Mark de Rond pasó seis semanas en un campo militar analizando el aburrimiento entre el personal.

(CNN) — El aburrimiento es un tema poco probable en lo que se refiere a la investigación sobre los lugares de trabajo. Es comúnmente asociado con actividades como: holgazanear, tomar descansos para el almuerzo absurdamente largos, y jugar con internet a escondidas.

Un nuevo estudio sugiere que el aburrimiento es algo que afecta el desempeño de los empleados en las más altas categorías, así como las más bajas.

Sandi Mann, una profesora de Psicología en la Universidad Central de Lancashire, en Inglaterra, dice que el aburrimiento es la segunda emoción más comúnmente escondida en el lugar de trabajo, después de la ira, y cree que los lugares de trabajo modernos se están volviendo cada vez más aburridos.

“Los cambios en la legislación todo el tiempo dan lugar a procedimientos burocráticos que la gente encuentra aburridos. Parece que estamos en una cultura de tener reuniones, lo que para muchas personas es aburrido. Hay muchos sistemas automatizados ahora, así que muchas de las cosas que hacemos son algo remotas. Tenemos a más personas trabajando en turnos nocturnos, que son más aburridos porque hay menos personas con quien hablar”, dijo.

Además, Mann siente que, como sociedad, nos estamos volviendo menos dispuestos a tolerar el aburrimiento. “Las personas tienen más de una expectativa que cumplir por todo lo que hacen. Compara la generación de nuestros abuelos: no había ningún deseo de tener una autorrealización y de alcanzar su potencial. No iban a las minas de carbón para sentirse realizados”.

“Esa actitud ha cambiado. Ahora vemos, con mayor frecuencia, que la gente renuncia a trabajos mejor pagados por otros con sueldos más bajos pero más satisfactorios”.

A pesar de su proliferación, Mann piensa que existe poca conciencia sobre el aburrimiento, que ella considera como “el nuevo estrés”.

“Es tan estresante como el estrés, pero mientras que los cursos de manejo del estrés son numerosos y de poco valor, las organizaciones tienen miedo de admitir que sus trabajadores pueden estar aburridos”, añade.

El año pasado, Mark de Rond, de la Escuela de Negocios Judge de la Universidad de Cambridge, paso seis semanas estudiando cirujanos militares en el Campo Bastion en Afganistán. Encontró que el aburrimiento tenía un efecto desestabilizante, incluso en otros individuos de alto rendimiento.

En su primera semana, De Rond vio llegar 174 víctimas, observó 23 amputaciones y 134 horas de operación. Una buena proporción fueron niños de la localidad. Aunque el trabajo es mental y emocionalmente demandante, los cirujanos son “brutalmente efectivos”, dice.

“No creo que haya visto equipos más efectivos que cuando alguien estaba sangrando en Bastion. Es casi algo bello. Son tan compuestos, es tan libre de ruido. El problema es cuando las personas no tienen nada que hacer”, dice De Rond.

De acuerdo con De Rond, aunque hay días donde no llegan víctimas, los cirujanos nunca pueden relajarse, debido a que están de guardia. Mientras esperan que los helicópteros traigan a las víctimas, se sienten culpables por desear más trabajo. Empiezan a competir uno con el otro, se vuelven más críticos sobre los esfuerzos de los demás, y se vuelven más reflexivos sobre la inutilidad de todo. “A medida que se vuelven infelices, se vuelven como osos grandes; simplemente no quieres estar cerca de ellos”, dice De Rond.

Seis formas en que afecta el aburrimiento

Un estudio sobre la relación entre el comportamiento de trabajo contraproducente y el aburrimiento por los investigadores de la Universidad Estatal de Montclair y la Universidad del Sur de Florida (ambas en Estados Unidos) identifican seis maneras en las que los empleados aburridos pueden dañar a sus organizaciones: abusando de otros, fallando a propósito en las tareas, sabotaje, retiro, robo y molestar a otros. De estos, el más común es el retiro (ausencia, tardanza, tomar descansos largos), dice Paul Spector, de la Universidad del Sur de Florida.

Él y sus coinvestigadores se basaron en estudios que muestran que algunas personas son más propensas a aburrirse que otras. Estas personas son más propensas a enojarse, participar en conductas de riesgo, mostrar agresión, hostilidad, falta de honestidad y humildad.

Al fondo de todo esto está el resentimiento: “Hasta cierto punto estos comportamientos pueden ser producto de alguien que sólo se está vengando del empleador, culpando al empleador por crear condiciones aburridas, y tratar de devolver el golpe”, dice Spector.

Añade que todavía hay poca correlación entre la carga de trabajo y el aburrimiento. “Puedes estar muy ocupado y seguir aburrido. Y puedes estar angustiado aunque no estés ocupado en lo absoluto; si sólo odias lo que estás haciendo”.

De Rond también ha visto un tipo de manifiesto de aburrimiento “existencial” en empresas de servicios profesionales.

“Ese no es un resultado de que no hay nada que hacer; no tienen nada que valga la pena hacer”.

La solución, de acuerdo con De Rond, es “encantadoramente sencilla”. “Siempre que cada uno sea capaz, todo lo que tienes que hacer es darle a las personas algo de que preocuparse más allá de sí mismos”.

Bastion ofrece un ejemplo. “Tienes personas heridas que están llegando, quienes morirán si no haces algo rápidamente; eso es más importante que tú mismo, en ese punto. Los equipos trabajan efectiva e increíblemente cuando eso pasa”, dice.

Para replicar este efecto, los líderes necesitan explicar a los equipos, “por qué lo que hacen es importante, a quién le importa y por qué”. “Es eso lo que mantiene a un equipo enfocado”, dice De Rond. “De otra manera, es sólo trabajo”.

De Rond también cree que es necesario para los lugares de trabajo diseñar una cultura de “seguridad psicológica” en la que “está bien hacer preguntas”.

Permitir a los empleados ventilar las dudas y ansiedades que surgen cuando están aburridos es, señala, “una cosa bastante atemorizante” para que la hagan las empresas. “La mayoría de las personas sospecharían que si comienzas a cuestionar el protocolo, desgastas la moral”.

Pero en un ambiente de seguridad psicológica, teoriza, “lo que debes ver es algo de la vulnerabilidad de la gente involucrada. Es donde a la gente puede estar bien con ello, en lugar de ponerse a la defensiva. En todo caso, realmente debería levantar la moral”.