(CNNMéxico) — Benedicto XVI pidió el domingo a los fieles católicos rezar por él y por quien lo sucederá como Papa, así como por el bienestar de la Iglesia, en su mensaje dominical previo al rezo del ángelus.
“Agradezco de corazón a todos su oración y afecto en estos días. Les suplico que continúen rezando por mí y por el próximo Papa, así como por los ejercicios espirituales que empezaré esta tarde junto a los miembros de la Curia Romana”, dijo el Papa, según un reporte de la agencia EFE.
El pontífice hizo un llamado a la contemplación de la vida de Cristo en el tiempo de Cuaresma. “Llenos de fe y esperanza, encomendemos la Iglesia a la maternal protección de María Santísima”, dijo en español.
El rezo de Benedicto XVI fue acompañado por casi 100.000 personas que se reunieron en la Plaza de San Pedro, según EFE. Muchos de ellos mostraron mensajes de apoyo y otros lágrimas en uno de los últimos actos públicos del Papa.
En Twitter, el pontífice publicó en su cuenta: “La Cuaresma es un tiempo favorable para redescubrir la fe en Dios como fundamento de nuestra vida y la vida de la Iglesia”.
El rezo por la sucesión en el trono de San Pedro ocurre casi una semana después de que Benedicto anunciara su renuncia, que será efectiva a partir de las 20:00 horas del próximo 28 de marzo.
El pontífice de 85 años sorprendió al mundo católico el lunes 11 de febrero, al anunciar que renunciaba por falta de fuerzas y por su “avanzada edad”. Más tarde defendió su decisión diciendo que era “por el bien de la iglesia”, mientras que el Vaticano descartó que se debiera a una enfermedad.
El sucesor de Benedicto XVI será elegido en el cónclave que podría llevarse a cabo antes del 15 de marzo, dijo este sábado el vocero del Vaticano Federico Lombardi. En la reunión participarán 117 cardenales de todo el mundo.
Después de casi ocho años de papado, Benedicto XVI, el primer papa en renunciar en casi 600 años, habitará temporalmente la residencia de verano de Castel Gandolfo hasta que sean terminados los trabajos de remodelación del convento Mater Ecclesiae —a espaldas del Vaticano— donde residirá en una vida de oración y alejado de las decisiones en la Santa Sede.