuos para lograr que las escuelas sean más saludables”.
Los datos muestran que no hubo cambios en la disponibilidad de conseguir snacks vacíos de valor nutricional, como galletitas dulces, caramelos y papas fritas, durante los cuatro años del estudio, que comenzó con el año escolar 2006-2007.
Incluso ese año se pusieron en práctica políticas para el bienestar como parte de la Ley de Nutrición de Infantes, Mujeres y Niños. En donde cada escuela con un programa de almuerzos debía adoptar y poner en práctica políticas que incluyan actividad física junto con una alimentación saludable.
La aparición de este sondeo coincide con los datos del gobierno de que los porcentajes de obesidad infantil siguen altos. Estadísticas de 2007-2008 muestran un pico de 17% en niños de 2 a 19 años. Número que se ha casi triplicado desde 1980.
En el estudio, los investigadores examinaron datos de 4.000 encuestas de escuelas primarias en todo EE.UU. Alrededor de dos tercios provenientes de escuelas públicas y un tercio de escuelas privadas.
Las respuestas fueron dadas por un director o directora del establecimiento o un empleado del servicio de comidas, en nombre de los estudiantes. Los investigadores sopesaron luego los datos para dar representación a los estudiantes.
Los sondeos que llegaron de regiones del sur del país mostraron altos niveles de acceso a snacks salados y dulces en comparación con las regiones del centro y oeste de EE.UU. “Creo que esto debe ser un llamado de atención ya que los índices de obesidad son mucho más altos en el sur que en otras partes del país,” dijo Turner. Asimismo hay muchos estudiantes en esta región con posibilidades y acceso a comprar comida más saludable, incluyendo ensaladas, frutas y verduras.
“Para mantener a los niños saludables, es muy importante que las escuelas sigan las recomendaciones nacionales y lo que nuestro estudio muestra es que muchas no lo están haciendo,” agrega.
En 2007 el instituto de Medicina publicó un reporte diciendo que la dieta para los estudiantes debería consistir en frutas nutritivas, vegetales, granos integrales y productos lácteos con poco o nada de grasa.
En diciembre de 2010 fue firmada la Ley de Comida Saludable para Niños, lo que dio al Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus sigla en inglés) el poder de establecer los estándares para alimentos y bebidas que se venden en las escuelas y establecimientos educativos.
Como parte de esa ley, se espera que el USDA publique los estándares de comida para este año. “Esperamos que esas regulaciones sean específicas y que trate temas como el contenido de grasa, el contenido de energía en los alimentos y también el tamaño de las porciones. Hay una gran oportunidad aún de cambiar lo que pasa en las escuelas,” dijo Turner.
Para encontrar una solución es necesario que continúe la investigación. “Mientras que se desarrollan las políticas estatales y federales, los investigadores necesitan saber qué está sucediendo” con la dieta de los jóvenes dice el Dr. Thomas Robinson, director del Centro de Peso Saludable del Hospital de niños Lucile Packard. Y agrega que “así en 5 a 10 años podremos decir qué funcionó, qué no funcionó, qué pudo haberse mejorado y cómo hacerlo”
“A esta temprana edad es que los niños desarrollan sus hábitos alimentarios y sus preferencias por la comida, por eso es importante que sean expuestos a las comidas más saludables en sus almuerzos escolares”.