Los padres pueden sentir que otro hombre ha ocupado el lugar más importante en la vida de sus hijas.

Por Shanon Cook

(CNN) — Como dice la canción: “El amor de verano me divirtió”.

Pero para los padres de hijas que se enamoran por primera vez, podría ser de todo menos algo bueno, e incluso podría causar que el corazón de un padre explote de tristeza.

De repente la pequeña niña de papá que hasta hace un año quería jugar tenis contigo olvidó por completo tu existencia. Está demasiado ocupada mandando mensajes, enchinando sus pestañas e inspeccionando la playa en busca de Todd, el chico surfista.

“En cierta forma los padres realmente se sienten rechazados, incluso despojados”, dice la neuropsiquiatra, la médico Louann Brizendine. “Casi se sienten como si los hubieran plantado en el altar. A menudo piensan, ‘¿qué hice mal? ¿cómo la recupero?’ Tenían esta relación realmente especial y cercana entre padre e hija, y de repente ellas toman la rampa de salida de la relación”.

Recuerdo haber tomado esa rampa de salida. Su nombre era Mark y era mayor (él tenía 27 y yo 18), misterioso y espléndido.

Aquí está lo que mi papá dijo sobre esa experiencia:

“Cuando mi hija comenzó una relación seria con una persona algunos años mayor, fuera de mi esfera de influencia y que no era de mi agrado, me sentí amenazado y sin poder. Aunque quería sentir que se había vuelto independiente y en control de su vida, tuve un sentimiento genuino de pérdida y un miedo persistente por no poder haber hecho lo suficiente para prepararla para el viaje. Fue una de las transiciones más difíciles que tuve que negociar”.

Kirsty Ewens dice que su padre tuvo un “colapso total” cuando dijo que quería vivir con su novio. Así que él ideó una solución. Construyó otra casa en su propiedad para que ella y su novio vivieran allí.

“Mi papá siempre ha reaccionado exageradamente ante cualquier temor de perder mi compañía”, dijo Ewens.

“Me llama dos o tres veces al día”, dice. “Vivimos a 100 metros de distancia”.

Aunque el ejemplo de Kirsty sería un episodio fantástico de un reality show de televisión sobre paternidad extrema, casi como la angustia de mi padre en ese entonces, es meramente ilustrativo de la intensidad envuelta en el vínculo padre-hija.

“Creo que una terrible gran cantidad de hombres tienen una conexión visceral con sus hijas que probablemente es diferente a cualquier otra conexión que hayan tenido con alguien”, dice Joe Kelly, un padre de dos gemelas y autor del libro Dads and Daughters (Padres e hijas). “Es una experiencia muy misteriosa. También es una de la que nunca hablamos, lo que añade inmensamente la complejidad del rol que juega (la primera relación amorosa de la hija)”.

“El silencio es realmente intenso y luego lo combinas con un ‘está bien ahora es una adolescente y está rechazándome a mí y a su madre’; eso es parte del proceso… y sabes lo poderoso que ha sido el amor de esta mujer en tu vida y ahora lo ves dirigirse hacia otra dirección. Es una transición realmente difícil”.

Esconder el miedo bajo bromas

Por supuesto, los padres hacen las típicas bromas sobre esta fase, sobre cómo estarán sentados en la entrada de la casa limpiando sus pistolas mientras el nuevo novio llega para recoger a su hija. También podrían decirle a sus amigos con un guiño y un codazo que prohibirán las citas hasta que su hija cumpla 35 años.

Luego está toda la situación de “los hombres saben cómo son los hombres”. Los padres saben cómo eran a esa edad: hambrientos de sexo, monstruos salivosos con acné que ven a las niñas como figuras con senos pegados.

Pero puede ser más que sólo eso. Especialmente para los papás que han invertido en las relaciones con sus hijas.

“Es como si lo hubieran dejado por un hombre más joven”, dice Brizendine. “Se sienten como un señor más viejo que ha sido descartado. Y básicamente sí lo es. Terminamos nuestro deber reproductivo cuando (nuestros hijos) llegan a esa edad. Tuvimos bebés, creamos a la siguiente generación; ahora apártense del camino”.

Aunque Brizendine, autora de The Male Brain (El cerebro masculino) y The Female Brain (el cerebro femenino) no tiene miedo de recordarnos la dura verdad que rodea a nuestra biología, también está consciente de que todos estos sentimientos son sumamente desagradables. Algunos de sus pacientes que son padres están tan desgarrados, dice, que pelean con sus esposas por frustración. Incluso buscarán comodidad fuera del matrimonio.

“Los hombres pueden ser más vulnerables a tener un amorío como una reacción a este momento en su vida cuando la hija está completamente alejada y no se sienten respetados y destrozados, y quizá su esposa no es tan comprensiva después de todo”, dijo.

Y; ¡alerta de algo desagradable!, la confusión del padre sobre el cuerpo de la hija que comienza a desarrollarse, también podría ser un factor.

“Nada asusta más a un papá que el hecho de que por alguna razón tiene sentimientos sexuales hacia su hija”, dice Brizendine. “Si sale vistiendo un atuendo realmente atractivo mientras comienza a desarrollarse y se encuentra a sí mismo reaccionando un poco como un chico, a menudo se mortifica. Es una reacción normal”.

¿Quién diría que el primer amor de una hija (aunque normal, necesario, precioso e increíblemente importante para ella) podría sacudir brutalmente a toda la familia, brillando con tanta intensidad sobre lo que llamamos el ciclo de vida?

“Habla con otros padres”, dice Kelly. “Es algo realmente importante. Los padres veteranos son valiosos”.

También lo es la confianza.

“Confía en tu hija”, dice Kelly. “Es mucho más fácil hacerlo si has sido capaz de confiar en ella durante todo este tiempo. Ve la confianza en tu hija como una forma de construir su fuerza, y como la manera más efectiva de protegerla porque entonces ella puede aprender a protegerse por sí misma”.

Sólo porque ahora prefiera hacerse una depilación de bikini que ponerse filosófica contigo no significa que ya no valora tu aprobación.

Scott Monaghan, un padre de tres chicas adolescentes, dice que sólo intenta enfocarse en ser tan tranquilizador como sea posible.

“Mi desafío ha sido pelear contra el mensaje que la cultura les manda: que ser hermosa con una figura perfecta es lo que importa”, dice. “He tratado de enseñarles que lo más importante es lo que son, no cómo se ven. Habiendo dicho eso, van a tener que pasar por mucho carbón antes de que encuentren a su diamante. Les hago saber que siempre contarán conmigo”.

A Brizendine le gusta tranquilizar a los padres desamparados diciéndoles que la transformación de sus hijas no sólo está diseñada con el propósito de hacerlos sentir miserables.

“El padre sólo debe darse cuenta de que es una parte normal de la vida en la que la hija tendrá que irse por su propia cuenta…hacia la etapa de mujer joven de la vida”, dice.

Mark, el chico de mi verano a la Marilyn Monroe está tan lejos de mi vida ahora, que su rostro se ha convertido en una imagen borrosa.

Pero papá sigue aquí.