2.600 delegados se reunirán a discutir el malestar económico global.

Por Tim Hume

(CNN) — Las figuras más prominentes en política y negocios a nivel internacional se reúnen en Davos, Suiza, desde este martes en el Foro Económico Mundial, organizado este año bajo el lema de “fortaleza dinámica”, que hace alusión a las transformaciones económicas más recientes.

El lema es una recomendación a los líderes mundiales, más que una descripción de cómo han reaccionado hasta ahora en respuesta a los problemas de la economía global, de acuerdo con los organizadores de la cumbre, que se extenderá hasta el 27 de enero.

“La nueva realidad que enfrentamos es el malestar económico prologando, particularmente en las grandes economías viviendo en austeridad” dijo Klaus Schwab, el economista alemán que fundó el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en ingles) en 1971.

“El crecimiento a futuro en este nuevo contexto requiere dinamismo, visión y acciones determinantes. Cualquier atributo por separado, fortaleza y dinamismo, será insuficiente”, declaró Schwab.

Las respuestas de los líderes a los grandes temas como la deuda soberana en Europa o el abismo fiscal en EU no podrían ser calificadas como dinámicas, desde la última vez que se reunieron en Davos.

Esos temas serán principales en esta edición del evento, considerado uno de los más exclusivos del mundo. La entrada al WEF es solo por invitación y existen 2,600 pases de entrada que se extienden a representantes de más de 100 países. Entre los invitados habrá jefes de Estado, miembros de la realeza, ejecutivos de gigantes corporativos y organizaciones internacionales.

Los delegados tendrán mucho de qué hablar. El reporte Global de Riesgos 2013 del WEF, hecho con información recabada de más de 1,000 expertos y líderes de la industria, ofrece un panorama pesimista sobre la capacidad de la comunidad global de atender los retos más apremiantes, como el calentamiento global, debido a la debilidad financiera de las grandes economías.

El reporte identifica la desigualdad en el ingreso y la insostenibilidad de las deudas públicas como los dos aspectos que tendrán mayor impacto a nivel mundial en la próxima década y advierte como el escenario más devastador un fracaso financiero sistematizado.

Esa debilidad en zonas económicas clave ha probado ser muy difícil de reparar. En noviembre, las cifras arrojadas mostraron que Europa se encuentra en una recesión redoblada con los casos de Grecia, España, Portugal, Irlanda e Italia. La austeridad propuesta como cura para el malestar económico ha resultado impopular, motivando protestas de millones de europeos y también, según expertos en economía, inservible.

Christine Lagarde, la directora del Fondo Monetario Internacional, está entre las autoridades que han hecho llamados a detener las medidas de austeridad, que han causado un impacto imprevisto según el principal economista de la organización, Olivier Blanchard.

Mientras tanto la idea de un rescate gubernamental permanece en España, de acuerdo con especialistas de mercados. Aunado a la incertidumbre que rodea a la cuarta economía más grande de la eurozona, en 2014 se hará un referendo para evaluar si Cataluña, la región más rica e industrializada de la región, se independiza. En el resto de Europa, los economistas han predicho que Gran Bretaña, que no forma parte de la eurozona, perderá su calificación crediticia AAA este año.

Ese fue el resultado para Estados Unidos cuando degradaron su calificación el año pasado. A pesar de que los legisladores llegaron a un acuerdo sobre el abismo fiscal, la división política se fijó como un impedimento a la resolución de otras dificultades financieras.

En el mundo árabe, los efectos de los movimientos sociales que empezaron hace más de dos años aún siguen presentes. En Egipto, las primeras elecciones democráticas dieron muestras positivas de recuperación, pero las atribuciones que tomó el presidente Mohamed Morsi para forzar una Constitución con bases islámicas motivaron nuevas protestas y desencanto con el resultado de la revolución. La nueva incertidumbre alejó a los inversionistas provocando una fuga de capitales que causó la devaluación de la libra egipcia a niveles históricos.

La pregunta entonces es: ¿2013 puede significar un nuevo comienzo o los delegados volverán a Davos en 2014 para atender los mismos problemas?