(CNN) — Sheryl Sandberg es un modelo a seguir, dicen sus defensores.
La directora de operaciones de Facebook tiene una licenciatura y una maestría de Harvard y pasó la primera parte de su carrera en el servicio público, hasta volverse jefa de gabinete del Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Lawrence Summers, en los últimos días de la administración Clinton.
Ayudó a convertir a Google en una gran fuerza y dirigió al equipo de Facebook para llevar la red social a todas partes. Es una madre que se preocupa profundamente por el balance trabajo-vida y habla con franqueza acerca de las mujeres que trabajan duro.
Pero Sheryl Sandberg no es un modelo a seguir, dicen sus detractores.
Ha llegado a la cima gracias a la ayuda de hombres poderosos, ya sea por el patrocinio de Summers; el presidente de Google, Eric Schmidt, o el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg. Vale cientos de millones de dólares, vive en un suburbio exclusivo de Estados Unidos con un ejército de cuidadores y conoce tanto sobre ser una madre trabajadora como una socialité.
Una cosa es segura: Sheryl Sandberg está en la mira.
Su nuevo libro, Lean In: Women, Work, and the Will to Lead (Apoyarse: mujeres, trabajo y la voluntad de liderar), salió a la venta este lunes, y sus argumentos sobre cómo las mujeres pueden hacer crecer sus carreras y sus vidas, han atraído elogios y denuncias.
“Cualquiera que haya leído su libro sabría que Sandberg es la primera en reconocer lo que le debe a las mujeres que estuvieron antes que ella”, escribió Anna Holmes en The New Yorker.
Así que, ¿quién es Sheryl Sandberg y por qué las personas dicen cosas tan extremas sobre ella?
Una mujer en el club de hombres de Silicon Valley
Para empezar, es una rareza. La cultura de Silicon Valley permanece dominada por los hombres, como observó Ken Auletta en un perfil de Sandberg en 2011.
Sandberg tuvo dificultades para encontrar su camino dentro de un club de hombres que no siempre es amigable con su sexo, aunque sus colegas como Marissa Mayer (antes en Google, hoy en Yahoo) pueden ayudar a cambiar eso.
La industria tecnológica aún es tierra de ingenieros, programadores y diseñadores, mientras que los encargados de marketing y finanzas están a un paso. De hecho, fue una de las razones por las que Zuckerberg la contrató: se “encarga de cosas que no quiero hacer” para que él pueda enfocarse en sus fortalezas, dijo a Auletta.
Sandberg, de 43 años, nació en Washington, D.C., Estados Unidos, y creció en el sur de Florida. Su padre es un oftalmólogo y su madre dejó su carrera de maestra para criar a Sheryl y a sus dos hermanos. La pasión de la familia era apoyar a judíos soviéticos (los refuseniks), y su casa se volvió un lugar de reunión para el movimiento. De niña, Sheryl enviaba cartas a una “gemela” soviética, Kira Volvovsky, quien desarrolló una red de corresponsales.
“Recuerdo sentir que teníamos los mismos problemas cuando le escribía a estas niñas, y cuando me escribían”, dijo Volvovsky a CNN el año pasado. “Escribían sobre lo mismo que yo sentía”.
Ese es el tipo de grupo de apoyo en el que Sandberg hace hincapié enLean In.
En una conferencia, Sandberg mencionó que es difícil ser exitosa como mujer de negocios en un mundo dominado por los hombres. De hecho, dijo que hubo una empresa en particular donde uno de los socios ni siquiera sabía dónde estaba el baño de mujeres.
Añade a eso el estrés de la maternidad, y no es sorprendente que quiera ofrecer aliento a otras mujeres trabajadoras, sin suavizar los consejos. Algunos de los capítulos del libro se titulan Siéntate en la mesa; Es un juego para trepar, no una escalera y El mito de hacerlo todo.
La profesora de Negocios de la Universidad de Michigan, Marina Whitman, concuerda con que “hacerlo todo” es un espejismo.
“Creo que esto de ‘¿las mujeres pueden tenerlo todo?’ o ‘¿no pueden tenerlo todo?’ es una especie de argumento tonto (….) Sí, puedes tenerlo todo, pero no todo a la vez”, dijo Whitman quien es una pionera por su propia cuenta, ya que fue profesora de tiempo completo y ejecutiva corporativa cuando era inusual que las mujeres lideraran una empresa.
En su conferencia TED, Sandberg dijo que la elección a menudo viene con un compromiso, lo que los hombres no siempre tienen que hacer.
Las mujeres, dijo, tienen “que creer que obtuvimos la mejor calificación, alcanzar la promoción, sentarnos en la mesa”, dijo. “Y tenemos que hacerlo en un mundo en el que, para nosotras, habrá sacrificios a cambio de eso, aunque para nuestros hermanos no los haya”.
‘Nunca pensé que escribiría un libro’
Oh, eso es algo fácil de decir para Sandberg, dicen sus críticos. Por supuesto, trabajó duro, pero ha tenido una vida exitosa.
De hecho, Sandberg solía ser la mejor de su clase. Summers, impresionado por su trabajo en su clase de Economía en Harvard, se volvió su consejero y la llevó consigo cuando se unió al Banco Mundial. Dos años después, en 1993, Sandberg se unió a la prominente consultoría McKinsey & Co.
Obtuvo una maestría de la Escuela de Negocios de Harvard, volvió a estar en el equipo de trabajo de Summers como parte de la administración Clinton, y fue reclutada por Schmidt, de Google, en 2001, cuando la empresa apenas despegaba. Mejoró el alcance de AdWords y AdSense, dos de los principales ingresos de Google.
Ahora, como directora de operaciones en Facebook, fue parte de otro fenómeno, una empresa que creció hasta los 1,000 millones de usuarios. Sandberg tiene cerca de 2 millones de acciones en Facebook y tiene opción de adquirir millones más, según la presentación de acciones de la empresa en 2012. Ella y su esposo, el presidente ejecutivo fundador de SurveyMonkey, David Goldberg, comparten una mansión de 830 metros cuadrados.
Así que, por supuesto, puede irse del trabajo a las 17:30 horas para cuidar de sus dos hijos. Después de todo, es la jefa.
Pese a su aparente riqueza y poder, Sandberg aún parece ser la persona reservada que era en la preparatoria y la universidad, el tipo de persona que “no habla o levanta la mano”, escribe Auletta.
“Nunca pensé que escribiría un libro”, dice en Lean In. Decidió hacerlo sólo después de años de discusión con colegas.
Ahora que Lean In salió, Sandberg debe utilizar su predicación para empujar cambios en el lugar de trabajo; no sólo para las mujeres, sino también para los hombres, dijo la profesora de Negocios del MIT en Estados Unidos, Lotte Bailyn.
El lugar de trabajo típico es como es porque aceptamos nuestros días interminables y fechas límite constantes. Necesitamos menos rigidez, más creatividad, más espacio para el balance trabajo-vida, dijo.
“El problema no es arreglar a las mujeres. El problema son los roles de género y las dinámicas y las expectativas y normas que existen en el lugar de trabajo”, agregó.
Whitman concordó en que Sandberg puede ayudar a cambiar el diálogo. “Absolutamente, Sheryl Sandberg es la indicada para alentar a las mujeres a tener más confianza en sí mismas”, dijo.
“Pero también creo que está mal definir el éxito para las mujeres en términos de cuántas Sheryl Sandberg podemos producir. Lo que es más crítico es qué podemos cambiar para hacer que el balance sea menos difícil para un mayor grupo de mujeres que trabajan no para tener realización personal, sino porque necesitan hacerlo”.