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(CNN) — Los embarazos no planeados son un problema creciente entre las mujeres que forman parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos, a pesar de que tienen acceso a los anticonceptivos gratuitos, según un estudio reciente.

Casi el 11% de las más de 7.000 militares activas estadounidenses que fueron entrevistadas por el departamento de Defensa de ese país en 2008 reportaron haber tenido un embarazo no planeado durante el año anterior. Ese índice es 50% mayor al promedio nacional de Estados Unidos, según los autores del estudio.

En la investigación, que se publicará en febrero en la revista Obstetrics & Gynecology, también se señala que la tasa ha aumentado desde 2005.

Los autores del estudio, Daniel Grossman y Katie Grindlay, analizaron datos de las Encuestas del Departamento de Defensa acerca del Comportamiento Relacionado con la Salud entre 2005 y 2008.

El índice creciente “es alarmante”, dijo Grossman. “Cuando estás en el Ejército tienes acceso gratuito a servicios de salud de buena calidad… Esto realmente subraya la necesidad de abordar mejor los cuidados anticonceptivos”.

En sus instalaciones médicas, el Ejército ofrece anticonceptivos sin costo, incluyendo anticonceptivos de emergencia, de acuerdo con Shoshona Pilip-Florea, vocera de la Oficina de Medicina y Cirugía de la Marina estadounidense.

“Contrario a lo que muestra el estudio, la Oficina de Medicina de la Marina constantemente ha registrado que las cifras de embarazos no planeados entre las mujeres que forman parte de la Marina y del cuerpo de Infantería son similares a los índices que se presentan entre la población en general a nivel nacional”, escribió Pilip-Florea en un correo electrónico.

Las consecuencias

Los embarazos no planeados pueden tener un impacto significativo en la salud del personal militar y en la disponibilidad de las tropas, según el estudio.

Las reclutas que resultaron embarazadas inesperadamente no pueden ser desplegadas si están en casa, lo que puede afectar su carrera. Las que se embarazan en el extranjero tienen que regresar, lo cual cuesta al Ejército alrededor de 10.000 dólares.

Aproximadamente el 43% de los embarazos no planeados en Estados Unidos terminan en aborto, según investigaciones. Pero la ley federal permite que se practiquen abortos en instalaciones militares solo cuando el embarazo es resultado de una violación o incesto, o pone en peligro la vida de la mujer. Salir de la base para buscar atención médica en sitios como Afganistán o Irak puede ser extremadamente peligroso, dijo Grossman.

Más allá de las cifras

El abuso sexual podría estar influyendo en la alta incidencia de embarazos no planeados en el Ejército, señalaron los autores del estudio.

Las investigaciones demuestran que entre el 20 y el 40% de las reclutasson víctimas de violación o de intento de violación a lo largo de su carrera militar. Es difícil obtener cifras exactas ya que el Departamento de Defensa calcula que más del 80% de los incidentes no se reportan.

En 2012, Grossman y Grindlay publicaron los resultados de una pequeña encuesta en línea acerca del uso de anticonceptivos en el Ejército. Cerca del 60% de las 281 reclutas entrevistadas dijo que era fácil o relativamente fácil obtener anticonceptivos. Dijeron que la razón más común para no usar algún método anticonceptivo mientras estaban en servicio era que no planeaban tener relaciones sexuales.

La falta de educación sexual y el temor a las represalias también pueden ser factores en juego, dijeron los autores. Más de la mitad de las encuestadas dijo que no hablaban acerca de sus opciones de anticoncepción con el personal médico militar antes de ser desplegadas. Algunas dijeron que las políticas de disuación o prohibición de tener sexo durante las misiones eran una barrera para discutir con sus médicos la anticoncepción, según los autores del estudio.

Otra de las razones mencionadas para no usar anticonceptivos es la falta de acceso a su método de anticoncepción preferido. Los anillos vaginales requieren de refrigeración, y los problemas de transporte podrían retrasar la entrega de las nuevas dotaciones de parches o píldoras.

Al igual que muchos estadounidenses, el personal militar elige con más frecuencia las píldoras y los condones como medio anticonceptivo, dijo Pilip-Florea. “Estos métodos son mucho más propensos a fallar que los anticonceptivos reversibles a largo plazo (LARC, por sus siglas en inglés), como los dispositivos intrauterinos y los implantes hormonales”, dijo. “Si aumenta la aceptación y el uso de los LARC, podría reducirse la tasa de embarazos no planeados”.

En 2012, la Marina implementó una regulación para ofrecer servicios de anticoncepción a todas las mujeres inmediatamente después de recibir sus órdenes, para garantizar que tengan tiempo de encontrar un método anticonceptivo antes de ser desplegadas, dijo Pilip-Florea.

“Esos hallazgos subrayan el grave problema de salud pública en las fuerzas armadas que no se ha abordado adecuadamente”, escribieron los autores del estudio.