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Por Larry Shaughnessy, CNN

(CNN) – El capitán Emil Kapaun sirvió en el Ejército de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra de Corea sin llevar un arma ni disparar un solo tiro. Sus armas eran la Biblia y la fe.

El capitán Kapaun también era el padre Kapaun, un capellán católico que será condecorado con la Medalla de Honor este jueves, sesenta años después de su muerte como prisionero de guerra en Corea. La Medalla de Honor es la máxima condecoración entregada en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

Nacido en Pilsen, Kansas, Kapaun fue ordenado sacerdote en 1940 y ese mismo año se convirtió en capellán militar. Tras servir durante la Segunda Guerra Mundial, abandonó el Ejército y realizó un posgrado en educación. En 1948 finalizó sus estudios y regresó a las fuerzas armadas.

En junio de 1950, en el inicio del conflicto, fue enviado a Corea. Junto con el 8vo Regimiento de Infantería, el sacerdote se encontró a sí mismo en el Perímetro Pusan, el área que marcó la mayor penetración de las tropas norcoreanas en Corea del Sur durante la guerra. Los documentos oficiales indican que se movía en bicicleta entre las diferentes posiciones para asistir a los soldados, confesarlos, dar la extremaunción o administrar la comunión.

Tres meses después de llegar a Corea, Kapaun fue galardonado con la Estrella de Bronce al valor por atravesar fuego enemigo para rescatar a soldados heridos.

En noviembre de 1950, su unidad se desplegó y Kapaun se quedó atrás para asistir a sus compañeros heridos, según indicó su sobrino Ray Kapaun.

Las tropas norcoreanas y chinas capturaron al religioso y varios soldados y los obligaron a marchar unos 160 kilómetros al norte en pleno invierno.

Kapaun fue encarcelado junto a otros 200 soldados en un campamento cerca de Pyoktong, Corea del Norte. Allí seguiría con sus tareas de asistencia. Por las noches, se escaparía del campamento para obtener comida y regresaría para ofrecérsela a los prisioneros que más la necesitaran, dijo su sobrino.

Pasó a ser conocido como “El Buen Ladrón” entre los prisioneros de guerra.

Eventualmente, los norcoreanos tomaron cartas en el asunto y lo condujeron a un hospital cercano. Los motivos nunca quedaron claros, pero como explica Mike Dowe, otro prisionero de Pyoktong, el “hospital” era el lugar donde ejecutaban a los enemigos.

Kapaun fue arrastrado pese a la resistencia de los demás prisioneros. Murió el 23 de mayo de 1951 y su cuerpo fue enterrado en una fosa común, donde permanece hoy.

Pero su accionar no pasará inadvertido.

Este jueves, el presidente Obama condecorará al capellán con la Medalla de Honor durante una ceremonia en la Casa Blanca.

Y el reconocimiento podría llegar a ser aún mayor.

En 1993, el Vaticano le otorgó a Kapaun el título de Siervo de Dios, un primer paso en el camino a la canonización.

Por ahora, dijo su sobrino, la familia solo desea recuperar los restos del sacerdote militar.