Steubenville, Ohio (CNN) — A pesar de que todo apuntaba a que el Supermartes sería una noche difícil para Rick Santorum, superó las expectativas con la victoria en tres estados de los 10 que se disputaban en una noche clave en las primarias republicanas de Estados Unidos.
El exsenador por Pennsylvania ganó Tennessee, Oklahoma y Dakota del Norte. Y en Ohio, Santorum perdió por un mínimo margen en una contienda que se redujo a una diferencia de alrededor de 10.000 votos, según el secretario del conteo no oficial del estado de Ohio.
“Hemos ganado en el oeste, en el medio oeste y en el sur, y estamos listos para ganar en todo el país”, dijo Santorum a los partidarios en su fiesta para celebrar del Supermartes, en Steubenville, Ohio.
Santorum celebró sus triunfos sonriente y acompañado por su esposa, Karen, y parte de su familia, entre ellos, su mamá, de 93 años. “Estamos en esta competencia. Y estamos para quedarnos”, dijo Santorum, cuya actuación fue impresionante si se compara la diferencia de financiación respecto a la campaña de Romney.
Durante su discurso, Santorum atacó a Romney, al que retrató como un débil oponente ante Obama en asuntos como la reforma sanitaria. “Necesitamos a una persona en la contienda contra el presidente Obama con argumentos y que sea sincero con los estadounidenses”, comentó Santorum.
A lo largo de la noche, los asistentes de Santorum se acercaron a los reporteros para cuestionar la viabilidad de Romney como candidato en las elecciones generales. “Estaré al pendiente en saber si Mitt Romney ganó hoy un estado sureño”, dijo en tono de broma a los reporteros el asesor de Santorum, John Brabender. “Si alguien no tiene un buen desempeño en el sur, entonces no deberían en lo absoluto estar compitiendo”, dijo Brabender en referencia a las derrotas de Romney en Georgia y Tennessee.
Brabender aseguró que el equipo de campaña quiere un duelo de uno contra uno, en este caso con Romney, al insinuar que Santorum podría ganar la candidatura si Gingrich está fuera de la competición.
La mañana del martes, el asesor de Santorum, Hogan Gidley, comentó que el exsenador por Pennsylvania está dispuesto a encarar la contienda hasta la convención. “Si todos vamos a la convención con cierta cantidad de delegados y tenemos que encontrar algo mejor en la convención, entonces que así sea”, dijo Gidley a los reporteros en la sede de la fiesta por el supermartes del equipo de campaña.
Los comentarios de Gidley respondían a uno de los principales argumentos de los asesores de Romney, quienes pronosticaron que el exsenador quedaría muy por debajo en el conteo de delegados para alcanzar y asegurar la nominación después del supermartes. “Él también tiene que llegar a 1,144”, respondió duramente Gidley, en alusión al número de delegados que se necesitan para asegurar la nominación. “Él nos quiere fuera porque no puede lograrlo”, añadió Gidley, en referencia a Romney.
En cualquier caso, era poco probable que Santorum ganara la mayoría de los delegados en el decisivo campo de batalla del supermartes, entre otros motivos, porque el equipo de campaña no había presentado la documentación necesaria para captar delegados en ciertas zonas de Ohio, donde Santorum era el favorito para llegar a la cima.
Se prevé que el miércoles Santorum prosiga con la campaña para las siguientes contiendas estatales, con escalas previstas en Kansas, Mississippi y Alabama.