Por Al Goodman, CNN
MADRID, España (CNN) – Coreando “No nos representan”, miles de manifestantes en Madrid protestaron en la mañana del domingo contra el Gobierno y los recortes del plan de austeridad, desahogando su ira en el primer aniversario del movimiento de protestas 15-M.
Muchos ignoraron el plazo del sábado impuesto por el Gobierno para dispersar la aglomeración de protesta en la Puerta del Sol, por lo que la policía tuvo que forzar la evacuación de la plaza a las 5 a.m. del domingo (hora local), dijo el Ministerio del Interior.
Alrededor de 30.000 personas asistieron a la protesta de Madrid, en la que hubo 18 detenidos por desórdenes.
En las primeras horas del domingo, los manifestantes continuaban con sus cánticos en la plaza mientras un gran número de policías, ubicados en el edificio gubernamental cercano y en las calles, los observaba.
Varios otros manifestantes también se reunieron el fin de semana en Barcelona y en alrededor de otras 80 ciudades en España.
En Barcelona hubo 22.000 manifestantes, mientras que en Valencia hubo 8.000 y en Sevilla 2.000, informaron las autoridades. Todos los manifestantes se dispersaron el domingo en la mañana, dijo el Ministerio del Interior.
Los eventos coordinados marcaron el regreso de los ‘indignados’ que lideraron el primer gran movimiento contra las medidas de austeridad y de gasto gubernamental.
Manifestaciones similares que critican los intentos del Gobierno de organizar el presupuesto –a veces perjudicando el financiamiento público- emergieron posteriormente en otros lugares de Europa.
En Madrid, los manifestantes llegaron a la Puerta del Sol en la tarde del sábado.
Por horas gritaron, saltaron, cantaron y ondearon pañuelos blancos. El momento más dramático, no obstante, fue el más tranquilo: cuando alzaron sus manos en un “grito silencioso” antes de estallar en aplausos.
Se espera que la multitudinaria manifestación vuelva a presentarse. El Gobierno ha aprobado tres días más de protestas en Madrid, lo que significa que escenas similares podrían ocurrir durante la semana.
El número de manifestantes en Madrid el fin de semana fue levemente menor al de que los que se reunieron en el mismo lugar hace un año.
En ese entonces, los manifestantes acamparon en Madrid y en otras ciudades para ser escuchados. Las escenas de miles de personas en los primeros días se convirtieron en cerca de seis millones de manifestantes en los meses siguientes, en un país de 46 millones de habitantes.
Desde entonces, la ocupación de campos en todo el mundo ha sido una tendencia.
Las nuevas protestas organizadas por el movimiento 15-M son diferentes del año pasado en al menos un aspecto clave: un gobierno conservador está ahora en el poder.
La crisis económica española también ha empeorado con respecto al año pasado. La nación entró en recesión, la tasa de desempleo aumentó a 24% en general y en más del 50% para los menores de 25 años, y el gobierno ha promulgado multimillonarios recortes junto con alzas en los impuestos para reducir el déficit presupuestal.
“Ya estamos cansados de esta situación”, dijo la manifestante madrileña Paola Alvarado, agente de ventas. “Y el nuevo gobierno es lo mismo. Roban nuestro dinero y se lo dan a los bancos”.
Hasta la fecha, las protestas contra las medidas de austeridad de España han sido pacíficas, con sólo choques ocasionales entre los manifestantes y la policía, y con algunos arrestos en ciudades como Barcelona y Valencia.
Tanto en las anteriores como en las últimas protestas, el nuevo Gobierno –que prometió mantener el orden y evitar la repetición de los campamentos en Madrid- le pidió a la Policía usar el “sentido común” para enfrentar el descontento público.
En meses recientes, los sindicatos españoles, tradicionalmente los líderes de las protestas, han estado al frente de las manifestaciones contra los recortes y las reformas laborales, mientras que el movimiento 15-M es apenas visible ahora.
“Tal vez la cosa más importante del 15-M es que, más que haber conseguido cambios concretos, generó conciencia de que un cambio histórico es posible”, dijo Jon Aguirre Such, vocero del movimiento hace un año.
“Creo que todo el mundo que formó parte del 15-M hizo historia. Nos pueden quitar muchas cosas, pero no nos pueden quitar nuestra memoria y nuestro sueño”, dijo Aguirre.
El movimiento 15-M original se lleva el crédito por ayudar a detener decenas de desalojos. Los activistas presionaron a funcionarios bancarios y de las cortes para retrasar las ejecuciones hipotecarias por las hipotecas morosas.
Pero Ignacio Urquiza, un sociólogo que ha estudiado el movimiento para la Fundación Alternativas, dijo que no ha habido grandes cambios en las políticas gubernamentales.
“Las manifestaciones no hicieron más que exponer –por poco tiempo- algunos problemas. Pero la crisis económica española y el sistema político no han cambiado. Son los mismos del año pasado”, dijo.