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Por Ian Kerner

Ian Kerner es consejero sexual y autor de best sellers del New York Times, escribe un blog de sexualidad semanal en The Chart. Lee más de él en su página web, GoodInBed.com.

(CNN) – Con el reciente voto en contra del matrimonio gay en Carolina del Norte y el apoyo de la equidad de matrimonios del presidente Barack Obama, las relaciones con personas del mismo sexo han llegado a los titulares.

Pero mis colegas y yo tenemos intereses menos políticos: nos enfocamos en ayudar a nuestros clientes gay, lesbianas y bisexuales a navegar su camino a través de los mismos problemas que enfrentan los clientes heterosexuales.

Las parejas de todas las orientaciones luchan con los mismos temas, desde libidos que no concuerdan a rutinas sexuales que llevan a la infidelidad. “Las dinámicas detrás son idénticas”, dice Emily Nagoski, educadora sexual y autora del libro Una Guía Científica para las Relaciones Exitosas.

“Pueden presentarse de diferentes maneras debido a las diferencias de género o por las presiones sociales externas, pero las reglas son las mismas, ¡y existen claras indicaciones de que las parejas gay son mejores para seguir esas reglas que las parejas heterosexuales!”

Nagoski me mostró un estudio desarrollado durante 12 años sobre parejas del mismo sexo, coordinado por el eminente doctor John Gottman, terapeuta conyugal, quien concluyó que todos los tipos de parejas, gay o heterosexuales, comparten muchos de los mismos problemas y los mismos caminos para seguir felizmente juntos.

Pero la investigación de Gottman también indicó que las parejas gay/lesbianas son más animados al enfrentar sus conflictos y, comparados con las parejas heterosexuales, utilizan más afecto y humor cuando discuten.

Estudios sugieren, por ejemplo, que las parejas de hombres tienden a tener sexo más seguido que cualquier otro tipo de parejas, mientras que las parejas lésbicas son las que tienen menos relaciones sexuales. Como muchas veces, las mujeres valoran más la intimidad emocional que la intimidad sexual, un bajo impulso sexual puede no ser un problema.

Del mismo modo, dos hombres con gran libido podrían posicionar sus deseos sexuales en una relación abierta.

“Un número de mis clientes gay prefieren ser sexualmente abiertos pero emocionalmente monógamos”, dice Joe Kort, terapeuta sexual y de parejas. “Pueden tener amantes fuera de la relación y no convertirlos en una amenaza para la relación”.

Es un tipo de emparejamiento gay al que Dan Savage, columnista de sexo, le ha puesto el famoso término de “monogamish”, pero no es necesariamente exclusivo de las relaciones gay.

“Sobre todo, los hombres son buenos para separar sus sentimientos sexuales y emocionales”, explica Kort. “Es una cosa de hombres, no de los gay”.

Al mismo tiempo, las parejas gay y lésbicas tienen preocupaciones únicas que no existen en las relaciones heterosexuales. Por ejemplo, “cada pareja puede estar en una etapa diferente para declararse gay”, dice Kort.

“Si una pareja está más declarada, él o ella puede presionar por cosas con las que la otra pareja no se siente cómoda todavía, como conocer a las familias o ser físicamente afectuoso en público”.

El género también juega un gran papel en la manera en la que las parejas se relacionan entre sí, dentro y fuera de la habitación, y las parejas del mismo sexo no son la excepción.

En general, dice Kort, las mujeres tienden a enfocarse en la intimidad emocional, mientras que los hombres pueden ser más emocionalmente distantes. Las parejas gay o lésbicas pueden beneficiarse de la terapia cuando las dos personas tienen acentuadas estas características. En otras palabras, una pareja de mujeres puede estar tan cercana que quisieran trabajar en sus seres individuales, mientras que la terapia le podría ayudar a una pareja de hombres a aprender cómo comunicarse mejor entre ellos.

Si has considerado tomar terapia, investigar al respecto tiene su recompensa.

“Tu terapeuta no necesita ser gay o lesbiana, pero él o ella debe de estar totalmente informado acerca de las relaciones gay y lésbicas, no solo apoyar a los gay y las lesbianas”, explica Kort.

Eso incluye tener un profundo entendimiento en las diferencias, a veces sutiles, entre las parejas del mismo sexo y las heterosexuales, desde las preocupaciones acerca de la discriminación y de “declararse”, hasta las influencias de la infancia, hasta temas sexuales.