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WASHINGTON (CNN) — Es el símbolo de Estados Unidos, y por primera vez, el gobierno estadounidense ha concedido a una tribu americana nativa permiso para matar a dos águilas de cabeza blanca con fines religiosos.

La solicitud de permiso fue presentada en 2008 por la tribu Arapajó del Norte, en Wyoming y, después de años de revisión, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (FWS, por sus siglas en inglés) lo concedió el 9 de marzo.

“Realmente argumentaron por qué era necesario tomar un ave del medio silvestre”, dijo a CNN Matt Hogan, director regional de Denver para el FWS.

El año pasado, la tribu presentó una demanda en un tribunal federal impugnando al gobierno federal por negar la solicitud, diciendo que “irracionalmente oprime los derechos religiosos de los miembros de la tribu”, según documentos de la Corte.

El caso está pendiente.

Hogan, quien estaba a cargo de la concesión del permiso, dice que la demanda no fue la razón por la que el permiso fue aprobado. Dice que requirió tiempo asegurarse de que todos los criterios fueran cumplidos y que el permiso iba en concordancia con la Ley de Protección a la Águila Calva y Real, que permite que las águilas calvas sean utilizadas por los nativos americanos en ceremonias religiosas.

El águila “vuela más alto que cualquier otra criatura. Ve muchas cosas. Está más cerca del Creador”, dijo Robert Holden, director adjunto del Congreso Nacional de Indios Americanos. Holden dijo que estaba molesto por los comentarios que escuchaba: que este permiso podría conducir a una matanza masiva de águilas calvas.

“¡Cuán estúpido puede ser eso?”, dijo. “Es una religión. Es lo que hacemos. Estamos más preocupados por la población de águilas que cualquier cultura en este hemisferio occidental. ¿Por qué querríamos matar a todas las águilas?”.

Hogan dijo que la emisión del permiso tendrá poco efecto sobre la poderosa ave rapaz. Tomar dos águilas de su hábitat natural “no comprometerá en ningún modo el estatus de la población de águilas, ya sea en el estado de Wyoming o en todo el país”, dijo, “y la buena noticia es que las águilas calvas están prosperando bastante bien”.

Ése no era el caso hace unos 70 años, cuando la especie estaba bajo amenaza de extinción, lo cual llevó al Congreso a aprobar una ley que prohíbe la matanza, venta o posesión del ave. En 2007, el águila calva fue retirada de la lista de especies amenazadas y en peligro de extinción.

Hogan dijo que las solicitudes de permiso para matar o capturar un águila calva son raras. Los nativos americanos a menudo tienen que obtener plumas de águila calva para sus ceremonias en el depósito de plumas nacional de la FWS en Denver. Hogan dijo que pueden pasar años para que las tribus consigan las plumas de esta manera, porque la demanda frecuentemente supera a la oferta.

Holden, que es parte de Choctaw/Chickasaw, trató de aportar un poco de perspectiva sobre la situación: “Si alguien pidiera una Biblia o algún artefacto religioso y tuvieran que esperar durante mucho tiempo, ¿qué tan justo sería eso?”.

El permiso es válido hasta febrero de 2013, y Hogan dijo que no tiene conocimiento de que alguna otra solicitud haya sido presentada. Como parte del permiso, la tribu tiene que notificar a la FWS en un plazo de 24 horas, una vez que las águilas calvas hayan sido asesinadas o capturadas.

Hogan dijo que está a la espera de ese aviso.