Por Krupskaia Alís, CNN
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(CNNEspañol.com) – Santa María Urapicho es un pequeño poblado indígena de Michoacán, que ha llamado la atención pública.
Sus habitantes afirman que se cansaron de las amenazas de gente ligada a los cárteles de la droga y decidieron hacerles frente, atrincherándose. Una historia que se coló en el mapa nacional cuando algunos de ellos subieron un video a Youtube explicando sus razones.
Cubiertos los rostros y portando armas de distinto calibre, dijeron que tomaron el control del pueblo ante la crítica situación que han venido enfrentando.
“Ojalá que el gobierno nos ayude y se preocupe por nosotros”, señaló uno de ellos. Aseguran que las hostilidades comenzaron en 2009. Algunos de sus habitantes fueron secuestrados y a otros “los desaparecieron”.
“Sabemos que es en todo el país, pero aquí hemos sufrido mayor hostigamiento… Ya hace tiempo que hemos perdido compañeros, algunos desaparecidos” , dijo a CNN una de las personas que participa en las brigadas de vigilancia.
Primero denunciaron los hechos a las autoridades, tanto del municipio como a las del Estado, pero, afirman, no recibieron ningún tipo de ayuda. Una situación que se agravó a finales de agosto cuando, según dicen, gente presuntamente ligada a un cártel autodenominado “Los Caballeros Templarios” empezó a amenazar de manera directa a algunos pobladores y autoridades del lugar.
“En cada lugar siempre hay la necesidad de una policía que controle el orden al interior de cada pueblo por alguna persona que esté causando desórdenes dentro de las comunidades, y es ahí donde se requiere la intervención de una policía comunitaria”, señalan.
Y por eso decidieron armarse. Una decisión similar a la que adoptarón sus vecinos en Cherán, Michoacán, algún tiempo atrás, cuando asumieron de facto el control político y la seguridad de su comunidad ante las constantes agresiones de bandas de tatamontes, que, aseguraron, estaban acabando sus bosques, con la complicidad de algunas autoridades locales y bajo la protección del crimen organizado.
Las autoridades han señalado que en Michoacán operan dos cárteles principalmente: el de La Familia Michoacana y su escisión, los autodenominados “Los Caballeros Templarios”.
El Gobernador del estado, Fausto Vallejo, sin embargo, dice que otros peligros acechan a Michoacán. A fines de julio señaló que el estado es el centro de una disputa entre varios cárteles que pretenden hacerse con el control.
“Desgraciadamente no sólo tenemos que lidiar con lo que tenemos en Michoacán, sino que están tratando de penetrar cárteles de la delincuencia por el rumbo del oriente y por la zona de Jalisco, y ha sido un enfrentamiento entre ellos”, dijo el gobernador citado por la agencia Notimex.
Un incremento en la violencia, que según testimonian algunos pobladores de Urapicho, buscan frenar a través de una nueva forma de organización política, para que tal vez así, logren frenar los intentos de infiltración del crimen organizado.
Por lo pronto las autoridades han vuelto la vista y ya se tomaron medidas. Un contingente de unos 60 policías federales y miembros del ejército ha llegado al lugar para hacerse cargo de la situación y retirar las barricadas instaladas por la comunidad.
¿Por cuanto tiempo? No lo han dicho, pero los pobladores esperan que se extienda hasta que el peligro termine.