Por Gloria Borger

(CNN) — Estados Unidos está abierto a “una relación más constructiva con el gobierno venezolano” tras la muerte de Hugo Chávez este martes y la expulsión de dos agregados militares de EU que anunció el vicepresidente Nicolás Maduro.

Estos actos en contra de Estados Unidos no son una “señal de fuerza”, de acuerdo con un alto funcionario del gobierno de Obama, quien describió la maniobra como un ardid de política interna que busca exaltar el fervor nacionalista.

El funcionario dijo que el vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, “no es carismático” y está tratando de mantener el legado de Chávez y ganar la elección con el argumento de las “teorías de conspiración”. Maduro dijo que Chávez murió a causa del cáncer.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo a través de un comunicado que su país “ratifica su apoyo al pueblo venezolano y su interés por desarrollar una relación constructiva” con el gobierno venezolano.

“Mientras Venezuela inicia un nuevo capítulo en su historia, Estados Unidos sigue comprometido con las políticas que promuevan los principios democráticos, el estado de derecho y el respeto a los derechos humanos”, señalaba el comunicado. El gobierno de Obama quiere que las próximas elecciones —que se celebrarán en 30 días— sean “justas, libres y creíbles”, de acuerdo con el funcionario.

Maduro no mencionó en su declaración pública del martes que se postularía a la presidencia pero la mayoría de las personas espera que sea el candidato del partido Socialista Unido de Venezuela y los expertos en Latinoamérica lo consideran como favorito.

Estados Unidos no intervendrá en las elecciones. El funcionario dijo que siguen abiertos a restablecer las relaciones diplomáticas sin importar quién resulte vencedor. Sin embargo, en vista de lo que ocurrió el martes, cuando Venezuela acusó a dos agregados de la embajada estadounidense, el funcionario dijo que “necesitamos ver más de lo que vimos hoy”.

Los estadounidenses fueron acusados de conspirar para desestabilizar al país, algo que el Departamento de Estado de Estados Unidos desmintió. El funcionario cree, no obstante, que es “contraproducente estar en conflicto” con el gobierno venezolano.

Otro funcionario dijo que la expulsión de los agregados militares era una señal de que la dirigencia venezolana se siente “insegura y débil” y que “dependía de los venezolanos decidir si querían” una relación más constructiva con Estados Unidos.

Los altos funcionarios estadounidenses no esperan que la relación cambie drásticamente a corto plazo, principalmente porque el sistema de Chávez sigue en pie. Estos funcionarios dicen que Estados Unidos querrá ver una ruptura con ese sistema y un acercamiento al proceso democrático.

Los funcionarios consideran que los simpatizantes de Chávez, encabezados por Maduro, querrán mantener el mismo enfoque, pero podrían ser más pragmáticos y menos agresivos.

En el Capitolio hay fuertes opiniones en contra de Venezuela y podría ser difícil el confirmar a un embajador para ese país. Eso podría cambiar si hay cooperación en temas como la lucha contra el narcotráfico o el terrorismo, dijeron los funcionarios. Se espera que el gobierno de Obama trate de convencer a Venezuela de imponer sanciones en contra de Irán, que el país ha violado repetidamente, agregaron.

Los expertos latinoamericanos creen que la muerte de Chávez podría cambiar la dinámica regional, no sólo entre Estados Unidos y Venezuela, sino entre los países latinoamericanos. Robert Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Internacionales del Senado de Estados Unidos, dijo que Chávez gobernó “con puño de hierro” y su derrota dejó “un vacío político que esperamos se llene pacíficamente”.

“Con elecciones libres y justas, Venezuela puede empezar a restaurar su alguna vez robusta democracia y a garantizar el respeto de los derechos humanos, políticos y civiles de su pueblo”, dijo.

Mike Rogers, presidente del Comité de Inteligencia de la Asamblea de Representantes de Estados Unidos, dijo que Chávez era “una fuerza desestabilizadora en América Latina” y un obstáculo para el progreso.

“Espero que su muerte traiga consigo la oportunidad de abrir un capítulo nuevo en la relación entre Venezuela y Estados Unidos”, dijo.

Jim Acosta y Elise Labott, de CNN, colaboraron con este reportaje.