Nota del editor: Este sábado 11 de mayo a las 5 p.m. ET, CNN en Español transmitirá el episodio “Anthony Bourdain: partes deconocidas, Canadá”. El programa sigue a Bourdain mientras viaja por el todo el mundo para descubrir regiones poco conocidas y celebrar las culturas diversas mediante la exploración de alimentos y rituales gastronómicos.

(CNN) – El reconocido chef estadounidense, crítico culinario y trotamundos Anthony Bourdain ya nos ha mostrado lo mejor de Myanmar, del barrio coreano de Los Ángeles y de Colombia. En esta oportunidad, el también ganador del Emmy nos lleva al norte para enseñarnos los sabores y paisajes de Canadá.

Bourdain  nos permitirá conocer un restaurante francés que se resiste al paso del tiempo, disfrutar de un exquisito foie gras en el medio de un río congelado y sorprenderte con un delicioso plato de castor.

El restaurante “Le Continental es un lugar al que me une un lazo afectivo”, dijo Bourdain. El bistró, ubicado en la ciudad de Quebec, está arraigado en la tradición francesa, y se mantiene “rebelde, ajeno a las tendencias o a la historia”, como explicó el chef.

Nuestro presentador disfrutó allí de  una gastronomía clásica, repleta de “platos jamás vistos”, como filete tártaro, ensalada César y un cóctel de camarones.

Bourdain también fue a pescar acompañado por Fred Morin y Dave McMillan, dueños del restaurante Joe Beef en Montreal. Pero no fue una pesca tradicional: los tres  se sentaron sobre la fina capa de hielo que cubre el río San Lorenzo, uno de los principales de Norteamérica.

Morin y McMillan luego prepararon un sabroso almuerzo para Bourdain en una cabaña en el medio del río congelado. Ambos se definen como  “románticos sin remedio” cuando se trata de la alta gastronomía. Los dos chefs le ofrecieron a Bourdain una selección de clásicos franceses, que incluyó foie gras con puré de papas y langosta a la Parisien. Servidos con trufas negras y acompañados por vinos, cada plato fue servido en vajillas antiguas.

“Tiene que haber queso”, remarcó Bourdain. Y lo que no faltó fue queso, un “penetrante Époisses”, para ser exactos.

“¿Hay algún multimillonario o déspota en cualquier parte del mundo que en este momento esté comiendo mejor que nosotros?”, preguntó Bourdain,  extasiado por los diversos platos.

La épica comida terminó con cigarros cubanos (sí, son legales en Canadá) y un postre extrañísimo, Gateau Marjolaine, que consiste en varias capas de almendras, merengue de avellana y crema de mantequilla con chocolate.

En Montreal, Bourdain se encontró con el franco-canadiense Martin Picard, al que considera uno de los chefs más influyentes de Norteamérica. Ambos capturaron un castor, que luego Picard cocinó a la plancha.

Fue la primera degustación de castor para Bourdain, algo llamativo si tenemos en cuenta que es alguien que ya comió pene de toro, testículos de pavo y patas de cerdo al vapor.

“A estas alturas”, bromeó Bourdain, “los animales me ven y piensan ‘¡No, este hombre no!’”.

¿El veredicto sobre el castor? “Absolutamente delicioso”, dijo Bourdain.