(CNN) — La gente común y corriente, ¿podría recibir los mismos esfuerzos de resucitación intensiva que tuvo Fabrice Muamba, el jugador de fútbol del Boltin inglés, cuyo corazón dejó de latir durante 78 minutos?
El paro cardiaco del atleta de 23 años y su recuperación posterior durante un partido de fútbol en Inglaterra encabezaron los titulares internacionales esta semana. Muamba fue descrito como “muerto en efecto” por un equipo de médicos.
Para salvarle la vida los médicos aplicaron medidas como compresiones en el pecho y 15 descargas de desfibrilador durante los 48 minutos que tomó llevar a Muamba al hospital más 30 minutos en el hospital. Muamba sigue hospitalizado en Londres y empezó a hablar.
Su recuperación muestra las maravillas del cuerpo humano y la medicina moderna. “Es raro que alguien después de 78 minutos pueda ser revivido”, dijo la médico Susmita Parahsar, profesora de Medicina y Cardiología en la Universidad Emory en Estados Unidos.
La habilidad de resucitarlo después de más de una hora es “extraordinaria; este caso es más excepcional que la mayoría”, aseguró el médico Benjamin Abella, director de investigación clínica en el Centro de Ciencias de Resucitación en la Universidad de Pennsylvania, en Estados Unidos. Ninguno de estos médicos está involucrado en el cuidado de Muamba.
Desde el estadio hasta el hospital, los médicos en Inglaterra trataron durante más de una hora de resucitar a Muamba. Tenía un tipo de paro cardiaco en el que el corazón muestra mucha actividad eléctrica pero ninguna actividad muscular, según el equipo de médicos.
Un sistema eléctrico controla el corazón y utiliza esas señales eléctricas para contraer las paredes del corazón. Pero sin la acción de bombeo del corazón, la sangre no puede moverse y transportar oxígeno y nutrientes a través del cuerpo. Cuando el corazón de una persona se detiene, los médicos comprimen el pecho del paciente para bombear manualmente el corazón y mantener la sangre fluyendo a través del cuerpo. En el caso de Muamba, la reanimación cardiopulmonar (RCP) continuó durante más de una hora.
¿La mayoría de las personas que sufran un paro cardiaco tendrán el mismo nivel de atención que tuvo Muamba?
“No, no lo tendrán”, dijo Abella. “No tendrán necesariamente acceso a ese tipo de cuidados”.
Las circunstancias de Muamba eran altamente inusuales, ya que sufrió un colapso público en medio de un partido de fútbol, donde había médicos en las líneas de banda, quienes inmediatamente acudieron a su lado.
“Ayudó que sucediera en un ámbito público. En su casa, la respuesta habría sido mucho más lenta”, precisa Abella.
Las técnicas de salvamento de vida, como el RCP y el enfriamiento del cuerpo del paciente, mejor conocido como hipotermia terapéutica, difuminan la línea entre la vida y la muerte.
“Lo que antes era una cuestión de ver si alguien era desconectado o no, ahora es un área gris”, comento. “Puedes estar en su mayoría muerto. Pero pueden devolverte a la vida y con salud, así que se está volviendo difícil de definir”.
Normalmente, los médicos ven como límite de tiempo de supervivencia 20 o 30 minutos, aunque algunos esfuerzos de resucitación han continuado durante más de una hora. Abella dijo que el que Muamba haya sobrevivido es una prueba que los primeros asistentes en el campo de fútbol “hicieron un trabajo fantástico de RCP y desfibrilación”.
“Como médico, lo más difícil del RCP es saber cuándo parar”, aseguró Parashar. “Quieres hacer lo mejor para esa persona. Cada persona, cada caso es diferente. A veces, para una persona que es muy joven, haces lo más que puedes y puedes seguir haciéndolo por más tiempo. No hay tregua”.
Todos los órganos del cuerpo dependen del flujo sanguíneo así que cuando el corazón deja de bombear adecuadamente, esto puede cortar el flujo sanguíneo y dañar cualquier órgano en el cuerpo como el cerebro, el hígado y los riñones. Algunas personas después de un incidente, al igual que Muamba, se recuperan sin ningún daño neurológico. Pero pueden tener quemaduras del desfibrilador y dolores de pecho por el RCP.