Las manifestaciones contra el gobierno llegaron a la entrada del palacio presidencial donde se generó un incendio.

Por Ben Wedeman

(CNN) — Un incendio afectó la entrada del palacio presidencial de Egipto la noche de este viernes, luego de que manifestantes lanzaron cocteles molotov y piedras durante un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, que respondieron con gases lacrimógenos y cañones de agua.

La violencia permanece en el país desde la celebración del segundo aniversario de la revolución de 2011, la semana pasada. Los manifestantes han salido a las calles para protestar en contra del lento ritmo de los cambios políticos del país y recientes edictos del presidente Mohamed Moris.

Ante esta situación, el gobierno impuso 30 días de toque de queda en algunas zonas.

La televisión estatal informó que las fuerzas de seguridad estaban limpiando el área enfrente del palacio, pero los disturbios continuaban.

A principios de esta semana, manifestantes opositores al gobierno ignoraron el toque de queda presencial en las ciudades ubicadas a lo largo del Canal de Suez y se enfrentaron con la policía y al Ejército. Tal situación ha incrementado los cuestionamientos sobre la estabilidad del país más poblado del Oriente Medio.

En una entrevista con CNN esta semana, la secretaria de Estado de EU saliente, Hillary Clinton, expresó su preocupación por lo que podría significar un colapso del Estado egipcio en la región.

“Creo que eso llevaría a un caos increíble y violencia en una escala que sería devastadora para Egipto y la región”, dijo Clinton este martes en el Departamento de Estado. “Tiene que haber algo de comprensión por parte del nuevo gobierno de que las aspiraciones expresadas por el pueblo durante la revolución en Egipto deben ser tomadas en serio”.

Las protestas de este viernes son las últimas en una lucha constante entre el primer presidente de Egipto elegido democráticamente y disidentes que consideran que la nueva administración representa un retorno al gobierno del presidente Hosni Mubarak, derrocado en la revuelta de 2011.

Ante las decenas de muertes, Navi Pillay, la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, hizo un llamado al diálogo entre todas las partes.

Pillay dijo que la declaración de estado de emergencia de Morsi debe ceñirse a la ley, en consonancia con las normas internacionales, y le instó a escuchar las demandas de los manifestantes y tomar medidas para hacer frente a los problemas del sistema judicial.