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Por Bruce Stokes

Nota del editor: Bruce Stokes es director del Global Economic Attitudes en el Pew Research Center. Este reportaje expresa sus opiniones.

(CNN) — A la cada vez más larga lista de valores perdidos desde la Gran Recesión de 1929, habría que agregar la fe en la ética laboral y en el capitalismo. A más de cuatro años del fraude de los hermanos Lehman y la subsiguiente recesión mundial, en algunos países como Japón, Rusia y Grecia, que sufrieron más, se cuestiona seriamente que esforzarse en una economía competitiva lleve al éxito.

En ocho de los 21 países que evaluó recientemente el Centro de Estudios Pew, menos de la mitad cree que el trabajo duro garantice el éxito. En 11 de los 16 países en los que existen datos sobre estas tendencias que datan de 2007, antes de que iniciara la crisis, el apoyo al capitalismo disminuyó. Una excepción notable es Estados Unidos, en donde el 77% del público aún cree que el esfuerzo lleva al éxito y el 67% confía en el libre mercado.

Al crecer las preocupaciones por una doble recesión mundial, la atención se centró, con toda razón, en el posible costo humano de una nueva depresión. La creencia cada vez más generalizada de que el trabajo duro no necesariamente lleva al éxito, en especial en una economía competitiva, podría obstaculizar la recuperación de cualquier desaceleración económica.

La fe en el trabajo es particularmente reducida en Líbano, en donde solo el 32% de los encuestados espera que sus esfuerzos se vean recompensados; es baja también en Rusia (35%), Japón (40%), Italia (43%) y Grecia (43%), países que han sufrido mucho en los últimos años.

Las víctimas de las crisis en Europa y Japón se muestran especialmente escépticas respecto a la ética en el trabajo. Más de la mitad del público en Japón, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Grecia, Polonia y la República Checa dicen que su situación económica no está muy bien y tampoco creen que el trabajo duro garantice los logros económicos.

Este pesimismo podría ser la primera epidemia mundial. En Egipto, Jordania, Túnez, India, Pakistán, Brasil y México, la mitad de quienes declaran que sus finanzas no están muy bien creen que el trabajo duro trae consigo recompensas económicas. Incluso la moral en el trabajo ha dejado de ser, si es que alguna vez lo fue, un valor exclusivamente occidental: es un principio ampliamente respetado en Medio Oriente, en el subcontinente indio y en América Latina.

La crisis económica mundial ha mermado el apoyo al capitalismo. El desencanto es particularmente marcado en Italia (donde el apoyo a la economía de libre mercado ha caído 23 puntos porcentuales desde 2007), España (en donde bajó 20 puntos) y Polonia (en donde perdió 15 puntos). De manera similar, este apoyo ha perdido 10 puntos en China y México desde 2010 y 9 puntos en Estados Unidos a partir de 2009. Los mexicanos son quienes menos creen en el libre mercado: en México solo el 34% cree en el capitalismo; en Japón sólo el 38%. El mayor apoyo al libre mercado se encontró en Brasil (75%), China (75%) y Alemania (69%), aunque los habitantes del oriente de ese país lo apoyan menos que los del oeste.

En la mayoría de los países, las experiencias económicas personales de la gente moldean su forma de ver una economía competitiva. Es menos probable que quienes han padecido crean que les va mejor con el capitalismo que aquellos a quienes les ha ido bien, como es el caso en Rusia, Polonia, China y Japón.

El sondeo reafirmó el lazo que existe entre la ética en el trabajo y el apoyo al capitalismo, discutido por vez primera por el sociólogo alemán Max Weber. En 14 de 21 países, quienes creen que el trabajo duro resulta en el éxito económico tienden a creer que a la gente le va mejor en una economía de mercado aunque en esta haya pobres y ricos. Este nexo es más evidente en China, Rusia, EU y Gran Bretaña.

El escepticismo sobre las bondades del trabajo duro y el rechazo al capitalismo podrían revertirse rápidamente una vez que la suerte económica del mundo mejore. Sin embargo, no hay señales de que la economía repuntará en el futuro inmediato, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. De hecho, el riesgo evidente en los meses por venir es que las condiciones económicas globales empeoren antes de mejorar, probablemente afectando el compromiso de muchas personas con el esfuerzo y el apoyo al capitalismo dificultando aún más la recuperación.

Consulta el informe completo (en inglés) del Centro de Estudios Pew Pesimismo generalizado sobre la economía mundial está disponible.