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(HLN) — A menudo se nos dice que una delgada línea divide el amor del odio. ¿Pero sabías que en realidad puedes ver esta línea? Y por cierto, es bastante delgada.

De hecho probablemente está en algún lugar de tu pantalla ahora mismo. Es esa pequeña franja vertical que separa la opción “Responder” de la de “Responder a Todos” en tu correo electrónico.

Ese botón es inflamable; es capaz de prender fuego a tu carrera, amistades y relaciones. Lo primero en lo que haces clic es ‘Enviar’. Lo próximo que vas a querer es hacer clic en el botón de pánico.

Es una línea muy delgada. Y en este punto en la larga historia de la comunicación digital, todos conocemos a alguien (quizá tu reflejo en el espejo) que la ha cruzado.

Esta semana conocimos a Max Wiseltier, un estudiante de ciencias computacionales de la Universidad de Nueva York en Estados Unidos, quien accidentalmente contestó un correo a 40,000 estudiantes, quienes estaban incluidas en un correo electrónico. Es una forma humillante de presentarte, pero al menos el contenido benigno del correo electrónico de Max (una pregunta breve destinada a su madre) le dejó algunos pedazos de dignidad intactos. Además, es la universidad.

Alguien más está destinado a meter la pata de peor manera y más públicamente cualquier día.

Sin embargo, no puede decirse lo mismo de la profesional de Relaciones Públicas quien, inadvertidamente respondió a todas las personas en su empresa con un documento confidencial que enlista los salarios de cada uno de los 200 empleados. O el director creativo que destrozó a sus colegas en un correo electrónico a un compañero de trabajo, y sin saberlo, hizo clic en ‘Responder a Todos’ en un mensaje que incluía a varios de esos colegas.

¿Cuánto tiempo tuvimos para descifrar cómo utilizar el correo electrónico? ¿Y muchos de nosotros aún cometemos este error básico y autoinmolador? ¿En qué punto de la década de 1930 los conductores dejaron de pisar el acelerador en lugar del freno? 

Y sin embargo, a los costados de la (prepárate para una frase que no has escuchado en 20 años) autopista de la información permanecen las reputaciones de aquellos pobres, pobres bastardos que cometieron el sencillo pecado de simplemente hacer clic en el lugar erróneo. Internet no sólo permite nuestros errores, los amplifica.

Un amigo considera que ‘Responder a Todos’ es el botón más peligroso en internet y estoy bastante seguro de que tiene razón.

Sin embargo, hay algunas cláusulas funcionales: los usuarios de Gmail pueden activar una característica que te da 30 segundos para deshacer cualquier mensaje enviado y existe un programa para Outlook llamado Reply to All Monitor, que te pide confirmar que realmente quieres que todos reciban tu mensaje.

Sálvate, salva a tus amigos y no cruces esa delgada línea.