(CNN) — Manny Pacquiao, la sensación filipina del boxeo puede jactarse de haber sido campeón en ocho ocasiones, pero no tuvo la capacidad para ser un amateur.
“Probó suerte, pero en lo que respectaba a nosotros no era tan bueno”, dijo Manuel Lopez, expresidente de la Asociación de Boxeo Amateur de Filipinas y actual vicepresidente del Comité Olímpico en su país.
“Estaba muy ‘verde’, los golpes le salían de arriba del hombro; en otras palabras, flotaba”.
Lopez conoció a Pacquiao cuando era adolescente, antes de que se convirtiera en uno de los mejores boxeadores libra-por-libra de todos los tiempos. Reconoce que tenía un gran potencial como profesional.
Aunque Lopez —y el deporte filipino en general— tiene la sensación de que el mejor y más exitoso deportista filipino ha atraído el interés al boxeo, probablemente sea también la causa de los pocos logros deportivos para los Juegos Olímpicos de este año.
El contundente éxito de Pacquiao ha alentado a más filipinos a pisar el ring, pero muchos de ellos buscan recompensas lucrativas por una carrera profesional, en lugar de participar como amateur por el orgullo nacional.
“El deporte del boxeo es en realidad economía”, dice Lopez. “Es triste decirlo, pero la gente que entra al boxeo es la menos afortunada. Según mi experiencia, todos los boxeadores que son activos y competitivos vienen de la clase baja con la esperanza de campos más verdes en cuanto al boxeo se refiere, tal como lo ejemplifica Manny Pacquiao”.
Aunque los filipinos no son tan exitosos como países como Cuba —que han superado expectativas en términos de medallas olímpicas— han ganado cinco medallas olímpicas en boxeo (de un total de nueve incluyendo otros deportes), y tres de ellas llegaron en los juegos sucesivos de 1988 a 1996.
Pacquiao era amateur cuando “el boxeo en Filipinas estaba en pleno apogeo”, dice Lopez, pero desde el auge de la década de los 90, las medallas en cualquier deporte, incluida esta disciplina, no se han materializado.
El financiamiento es la principal razón, lamenta Lopez, además de la creciente dificultad para calificar. El apoyo financiero de las empresas privadas y las asociaciones que patrocinan los deportes son de gran ayuda, pero no sirven para concretar, dice Lopez.
Mark Anthony Barriga, un chico de 19 años de la isla de Mindanao, parece listo para ser el único boxeador filipino en los Juegos Olímpicos de este año, pero el entrenador Ronald Chavez ve mucho potencial en su gimnasio.
Chavez fue boxeador amateur durante la época de oro del boxeo en Filipinas, con dos medallas de bronce y una de plata entre los juegos de Seúl y Atlanta. Luego de perder la medalla en las olimpiadas de Barcelona, empezó como entrenador, en 1999.
Como uno de los entrenadores de la asociación amateur, está a cargo de 48 boxeadores (36 hombres y 12 mujeres) que se turnan para practicar y golpear el costal a diario en el complejo deportivo Rizal Memorial Sports, de Manila.
Entre los principiantes de Chávez hay una gran cantidad de boxeadoras prometedoras (los Juegos Olímpicos de este año serán los primeros en los que participarán mujeres) y Eumir Marcial, de 16 años, quien se convirtió en el primer Campeón Mundial Junior el año pasado.
“Es bueno”, dice Chávez. Aunque desea que los boxeadores de su gimnasio se sigan desarrollando en el aspecto del orgullo nacional, sabe cuál es la razón por la que pelean.
“Bueno, quieren ser como Manny (Pacquiao). Incluso mi hijo de ocho años”, dice.
Lopez es optimista sobre el hecho de que Barriga pueda ganar una medalla de oro en Londres y desea que Marcial se desarrolle entre los mejores del mundo, con la idea de que toma seis años formar a un campeón boxístico que pueda darle a Filipinas su primera medalla de oro.
“El deporte es un barómetro para el desarrollo nacional. A veces sentimos que nos falta apoyo porque no es prioridad para el gobierno. Pero nosotros los deportistas nos esforzamos en buscar y en encontrar una manera de aliviar las carencias. También necesitamos sangre fresca, mentes frescas, nuevas ideas”, dice.
“No nos falta el talento aquí… con los fondos adecuados, el conocimiento y la tecnología, vamos a triunfar”.