(CNN) — Podría haber salido de Harry Potter o de una escena de Terminator 2 si quieres tomar un camino más espeluznante.
Toma una caja llena de arena y dile lo que necesitas, por ejemplo un martillo, una escalera o un remplazo para una parte de tu automóvil. Entierra un pequeño modelo de lo que necesites en la arena, dale unos cuantos segundos y, ¡voila!, los granos de arena se ensamblarán en una versión de tamaño completo del modelo.
Investigadores de robótica en el Instituto Tecnológico de Massachussets en Estados Unidos (MIT, por sus siglas en inglés) dicen que esta caja de arena mágica podría estar a no más de una década de distancia.
Un equipo del Laboratorio de Ciencias Computacionales e Inteligencia Artificial de la escuela afirma haber desarrollado algoritmos que podrían habilitar una arena inteligente; esencialmente minúsculos robots sencillos que se podrían comunicar entre ellos sobre cómo alinearse apropiadamente una vez que se les ha dado un modelo a copiar.
El equipo ha llevado a cabo pruebas limitadas con cubos grandes; de 10 milímetros de ancho con microprocesadores rudimentarios por dentro e imanes en cuatro de sus lados. Los imanes de los robots guijarros son usados no sólo para conectar, sino para comunicarse entre ellos y compartir poder.
“Los robots guijarros no van a convertirse en arena inteligente de la noche a la mañana; pero sucederá…”, dijo Kyle Gilpin, un graduado que trabaja en el proyecto.
Gilpin, quien es el autor del documento que el equipo presentará en la Conferencia Internacional IEEE sobre Robótica y Automatización el próximo mes, predice que podría tomar 10 años, pero que “veremos mejoras en el camino”.
Los granos de arena esencialmente trabajarán juntos como el bloque de piedra con el que un escultor comienza a trabajar. Una vez desplegado, los granos necesitan construir un objeto que se pueda mover en su lugar, mientras que aquellos que no sean necesitados simplemente se desaparecerán.
“Por ejemplo, la llanta de tu automóvil ha sido cortada”, dijo Gilpin. “Podrías juntarla con cinta adhesiva, ponerla en el sistema y obtener una nueva”.
Una vez que el objeto no sea necesario, los granos pueden ser ordenados para desmoronarse y prepararse para el próximo proyecto.
Uno de los mayores retos en este punto es obtener suficiente control de computación en los objetos tan pequeños. Los robots guijarros ahora son probados, cada uno con un microprocesador que puede almacenar 32 kilobytes de códigos de programa y tienen dos kilobytes de memoria de trabajo.
Pero Gilpin dijo que esa no es una razón para perder la esperanza.
“Considera qué tan rápido y qué tan dramáticamente las computadoras han sido miniaturizadas en los últimos 50 años”, dijo.
“Lo que solía ocupar una habitación entera ahora cabe en una pequeña fracción de una uña. Veremos los mismos avances aplicados a los sistemas programables de materia también”.