(CNNEspañol) – Ni la desmitificación de que el mundo no se acaba este 21 de diciembre frenó a turistas de todo el mundo para acudir a ceremoniales milenarios ni mucho menos a negociantes que vieron en esta fecha la oportunidad de lucrarse a costas de las teorías del día del juicio final, supuestamente vaticinado por los mayas.
En Francia, por ejemplo, una villa ha sido centro de atención ya que se cree que seria el único lugar que sobreviviría el fin del mundo.
Los que creen en el Apocalipsis insisten en que la cima de Bugarach protegerá al pueblo de la destrucción global.
No solo se venden piedras de la montaña a 3 euros la unidad o vino “extraterrestre” de Bugarach a 5 euros la botella y agua a 15 euros, sino que los propietarios de la zona han puesto en venta las propiedades y casas al doble del precio al que se cotizaban hasta hace unos meses.
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