(CNN) — El ex primer ministro japonés, Naoto Kan admitió que estuvo asustado durante la fusión nuclear en la planta de Fukushima Daiichi el año pasado, además reconoció que poco se ha hecho desde entonces para evitar otro desastre nuclear.
Sonando como un activista antinuclear, Kan testificó ante un tribunal nombrado por el Parlamento para investigar el desastre nuclear.
“No tuve mucha información” de la agencia NISA, reguladora del gobierno o de la planta operadora de Tepco, informó Kan. “Pensé que no podía tomar ninguna medida en esta crisis. Sentí miedo”.
Durante su testimonio, Kan se mostró crítico consigo, con los burócratas de Japón y con TEPCO, diciendo que todos estaban esperando que la situación no fuera una espiral fuera de control. Informó que todos se preocupaban más por proteger sus puestos de trabajo.
Específicamente, Kan señaló que él se negó a la solicitud de TEPCO para evacuar la planta de Fukushima.
“El peor escenario del caso fue que 30 millones de personas tenían que ser evacuadas de la capital (Tokio), dijo Kan. “Esto hubiera colocado a la nación a una pulgada de su fin”.
Kan dijo que hizo lo posible para compartir la información con las personas, sin embargo, admitió que no había muchos hechos verificados que compartir.
El fin de semana, Yukio Edano, exjefe de gabinete de Kan, declaró que rechazó una oferta de Estados Unidos para proporcionar expertos nucleares, diciendo que “no era apropiado”. Kan dijo que se enteró de la oferta de Estados Unidos luego de los hechos, sin embargo, apoyó la decisión de Edano.
Kan también habló sobre la llamada “aldea nuclear” de Japón. Ese es el término empleado para describir los servicios reguladores nucleares públicos, burócratas y académicos apoyan el uso de la energía nuclear en Japón. Kan dijo que se trata de un grupo que no muestra ningún remordimiento por el desastre.
La prioridad de la nueva política nuclear de Japón debe ser desmantelar el poder de la aldea nuclear, con todas las centrales nucleares, consideró Kan.
“Me gustaría decir a los japoneses y al mundo, que la política nuclear más segura es no tener plantas nucleares”.