(CNN) — Cuando estás a dieta, la comida consume tu vida.
No puedes comer carbohidratos, así que piensas en ellos constantemente. No puedes husmear en la gaveta de dulces de tu compañero de trabajo, así que los M&M’s flotan a través de la pantalla de tu computadora como un espejismo en el desierto.
No vas al bar después del trabajo porque allí es donde las margaritas viven. Y olvídate de comer bocadillos después de las 8 p.m.; eso sería romper la regla de la dieta número 364.
“He odiado las dietas toda mi vida”, dice Lucy Danziger, quien, irónicamente es la autora de un nuevo libro sobre pérdida de peso, The Drop 10 Diet (La dieta de perder 10).
“Si te digo ‘no pienses en eso’, será lo único en lo que podrás pensar”.
¿Qué pasaría si la pérdida de peso no tuviera que ser tan negativa?
Como editora en jefe de la revista SELF por más de 10 años, Danziger ha visto pasar cada dieta de moda conocida por las mujeres, sobre su escritorio.
Entonces, hace cinco años, la triatleta decidió deshacerse de las dietas de una vez y enfocarse en escoger comidas que “le retribuyeran”. Quería correr, nadar y andar en bicicleta más rápido, y necesitaba energía adecuada para hacer eso.
Danziger comenzó a comer superalimentos: alimentos como nueces, bayas y granos enteros que están llenos de fibra, proteína y nutrientes importantes. En menos de seis meses, bajó 11,3 kilogramos.
Ciertamente no es un nuevo concepto en nutrición: evita comidas procesadas; come más vegetales y frutas; reemplaza el pan blanco con avena. Pero la idea de enfocarse en lo que debes comer, en lugar de en lo que no puedes, puede cambiar la manera en la que vemos la pérdida de peso en Estados Unidos, dice Danziger.
“Te daremos muchas opciones sobre lo que puedes comer, no estás pensando en pasar hambre… estás pensando en alimentar el motor”.
Danziger utiliza muchas metáforas. Mientras come algunas almendras en su oficina, compara las supercomidas con gasolina premium para un carro. “Tienen que hacer más que sólo suministrarte calorías”.
Así que, ¿qué hace que un alimento sea “súper”?
El médico Steven Pratt acuñó el término en 2004 con su primer libro, SuperFoods Rx: Fourteen Foods That Will Change Your Life (Supercomidas Rx: Catorce comidas que cambiarán tu vida).
De acuerdo Pratt, un superalimento tiene tres requisitos: tiene que estar disponible para el público, tiene que contener nutrientes que son conocidos por mejorar la longevidad, y sus beneficios de salud tienen que estar respaldados por estudios científicos, revisados por expertos.
Pratt enlista el salmón, brócoli, espinaca, bayas y té verde como algunos de sus favoritos. Su sitio web, SuperFoodsRx.com, da 20 ejemplos más.
“Estas comidas fueron seleccionadas porque contienen altas concentraciones de nutrientes esenciales, así como el hecho de que muchas son bajas en calorías”, expone el sitio web. “Se ha demostrado que las comidas que contienen estos nutrientes ayudan a prevenir, y en algunos casos, revertir los efectos conocidos del envejecimiento, incluidas las enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo II, hipertensión y algunos cánceres”.
La pérdida de peso no estaba en la agenda de Pratt cuando empezó a respaldar las supercomidas. Sin embargo, mientras viajaba alrededor del mundo promocionando la marca, eso era lo que a la gente le emocionaba.
“Lo más común era escuchar cuánto peso la gente había perdido sin intentar perderlo”, dice Pratt. “Es la dieta donde no se hace dieta. Es comida que puedes comer por toda tu vida”.
Marisa Moore, una dietista registrada en la Academia de Nutrición y Dietética en Estados Unidos, dice que los superalimentos son saludables, pero añadirlos a tu plato simplemente no hará que los kilos desaparezcan.
“Sí, hay comidas que son altas en fibra, agua y proteína, y por lo tanto estimulan la saciedad… estas son, sin duda, recomendadas como amigables para mantener el peso”, escribió Moore en un correo electrónico. “Pero decir que aumentan la pérdida de grasa puede que sea llevar esto muy lejos”.
Danziger está de acuerdo: que comas superalimentos no quiere decir que puedas comer tanto como quieras, cuando quieras. Aun así, es muy difícil que engordes comiendo espinacas.
Para Danziger, comer superalimentos se trata de la energía. Se siente súper después de comer superalimentos. Quiere ejercitarse, lo que le ayuda a dormir mejor, lo que le da más energía y mantiene su dieta en buen camino.
Pratt dice que esa sensación es lo que hace que la tendencia de superalimentos sea fuerte.
“Mientras mejor te sientas, más cosas haces. Tu cuerpo le mandará un correo electrónico a tu cerebro en minutos agradeciéndolo, diciendo, ‘voy a hacerlo mejor, ya no me enfermaré’”.
Después de bromear sobre inyectar esa sensación a sus pacientes, Pratt se vuelve serio. Ha estado impulsando los superalimentos desde mediados de la década de los 90, y aun así con la obesidad siguen siendo altas.
Pratt atribuye los niveles de obesidad a la cultura: toma tiempo y energía hacer un cambio. Danziger dice que el costo es ciertamente un problema para algunas personas. Pero ambos expertos están de acuerdo en que la recompensa vale la pena a largo plazo.
“Al final del día, inviertes en tu guardarropa, tu cabello, tu automóvil y todo lo demás”, dice Danziger. “Así que invierte en tu cuerpo. Porque se supone que puede durar 100 años”.