Por Patrick Oppmann, CNN
(CNN) – Una abuela de 49 años que quería ser la primera persona en nadar 165 kilómetros desde Cuba a los Cayos de Florida sin ayuda terminó su aventura de forma prematura en la mañana del domingo cuando una fuerte corriente en las aguas llenas de tiburones que le hizo “imposible” continuar, dijo su equipo.
Penny Palfrey, nadadora de Resistencia australiana-británcia, aguantó las picadas de medusas y el fuerte sol y siguió nadando desde que empezó el viernes en la mañana.
Si hubiera seguido su ritmo, habría llegado a la costa de los Cayos de Florida en la tarde del domingo.
Pero a las 2 a.m., su equipo dijo en Facebook que el intento quedaba suspendido.
“Penny Palfrey tuvo que ser sacada del agua, después de nadar más de 40 horas, aproximadamente a la medianoche de hoy debido a una fuerte corriente del sudeste que le hizo imposible continuar”, dice la publicación den la red social. “Penny está ahora en el bote escolta siendo atendida por su equipo”.
La nota no dice qué tanto nadó.
Una publicación en la noche del sábado, mientras Palfrey todavía estaba en el agua, dijo que había recorrido más de 138 kilómetros.
Con esa distancia superó su marca personal: rompió su récord de 107 kilómetros que estableció en 2011 cuando nadaba de la isla Gran Caimán a la isla Pequeño Caimán.
Palfrey quería convertirse en la primera persona en nadir a través del estrecho de Florida sin ayuda: sin jaula contra tiburones, ni aletas, traje o esnórquel.
Susie Malroney, una nadadora de 22 años, completó el recorrido de Cuba a los Cayos en 1997, pero usó una jaula contra tiburones.
Palfrey se mantuvo nutrida e hidratada al consumir una bebida alta en calorías cada 30 minutos.
Su equipo también usó “escudos contra tiburones”: cables que cuelgan de los botes y kayaks alrededor de Palfrey y emiten una pulsación para mantener alejados a los depredadores.
“Sujetamos los escudos al kayak y alrededor del bote, y éstos emiten un campo eléctrico en el agua”, le dijo Palfrey a los periodistas en La Habana el jueves. “Cuando los tiburones se acercan a cinco metros, detectan los sensores en el hocico. No les hacen daño, pero no les gusta y se alejan”.
Según a la nota publicada en Facebook el sábado, los dispositivos habrían servido después de que Palfrey vio tiburones martillo nadando debajo de ella.
Los tiburones, no obstante, “desaparecieron rápidamente”, dice la nota.
El año pasado, la nadadora Diana Nyad intentó dos veces completar ese nado, también sin ningún tipo de ayuda, pero no lo logró debido la picadura de medusas y a problemas de salud.