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(CNN) — Hasta el mes pasado, la creencia popular era que Nicolas Sarkozy fracasaría en su intento de conseguir un segundo mandato como presidente de Francia.

Bajo las burlas por su fastuoso estilo de vida y una vida privada que lo vio divorciarse de su segunda esposa inmediatamente después de su elección en 2007 para casarse con la cantante Carla Bruni, los franceses jamás han mostrado afecto por “Sarko”. Con frecuencia se le conoce como quel q’un qui derange, alguien que te enloquece.

La razón para tener sentimientos sobre Sarkozy es su aparente deseo de irritar y desafiar el orden establecido. Su presidencia ha estado en constante movimiento: ¿la semana de 35 horas? Sarkozy fue en contra de esto. ¿Retrasar la edad de jubilación más allá de los 60 años? Sarkozy lo consiguió, a pesar de las huelgas y manifestaciones. ¿Un sector público inflado? Sarkozy eliminó 160,000 empleos de la administración pública.

Ninguna de estas reformas fue popular entre la gente, y algunas, al menos al principio, fueron condenadas por casi todos. Sin embargo, Sarkozy las consideró necesarias y persistió en su creencia de que sus compatriotas cambiarían hacia su forma de pensar.

Sin embargo, mientras la crisis de la eurozona se arremolinaba, el presidente recibió un fuerte golpe en enero, cuando una de las mejores agencias de calificación crediticia del mundo, Standard & Poors, bajó la calificación de Francia desde el nivel Triple A que tenía el país. El principal rival de Sarkozy, el candidato de centroizquierda, Francois Hollande, lanzó un duro ataque contra las políticas del gobierno, al decir: “Ya no estamos en primera división”.

Luego vinieron los asesinatos de siete personas en marzo, entre ellos los de tres niños, a manos de un extremista islámico en Toulouse y Montauban. La mayoría de los candidatos suspendieron la campaña electoral, pero como presidente en funciones, Sarkozy fue elogiado por su firme manejo de la crisis.

El columnista de Newsweek, Niall Ferguson, señaló que Sarkozy ya había comenzado el camino a la derecha mucho antes de la elección, lanzando ataques contra el multiculturalismo. Se quejó de que Francia tiene demasiados extranjeros y que no se integran de forma adecuada, y acusó a los carniceros de suministrar a los parisinos solamente carne halal.

“Sarkozy tiene la reputación de ser un estupendo conspirador político”, dijo. “Hubo incluso un rumor de que la caída de [el exdirector del Fondo Monetario Internacional] Dominique Strauss-Kahn, exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) fue orquestada por Sarkozy.

“Pero en este caso no es oportunista, ya que él va de la mano con la comprensible reacción pública en contra de los crímenes atroces cometidos por Mohammed Merah, quien mató a sangre fría”.

Sin lugar a dudas el presidente recibió un impulso puesto que la masacre desvió la atención de la crisis financiera, sin embargo, la economía y la seguridad de empleos siguen siendo la principal inquietud entre los electores. “Sarkozy se encuentra en una posición incómoda, y el tema de la economía será decisivo en la elección”, dijo Ferguson a CNN.

“Sarkozy apostó su reputación a la calificación Triple A de Francia como prestatario soberano. Eso se desmoronó de fea manera cuando ocurrieron los ataques terroristas; así que Sarkozy no puede por completo lamentarse de que dichos acontecimientos hayan ocurrido, aunque hayan sido horrendos. Esto todavía podría inclinar las cosas a su favor.

“Hay que recordar que Merah estaba bajo vigilancia, por lo que creo que si hubiera sido arrestado antes de ser asesinado, la posición de Sarkozy sería muchísimo más funesta. Mientras que las encuestas ven ganar a Hollande la primera vuelta, el impulso en estos momentos está con Sarkozy”.

Y venir de atrás es algo que siempre ha deleitado a Sarkozy. Ahora dice que en tiempos difíciles, lo que Francia necesita es un combatiente experimentado.

En un gigantesco mitin de campaña, Sarkozy dijo a sus simpatizantes que si quieren ganar tendrán que trabajar y convencer a sus compatriotas de elegir como presidente a quien el líder de su partido dice que es la única opción realista.

Jean-Francois Cope, presidente del partido de centroderecha UMP, preguntó: “El verdadero criterio es: ¿Quién es el hombre más capaz para dirigir el país en este difícil período que tenemos que enfrentar? Ese es el único argumento”.

Y si el tema musical de la campaña del UMP suena vagamente como salido de una película de Sylvester Stallone, probable no sea casualidad. Sarkozy siempre ha estado dispuesto a dar batalla.

Hijo de un inmigrante húngaro, y sin haber ido a las escuelas de élite de Francia, Sarkozy se abrió camino a la cima de la política solamente por su fuerza de voluntad. El joven más listo de la clase, como algunos lo describen, aunque no siempre el más popular. Sin embargo, así sus simpatizantes creen que la actuación de Sarkozy convencerá a sus compatriotas.

“Al final creo que el logro más importante es la capacidad para enfrentar la crisis … de dar un nuevo impulso cuando es necesario”, dijo Cope. “Recuerden que después de la crisis financiera del 2008… la crisis en Georgia en 2007, recuerden el asunto de Grecia, la gobernanza europea, su capacidad para trabajar muy cerca con [la canciller alemana] Angela Markel, con el fin de encontrar la mejor solución. Podemos tener confianza porque hablamos ante personas que son conscientes de la importancia del desafío que tienen que enfrentar”.

Los titulares de cargos, según los analistas, siempre deben hacer polvo a sus oponentes y escapar de sus antecedentes. Sarkozy sigue algo de ese primer consejo, pero hace caso omiso del segundo, una estrategia de alto riesgo que puede hacerle conseguir o no un segundo mandato en el Palacio del Elíseo.

Jim Bittermann, de CNN, contribuyó a este reporte