Por Dan Rivers, CNN
Londres, Inglaterra (CNN) – Los días en que los aspirantes a terroristas tenían que viajar a lugares lejanos para hacer contactos y aprender a fabricar bombas se acaban rápidamente. Las redes sociales como Twitter y Facebook proporcionan una agenda de contactos completa: si buscas un poco más, exploras más esos contactos y obtienes entrada a foros privados, eventualmente encontrarás instrucciones para hacer una bomba.
El mes pasado Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) creó una cuenta en Twitter que ya ha obtenido más de 5.500 seguidores, y la cuenta de AQMI sigue a siete personas incluyendo la cuenta oficial del grupo terrorista somalí Al Shabaab y la del frente Al Nusra en Siria, que a la vez sigue a otro grupo rebelde en Alepo.
Puedes ver qué tan rápido las conexiones empiezan a multiplicarse y lo sencillo que es para los terroristas incipientes construir contactos globales. Desde luego, es imposible que probar cualquiera de esas cuentas son auténticas, pero muchos de sus seguidores creen que lo son, algo que ya es preocupante en sí mismo.
El servicio de seguridad británico MI5 y las organizaciones de inteligencia hermanas GCHQ y MI6 monitorean redes sociales, registrando quién sigue a quién en sitios como Twitter, y proporcionando información vital sobre las alianzas que surgen entre diferentes grupos e individuos.
Pero el profesor Peter Neumann del King’s College London señala que esa operación de monitoreo plantea varios desafíos.
“Esto es el mayor problema porque la web 2.0, las redes sociales, generan muchas ‘cosas’ y hay muchas personas involucradas en conversaciones con radicales en internet, así que monitorear eso requerie gran cantidad de recursos y ningún servicio de inteligencia ha entendido del todo cómo separar las ‘charlas inofensivas’ de las ‘cosas significativas’ y ‘reales’”, dijo.
“No sabes, por ejemplo, si alguien que conversa en línea mucho es muy peligroso o si es lo opuesto: alguien que no conversa en absoluto y está escuchando es en realidad mucho más peligroso porque esa persona probablemente es más propensa a ser operacional. Hay mucho en el ambiente en línea que no conocemos aún”.
Jean Paul Rouiller, del Centro de Ginebra para el Entrenamiento y Análisis de Terrorismo dice que las redes sociales son vitales para las organizaciones terroristas modernas.
“No podrían sobrevivir, no podrían reclutar personas. El contacto humano siempre es necesario, pero las redes sociales son la vitrina”, dijo.
Detrás de la vitrinas de las cuentas de Twitter y Facebook hay salas de chat más privadas en donde líderes terroristas de todo el mundo intercambian información y tácticas.
Según Rouiller, un conocido foro fue operado por el francés Nabil Amdouni hasta que fue cerrado por él mismo, quien fue arrestado el verano pasado en Tolón.
Rouiller asegura que los documentos obtenidos durante la muerte de Osama Bin Laden en Abbottabad sugieren que Bin Laden mismo habría publicado mensajes en ese foro. EL fallecido jefe de Al Qaeda era muy cuidadoso evitando aparatos electrónicos, pero se cree que escribió mensajes en pedazos de papel que un teniente de confianza luego escribía en computadora y guardaba en una memoria USB, que recibía eventualmente alguien en el foro.
También está el caso de otro militante, Moezeddin Garsallaoui, quien dice Rouiller, solía ingresar a un foro de chat después de ataques de aviones no tripulados para mostrarle a su familia en Europa que había sobrevivido. Nunca publicó un mensaje, pero su sola presencia en el foro dejaba una firma electrónica que le probaba a su esposa Malika al Aroud que estaba aún con vida.
Algunos expertos creen que hay ejemplos de terroristas que se han sumergido en el mundo en línea de extremismo y se han “autoradicalizado” sin siquiera haber conocido a otro terrorista en la vida real.
Major Nidal Hasan, quien presuntamente asesinó a 13 personas e hirió a 30 en Fort Hood en 2009, es un ejemplo citado por los analistas como Neumann como un terrorista “autoradicalizado”. Las autoridades dicen que él estaba en contacto a través de correo electrónico con el pastor de Yemen Anwar al-Awlaki en los meses previos a los tiroteos, pero debido a la falta de más conspiradores o de un “plan” más grande, el Departamento de Defensa ha categorizado los asesinatos no como terrorismo, sino como violencia en el lugar de trabajo.
No obstante, otros analistas, como Rouiller, dicen que aunque el material en línea puede llevar a un individuo a una dirección criminal, al final casi siempre hay un “mentor” terrorista que juega un papel clave en empujar a alguien hacia actos de violencia y esa tutoría casi siempre ocurre cara a cara, en lugares como una mezquita, una escuela o una universidad.
La gran pregunta a la luz de los atentados en Boston es si los hermanos Tsarnaev, sospechosos de poner las bombas, también fueron “criados en casa”, radicalizándose en línea únicamente, o si de hecho tenían un “mentor” terrorista que capitalizó su descontento y los dirigió hacia la violencia. Y crucialmente, si son culpables, ¿aprendieron de fabricación de bombas en internet, en vez de una clase de terrorismo en Daguestán?