La participación fue del 17% del padrón electoral, con más de tres millones de votantes.

Por Osmary Hernández

(CNN) — El temor a ser identificado como opositor al participar en las votaciones primarias organizadas por una alianza de partidos adversa al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se convirtió en el enemigo silencioso a vencer de la Comisión Electoral de la Mesa de la Unidad Democrática, MUD.

Tanto los líderes políticos que participaron como precandidatos para optar por la candidatura única de la oposición a la presidencia, e incluso a alcaldías y gobernaciones, como los organizadores de la cita electoral, empeñaron su palabra al ofrecer como garantía que se tomarían medidas para mantener el voto en secreto.

La votación se celebró el 12 de febrero, como estaba previsto, entre condiciones especiales como la no utilización de máquinas captahuellas utilizadas en los procesos para corroborar la identidad de los votantes, el carácter optativo de entintar el dedo meñique tras ejercer el derecho al voto y la promesa de que los cuadernos electorales contentivos de los nombres y números de cédula de quienes votaron, serían destruidos en su totalidad en un lapso de 48 horas.

Dos días después de las votaciones, el nerviosismo renació cuando el Tribunal Supremo de Justicia venezolano solicitó a la Comisión Electoral de la Mesa de la Unidad Democrática la entrega de los registros de votantes del domingo, orden que la alianza opositora dijo no poder cumplir porque la mayor parte de estos cuadernos ya habían sido incinerados.

La tensión se elevó a tal punto que en el estado Aragua, un joven perdió la vida al intentar evitar que la policía regional lograra apoderarse de los cuadernos electorales que estaban en poder de la junta regional de la comisión electoral de la MUD. La medida del máximo tribunal del país tuvo lugar al admitir un recurso interpuesto por el precandidato del municipio Bruzual del Estado Yaracuy, Rafael Velásquez, quien participó en las primarias.

En los comicios primarios, con más de 1.900.000 votos equivalentes a un 62,5% de los sufragios, Henrique Capriles Radonski, actual gobernador del estado Miranda, de 39 años, fue elegido como el candidato único de la oposición y se medirá con Chávez en las elecciones presidenciales del 7 de octubre. La participación fue del 17% del padrón electoral, con más de tres millones de participantes.

Diversos voceros del gobierno venezolano y representantes del Partido Socialista Unido de Venezuela, entre ellos, el actual presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, ponen en duda que técnicamente haya sido posible que más de tres millones de personas participaran en esas elecciones pues contaban con un menor número de máquinas de votación y de centros electorales en comparación con las elecciones anteriores.

El miedo a votar proviene de las miles de denuncias de años, que aseguraban que los votantes habían perdido sus empleos o no habían podido acceder a oportunidades laborales o contrataciones, por aparecer en las llamadas Lista de Tascón, en alusión al político que publicó los datos, y la Lista Maisanta, ambas elaboradas con los nombres de 2.700.000, quienes firmaron para solicitar un referéndum revocatorio contra el presidente Hugo Chávez en 2004.

Pasada la cita electoral de la oposición de este año, quienes participaron temen represalias administrativas o laborales en el caso de que se difundan las listas con sus nombres. Chávez dijo esta semana que la oposición “manchó” el proceso de elecciones primarias al destruir los cuadernos. “¿Cómo se recupera el material?, no hay forma”, dijo Capriles tras la orden judicial. El gobierno “se parece hoy a la oposición de hace 10 años atrás, cuando todo el mundo decía ‘qué desacertada la oposición’”, aseguró el candidato opositor.