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(CNNMéxico) — La difusión en internet de una película de dos horas que se burla del islam y representa al profeta Mahoma como un pederasta, mujeriego y asesino causó indignación entre los musulmanes y detonó las protestas contra sedes diplomáticas estadounidenses en Egipto y Libia.

Aunque la violencia generada por este filme puede desconcertar a los no musulmanes, ocurre por el agravio a un principio central del islam: el profeta Mahoma era hombre, no Dios, y por tanto personificarlo -como en la película- amenazaría con dirigir la adoración a un humano en lugar de Alá.

“Todo tiene sus orígenes en la noción de la adoración de un ídolo”, explicó Akbar Ahmed, quien preside el Departamento de Estudios Islámicos en la American University. “En el islam, es muy fuerte el conocimiento elemental de los versos sobre Dios, cualquier imagen relativa a Dios, o cualquier figura sagrada”, dijo.

“El profeta mismo estaba consciente de que si la gente veía su rostro representado por personas, empezarían pronto a adorarlo”, detalló Ahmed. “Así que él mismo habló en contra de dichas imágenes; decía: ‘Soy solo un hombre’”.

El escritor, realizador y productor del filme Innocence of Muslims (Inocencia de los musulmanes), Sam Bacile, se escondió después de los disturbios. De acuerdo con el periódico estadounidense The Wall Street Journal, que habló con él vía telefónica desde una ubicación no revelada, dijo que pretendía que su obra fuera una postura política provocativa para condenar esta religión.

“El islam es un cáncer”, dijo Bacile en la entrevista con el diario.

El rodaje de la cinta costó unos cinco millones de dólares y fue financiada con la ayuda de unos 100 donadores judíos, afirmó Bacile en la entrevista con The Wall Street Journal.

Este miércoles por la mañana, un video de 14 minutos permanecía en línea en YouTube. Sin embargo, en países como Afganistán se prohibió el acceso al canal de videos para evitar que los musulmanes del país pudieran verlos y evitar incidentes como los de Libia y Egipto, según varios reportes.

“Nos han pedido apagar YouTube al público afgano hasta que el video se baje”, dijo a Reuters Aimal Marjan, del Ministerio de Información y Tecnología afgano.

La empresa no ha comentado directamente sobre el caso. En un comunicado enviado a Fast Company, un sitio de noticias tecnológicas, un representante de YouTube dijo que la firma, filial de Google, no habla sobre videos en específico.

“Lo que puedo decirte es que en YouTube, la gente en todo el mundo puede expresarse al compartir videos de una forma legal y segura, y esto algunas veces genera conflictos culturales y políticos”, dijo el representante.

YouTube no respondió a solicitudes de entrevista este miércoles.

Este martes, decenas de manifestantes musulmanes acudieron al consulado de Estados Unidos en Bengasi, Libia. En medio de los disturbios se lanzaron cohetes en contra de la sede diplomática, lo que provocó la muerte del embajador estadounidense J. Christopher Stevens y otros tres funcionarios.

En El Cairo, Egipto, los manifestantes consiguieron reemplazar la bandera estadounidense en la embajada de ese país por una musulmana, también en una presunta respuesta a la película de Bacile.

Los actos fueron condenados por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Sin embargo, también el gobierno de Afganistán, de tradición musulmana, dijo en un comunicado que la cinta es “blasfema”, además de una “acción criminal” que ha herido los sentimientos de los 1.500 millones de musulmanes del planeta, según un reporte de EFE.

Un asunto sensible

En las mezquitas no hay imágenes de ninguna persona. Los espacios están decorados con versos del Corán.

Mohamed Magid, un imán que lidera la Sociedad Islámica de Norteamérica, dice que la prohibición musulmana de las representaciones de los profetas se extiende a Jesús y Moisés, a quienes el islam trata como profetas.

“Se prohíbe la adoración de imágenes”, explicó.

Omid Safi, un profesor de estudios religiosos en la Universidad de Carolina del norte, explicó que ha habido ocasiones históricas en los que los musulmanes representan a Mahoma.

“Hemos tenido representaciones visuales del profeta en forma de miniaturas e imágenes en el contexto iraní, el contexto turco, el contexto de Asia central”, detalló Safi, autor del libro Memories of Mohammed (Memorias de Mahoma). “El único contexto significativo donde las representaciones del profeta no se han relacionado con la imagen es el contexto árabe”.

Sin embargo, incluso las obras artísticas del profeta son un asunto sensible.

Akbar, un exembajador pakistaní en Gran Bretaña, dijo que los artistas musulmanes de los siglos 15 y 16 lo representaban pero evitaban dibujar su cara.

“Era como si usara un velo en el rostro, para que los verdaderamente ortodoxos no pudieran objetar; esa fue la solución que encontraron”, dijo Akbar.

En una película musulmana llamada The Messenger (El Mensajero), que circuló por todo el mundo musulmán en las décadas de 1970 y 1980, el profeta se muestra sólo como una sombra.

Los estudiosos de la religión dicen que la oposición musulmana a retratar a Mahoma en general no fue violada en los siglos anteriores debido a la brecha que había en gran parte del mundo musulmán y occidental.

Pero en la era global, los no musulmanes y los críticos del islam sienten la libertad de representar a Mahoma, incluso en formas ofensivas.

En 2006, la representación de un caricaturista danés del profeta con una bomba como turbante con una mecha encendida provocó manifestaciones en todo el mundo e incluso una amenaza de atentado en contra del dibujante.

Dan Gilgoff, Eric Marrapodi y John D. Sutter contribuyeron con este reporte