(CNN) – Susan Rice, la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, quien ha suscitado fuertes críticas de los republicanos sobre sus declaraciones tras los ataques de septiembre al Consulado de Libia, pidió no ser considerada para asumir la Secretaría de Estado que dejará Hillary Clinton.
En una carta al presidente Barack Obama, dijo que “el proceso de confirmación sería largo, perjudicial y costoso. Para ti y para nuestras prioridades nacionales e internacionales más apremiantes, esa desventaja no vale la pena para nuestro país”.
El presidente estadounidense Barack Obama dijo que se reunirá la tarde de este viernes con Rice.
Obama reconoció su decisión de dar un paso al costado en un comunicado en el que la describió como una persona “de extraordinaria capacidad, patriotismo y pasión por el servicio público”.
Se pensaba que Rice era uno de los nombres fuertes para el puesto, que la secretaria de Estado Clinton dijo que va a abandonar tan pronto como su sucesor sea confirmado.
Rice fue criticada por su descripción del ataque a la misión diplomática de Estados Unidos en Bengasi, Libia, ocurrida el 11 de septiembre y en el que murieron cuatro personas, incluyendo el embajador Chris Stevens.
En varios programas de televisión durante varios días después del ataque, la embajadora presentó descripciones de las protestas ocurridas en las naciones árabes motivadas por un video contra el islam que tuvo origen en Estados Unidos. Dijo que sus comentarios estaban basados en conversaciones no clasificadas.
Obama la había defendido, describiendo las críticas de varios republicanos importantes como “indignantes”. “Si el senador McCain y el senador (Lindsey) Graham y otros quieren ir detrás de alguien, deben ir en pos de mí”, dijo Obama en una conferencia de prensa en la Casa Blanca a finales de noviembre.
“Cuando van tras el embajador ante la ONU, al parecer porque creo que es un blanco fácil, entonces tienes un problema conmigo”, advirtió el presidente.
Rice visitó el Capitolio en un intento por responder a lo que los legisladores llaman “preguntas sin respuesta”, pero la visita no pareció ser útiles. Los senadores que se sentaron en las reuniones dijeron que sus afirmaciones plantearon más preguntas que respuestas.