(CNN) — El peso de la madre y su condición diabética podrían aumentar el riesgo de que el feto presente trastornos del desarrollo neurológico, tales como autismo, de acuerdo con un nuevo estudio publicado esta semana en el diario semanal Pediatrics.
Investigadores del UC Davis MIND Institute de California descubrieron que las futuras madres con obesidad tenían 67% más probabilidades de tener un hijo con autismo, a diferencia de las madres con peso normal y que no presentaban diabetes ni hipertensión.
Una mujer embarazada y con obesidad duplica el riesgo de que su hijo presente otro trastorno del desarrollo (habilidades comunicativas deficientes, falta de atención), en comparación con los bebés nacidos de madres con un peso normal.
En el estudio participaron 1,004 parejas de madres e hijos que se inscribieron en la investigación Riesgos de autismo en niños, de la genética al medio ambiente (CHARGE, por sus siglas en inglés). La mayoría de las familias era de California.
Los niños tenían entre 24 y 60 meses de edad; de ellos, 517 tenían autismo, 172 presentaban otros trastornos del desarrollo y 315 se desarrollaban con normalidad. Los participantes se inscribieron entre enero de 2003 y junio de 2010.
Sobre las mujeres con diabetes, los investigadores descubrieron que tenían más del doble de probabilidades de tener un hijo con retrasos en el desarrollo en comparación con aquellas madres sin diabetes.
“Me sorprendió lo fuerte que fue el efecto de la obesidad sobre los recién nacidos y su desarrollo cognitivo”, dijo la doctora Irva Hertz-Picciotto, catedrática de Epidemiología e investigadora del MIND Institute. “Y no sólo observamos el peso (…) observamos la diabetes y la hipertensión en las madres para determinar cómo afectaban dichas condiciones a sus hijos. Los resultados fueron relevantes”.
Los investigadores también descubrieron que los niños con autismo que tenían madres con diabetes presentaban mayores deficiencias en sus habilidades comunicativas, a diferencia de los niños con autismo que tenían madres saludables. Incluso, muchos niños que no padecían autismo, pero que tenían madres diabéticas, mostraron signos de problemas de socialización así como capacidades comunicativas débiles, en comparación con niños sin autismo de madres saludables.
“Casi un tercio de las mujeres en edad fértil en Estados Unidos tiene obesidad y casi una de cada 10 presenta diabetes gestacional o tipo dos durante el embarazo”, dijo Paula Krakowiak, bioestadista del MIND Institute. “Nuestro descubrimiento de que estas condiciones maternas podrían estar ligadas a problemas en el desarrollo neurológico de los niños, genera preocupación y podría tener consecuencias importantes en la salud pública”.
Durante más de una década, los investigadores han indagado una causa genética para el autismo, pero estudios recientes sugieren que múltiples mutaciones genéticas hacen que un niño sea propenso a padecer este trastorno.
En años recientes, los científicos también han buscado detonadores en el ambiente que conviertan la propensión genética en enfermedad. La investigación parece sugerir que, en algunos casos, la obesidad es un factor detonador determinante.
Los autores del estudio afirman que es la primera vez que se estudia la relación entre los trastornos del desarrollo neurológico y las enfermedades metabólicas maternas. De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de enfermedades (CDC, pos sus siglas en inglés), más del 60% de las mujeres estadounidenses en edad reproductiva presentan sobrepeso, 34% tienen obesidad y 16% padecen síndrome metabólico, precursor de la diabetes.
Casi el 9% de las mujeres estadounidenses en edad reproductiva son diabéticas y más del 1% de los embarazos en Estados Unidos tiene complicaciones debido a que la madre padece presión alta.
La obesidad es un factor de riesgo mayor para la diabetes y la hipertensión y puede aumentar tanto la resistencia a la insulina como la inflamación del cuerpo. Los investigadores de este estudio sugieren que, en mujeres con diabetes, la falta de regulación de glucosa en el cuerpo puede derivar en una exposición fetal prolongada a altos niveles de glucosa, lo cual afecta el desarrollo del cerebro del bebé.
“El feto depende de la madre para obtener nutrientes”, dijo la doctora Hertz-Picciotto. “En determinados momentos del desarrollo fetal, si la glucosa u otros nutrientes están en niveles demasiado elevados o demasiado bajos, este desequilibrio puede afectar al feto, especialmente en lo que concierne al cerebro”.
Pero Hertz-Picciotto dice que también hay buenas noticias.
“Lo mejor de todo es que muchos de estos factores pueden modificarse”, dijo. “Si estás pensando en embarazarte, cuida tu peso y, en caso de tener diabetes, consulta a tu médico para que lleve un control estricto de tus niveles de glucosa durante el periodo gestacional”.