Por Stephen Prothero
Nota del Editor: Stephen Prothero es especialista en religión de la Universidad de Boston y autor de La Biblia Americana: Cómo las Palabras Unen, Dividen, y Definen una Nación. Es colaborador del blog Belief de CNN.
(CNN) — Hace algunos años escribí un libro acerca de lo que significa Jesús en el imaginario estadounidense. Lo que aprendí durante el proceso es que ese Jesús es una figura maleable y que se puede voltear en casi cualquier dirección.
Nuestro Jesús ha sido blanco y negro, gay y heterosexual, socialista y capitalista, pacifista y guerrero, un activista de los derechos civiles y un miembro del Ku Klux Klan. Por siglos, los estadounidenses lo han transformado de acuerdo a las cambiantes circunstancias económicas, inclinaciones políticas y tendencias culturales.
Parte Proteo, parte Pablo (quien se hacía llamar “todas las cosas para todos los hombres”), se convirtió durante el periodo victoriano en un salvador sentimental. Durante la era del primer regimiento de caballería voluntaria de Teddy Roosevelt, él ejercitó sus músculos y portó una vara alta. Durante la contracultura de las décadas de 1960 y 1970, dejó crecer su cabello e hizo vibrar su guitarra de la paz.
Ahora, en una era en la que los estadounidenses debaten acerca del matrimonio y las relaciones sexuales, aparece un Jesús que entregó su cuerpo y alma al matrimonio, por lo menos asi lo plantea el pedazo de papiro antiguo que pronto aparecerá en televisión gracias a la Escuela de la Divinidad de Harvard y a través de la profesora Karen King y del Canal del Smithsonian.
“Jesús dijo, ‘Mi esposa’”, según relata el papiro. Desde que King anunció su descubrimiento el martes en una conferencia de estudios religiosos en Roma, el mundo trata de imaginar qué tipo de hombre (y dios) será, pero es áun más importante imaginar quién fue la mujer que lo llevó a la cama matrimonial.
En cuanto a la pregunta que todos se preguntan —¿Jesús era casado?— la única respuesta certera es que no sabemos.
Existen todo tipo de razones para ser escépticos acerca del descubrimiento. Primero, de acuerdo con King, el papiro pertenece a un comerciante anónimo que está dispuesto a dar el fragmento a Harvard, pero solo si compran otras piezas de su colección.
Segundo, aún no sabemos dónde fue supuestamente hallado el fragmento o quién lo hizo, y el mundo de los manuscritos judíos y cristianos antiguos está repleto de falsificaciones y falsificadores.
Tercero, aunque el papiro sea genuino, solo apunta hacia un autor que cita a Jesús refiriéndose a su esposa. A lo mejor el autor simplemente estaba tratando de hacer a un lado la antigua tradición cristiana del celibato por sobre el matrimonio.
O puede ser que se trate de una ‘esposa’ simbólica o espiritual y no una de carne y hueso. (En el Nuevo Testamento, Jesús se dirige a sí mismo como el comprometido).
Al final, lo que me intriga más acerca de este pequeño fragmento (solo mide 3,8 por 7,62 centímetros) es la gran publicidad. El texto original del blog Belief tuvo más de 4,000 comentarios al respecto y contando. El Smithsonian tiene planeado un documental para el 30 de septiembre.
Jesús puede ser una de las figuras mejor descritas del mundo antiguo, pero aún sabemos muy poco acerca de él. Y debido a que es el protagonista en la religión más grande en el mundo, tendemos a querer llenar los espacios en blanco.
La tradición judía tiene un nombre para esto: midrash, que se refiere a una manera de contar historias para esos espacios vacíos. Los estadounidenses lo han hecho durante siglos con Jesús. ¿No estás seguro de dónde se encontraba durante sus ‘años perdidos’ desde el final de su infancia hasta el inicio de su sacerdocio? Ubícalo en la India. ¿Cómo se veía? Dibuja una pintura o haz una escultura.
Lo que sucede, desde mi punto de vista, es la negación a decir: “no sé”.
La verdad es que no sabemos cómo se veía Jesús. Ni dónde estaba o qué hizo cuando cumplió 18 años. Y si alguna vez se casó o se divorció.
Lo cierto es que vivimos en un país obsesionado con Jesús y en una época aferrada a todo lo relacionado con el matrimonio, la sexualidad y el cuerpo, ideas por las que este papiro causó tanto alboroto.
En lo que a mí respecta no me importa demasiado lo que Jesús pensaba del matrimonio o si se estaba comprometido. Nosotros como sociedad tendemos a resquebrajar la religión fácilmente con preguntas de alcoba, como si Jesús hubiera venido al mundo para decirnos con quién debemos de tener sexo y cómo.
Estoy más interesado en lo que Jesús tiene que decir acerca de la riqueza y la pobreza. Y existe un gran acervo disponible para leer y atender, “si solo tuviéramos oídos para escuchar”.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Stephen Prothero