Por Holly Yan y Laura Smith-Spark, CNN
(CNN) — Vestido de blanco, el papa Francisco saludó a un mar de católicos que ondeaban banderas de todo el mundo este domingo en su primera misa de Domingo de Resurrección.
Poco después de la ceremonia en la Plaza de San Pedro, Francisco dio la bendición Urbi et Orbi —”a la ciudad y al mundo”— desde su balcón papal en el Vaticano.
En una plaza de San Pedro repleta de fieles y decorada con 40.000 flores traídas de Holanda, el papa celebró la misa en el altar colocado en las escaleras de la basílica.
El papa pidió al “Jesús resucitado, quien vuelva la muerte en vida” por la paz de las zonas en conflicto en el mundo.
Pidió la paz en Medio Oriente, particularmente entre israelíes y palestinos, “quienes luchan para encontrar un camino de acuerdo… para terminar un conflicto que ha durado mucho”.
También pidió la paz para los sirios —tanto para los afectados por la violencia en el país como para los refugiados en busca de ayuda— y pidió armonía en Malí, República Centroafricana y la península de Corea.
Paz para todo el mundo –dijo-, aún tan dividido por la codicia de quienes buscan fáciles ganancias, herido por el egoísmo, desgarrado por la violencia ligada al narcotráfico y la cruel explotación de los recursos naturales y recordó otro mal, “la trata de personas”, que “es la esclavitud más difundida en el siglo XXI”, señaló.
El Pontífice se detuvo en la plaza a besar y abrazar a algunos niños minusválidos y saludó siempre con su amplia sonrisa y su mano en alto, incluso haciendo breves comentarios con la gente que lo aplaudía, agitando banderas argentinas y de muchos otros países.
Al concluir, dio una vuelta en el papamóvil por la plaza, antes de subir al balcón desde donde leyó su mensaje e impartió la bendición Urbi et Orbi, que los papas imparten sólo dos veces al año, en Pascua y en Navidad.
Con esta ceremonia, el Papa Francisco dio por concluida la Semana Santa, pero todavía le queda otra celebración: el 7 de abril en la basílica de San Juan de Letrán, para quedar definitivamente consagrado como Obispo de Roma.
El papa fue elegido hace casi tres semanas, sucediendo a Benedicto XVI. El excardenal argentino se convirtió el primer papa no europeo en la era moderna, el primer latinoamericano el primer jesuita y el primero en tener el nombre Francisco.
Francisco ya se ha salido de la tradición en varias ocasiones. Hace tres días, el Jueves Santo, fue a una correccional juvenil en Roma —en vez de ir a la catedral de la ciudad— y le lavó los pies a decenas de detenidos.
Con información de Elena Llorente.