(CNN) — Las tensiones entre las Naciones Unidas y los rebeldes libios aumentaron este miércoles luego de la detención de 21 cascos azules de la ONU en los Altos del Golán, cerca de la frontera con Israel.
Los rebeldes afirman que los cascos azules entraron a una villa siria en la que no deberían de estar y donde han existido intensos combates con fuerzas del gobierno.
Los rebeldes afirman que sospechan que los cascos azules estaban intentando ayudar al enemigo, lo que significa defender al régimen de Bachar al Asad.
La ONU confirmó la detención de los cascos azules y explicó que se encontraban en una misión regular de abastecimiento. La organización no ofreció mayores detalles, pero informó que enviará a un equipo para “valorar la situación e intentar llegar a una solución”.
Hay dos videos publicados en la red social YouTube que presentan el punto de vista de los rebeldes.
En uno, un rebelde insiste que los cascos azules estarán detenidos hasta que se retiren las fuerzas de al Asad de la villa de al Jamla, donde han ocurrido intensos combates.
“Demandamos que Estados Unidos, la ONU y el Consejo de Seguridad intervengan y logren que las fuerzas de al Asad se retiren, entonces liberaremos a los detenidos”, dice el rebelde.
En otro video, se muestra a rebeldes caminando cerca de varios vehículos de la ONU.
“Esta fuerza de la ONU entró a la villa de Jamla para asistir al régimen, y (la ONU) afirma que están ahí solo para detener los combates”, dice un rebelde.
Los integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU condenaron la detención y demandaron la liberación de los cascos azules.
Los 21 cascos azules son filipinos, informó este miércoles el gobierno en Manila.
“La aprehensión y detención ilegal de los cascos azules filipinos son una grave violación a la ley internacional”, afirmó en un comunicado el secretario de Asuntos Exteriores, Albert del Rosario.
Los cascos azules no tienen armas, y hay negociaciones en curso para asegurar su liberación, según el gobierno filipino. El Departamento de Asuntos Exteriores informó que los esfuerzos están siendo coordinados con la ONU.
Una fuerte explosión estremece a ciudad rebelde
La violencia continuó en varias partes del país esta semana, mientras Siria marca el segundo aniversario del inicio de la guerra civil. Al menos 61 personas murieron este miércoles.
También ese día, una fuerte explosión se sintió en la ciudad de Raqqa, dos días después de que los rebeldes afirmaron que capturaron esta capital provincial.
“Honestamente, lloré cuando vi los cuerpos. Es la primera vez que miro ese tipo de imágenes horribles”, dijo Ahmed Tayar, un escritor y residente de Raqqa, que estuvo en la escena de la explosión.
Tayar, de 50 años, dijo a CNN que vio 19 cuerpos quemados en el lugar.
Un video amateur de seis y medio minutos de los instantes posteriores a la explosión mostró a rebeldes en pánico y a civiles intentando llevar a los heridos y a los muertos.
En el video, dos hombres de mediana edad se ven sangrando en la calle. Una columna de humo se observa a la distancia desde un auto en llamas. La fachada entera de un edificio de tres pisos luce destruida por la fuerza de la explosión.
No está claro qué causó la explosión, pero la oposición culpó al gobierno sirio.
“Creo que es el régimen el que mató a esas personas, y eso debido a que el régimen quiere tomar venganza contra Raqqa porque es la primera provincia que ha sido totalmente liberada”, dijo Tayar a CNN.
Este martes, testigos dijeron a CNN que comenzaron a dejar la ciudad, luego de que aviones del gobierno sirio comenzaron a bombardearla.
“Mientras estamos aquí, hay dos aviones de combate MiG volando sobre nosotros y lanzando misiles”, afirmó Ibrahim Olabi, un activista del Centro de Medios de Alepo, quien realizó una visita a Raqqa.
“No hay combates en el terreno”, agregó, “solo ataques aéreos”.
Hamdi Alkhshali, Richard Roth, Ivan Watson y Elizabeth Joseph contribuyeron con este reporte.