Por Jessica Ellis*
(CNN) — Con sus voces llenas de sentimiento y movimientos tradicionales de baile Zulu, la sensación de cantantes a capella de Sudáfrica Ladysmith Black Mambazo han mezclado las armonías vocales para llevar al público a un viaje musical durante casi medio siglo.
El legendario grupo coral masculino ha vendido millones de álbumes en todo el mundo, ha colaborado con íconos de la música como Paul Simon, y Nelson Mandela se cuenta como uno de sus muchos seguidores. El venerable ganador del Premio Nobel de la Paz describió al grupo como “embajadores culturales de Sudáfrica”.
Todo esto está muy lejos de cuando el joven agricultor convertido en obrero, Joseph Shabalala formó la banda en 1964, esperando usar la música como un vehículo para unir a las personas en un país que sufría de la división y del conflicto social.
“La música es para la gente, debemos llevar esta música a la gente”, recuerda Shabalala, uno de los dos integrantes originales que quedan en el grupo de nueve miembros.
Ya con una carrera exitosa en su país, la banda logró el éxito internacional en 1986, cuando el cantante y compositor estadounidense, Paul Simon, los presentó en su álbum Graceland. Simon los llevó en su gira y produjo el álbum Shaka Zulu de la banda, con el ganó un premio Grammy en 1988 para mejor álbum de música folclórica tradicional.
Desde entonces, Ladysmith Black Mambazo ha ganado otros dos premios Grammy y ha sido nominado 16 veces.
Pero, además de los años de realizar giras exitosas y de tener el reconocimiento internacional, es la relación con Nelson Mandela lo que ha desempeñado un papel importante en la carrera de la banda.
El grupo conoció por primera vez al primer presidente de color de Sudáfrica en su fiesta de cumpleaños en 1990, no mucho tiempo después de que fue liberado tras 27 años en prisión.
“Estábamos en el escenario y cantamos una canción, él se levantó y bailó con nosotros y estrechó nuestras manos y dijo que siguiéramos con el buen trabajo (…) su música ha sido una gran inspiración para mí”, dice Albert Mazibuko, uno de los miembros originales de la banda. “Después de eso nunca quiso hacer nada sin Ladysmith Black Mambazo, hemos estado con él en todos lados”.
En 1993, por solicitud de Mandela, el grupo acompañó al futuro presidente a la ceremonia del Premio Nobel de la Paz en Oslo, Noruega, y un año después, la banda cantó nuevamente en su toma de posesión. En 2003, Mandela los reclutó nuevamente como embajadores para su campaña global de concientización del VIH/sida, 46664, nombrado con su número en prisión.
Al igual que el ícono que combatió el apartheid, el grupo ganador de premios lleva un mensaje de paz y esperanza en su música.
“La música de Ladysmith Black Mambazo se trata de la inspiración”, dice Mazibuko. “Alentamos a la gente a no perder la esperanza en nada. Intentamos darle esperanza a la gente de que hay un mañana, de que nos espera algo mejor en el futuro y que hay una solución para cada problema en el mundo”.
Shabalala le dio el nombre al grupo por su ciudad de origen, Ladysmith, un pueblo agrícola en las faldas de las montañas Drakensberg, “black” (negro) se refiere a los “bueyes”, los animales de granja más fuertes, y “Mambazo”, la palabra en zulu para “hacha”, se refiere a “derrumbar” a la competencia local.
Las raíces de la música del grupo se remontan a unos 100 años atrás, en las minas de oro y diamantes de Sudáfrica cuando los trabajadores de color se divertían en los campos de trabajo componiendo música y bailes. Pero tenían que bailar suavemente “sobre las puntas de los dedos del pie” para no molestar a los guardias blancos.
La visión de Shabalala fue mantener viva esa rica tradición musical —conocida como “isicathamaiya”— y combinarla con lo que escuchaba en la iglesia. Sus hermanos y sus primos se unieron a él y desde entonces la banda a capella ha permanecido en gran parte como un asunto familiar, hasta este día, la banda de Ladysmith Black Mambazo se compone de amigos y familiares de Shabalala, incluidos sus hijos y primos. Con una rango de edad que va desde personas de setenta años hasta los que están en sus veintes.
Su álbum de 2011, Songs from a Zulu Farm, también recibió una nominación para un premio Grammy para mejor álbum de música del mundo, los miembros de banda dicen que es su trabajo más personal hasta la fecha, presentando canciones zulu tradicionales que recrean el mundo en el que crecieron.
Con Shabalala y Mazibuko ahora cómo los dos únicos miembros originales en el grupo, la vieja guardia de la banda ahora pasa su mensaje de esperanza y paz a una nueva generación.
“Ladysmith Black Mambazo es una familia, en mi grupo tengo a cuatro hijos, la siguiente generación de Mambazo, son nuestro futuro”, recientemente anunció Shabalala en un concierto mientras presentaba a sus hijos.
“Ahora mi padre nos pasa esto a nosotros, quiere que continuemos con su música, no quiere morir con su música, dice que esta música no es para él, es para la gente”, dice Thamsaqa, hijo de Shabalala, quien espera sustituir a su padre como el cantante principal del grupo.
Para él y para muchas personas más, la leyenda que inició su padre, hace casi medio siglo, resistirá y nunca pasará de moda por generaciones.
*Nota del editor: Cada semana African Voices de CNN Internacional destaca las personalidades más atractivas de África, explorando la vida y pasiones de gente que rara vez revela su personalidad ante las cámaras.