Por Sarah Holt
(CNN) — “El último par de semanas que he estado en casa ha habido mucho tráfico”, se lamenta el residente de Monte Carlo, Jenson Button.
Como muchos de los protagonistas de la Fórmula Uno, el hombre de McLaren ama la emoción de correr en el Gran Premio de Mónaco. Es solo que es menos entusiasta con el tráfico en Monte Carlo que con la preparación de la carrera.
“Ha sido una pesadilla”, dijo a CNN el piloto inglés, quien recientemente se mudó al principado proveniente de la isla británica, Guernsey.
“Colocar las tribunas toma mucho tiempo así que la ciudad sí cambia un poco.
“En el invierno es muy tranquila. Ves a muchas personas que conoces y entrenas con las mismas personas. Monte Carlo realmente es como una villa tranquila y pacífica. También hay un nuevo pub irlandés que me gusta; ¡hay muy buena cerveza Guiness allí!”.
Button, Felipe Massa de Ferrari y Lewis Hamilton de Mercedes son solo algunos pilotos de la F1 que han mezclado los negocios con placer al llamar a Mónaco su hogar. El piloto de Mercedes, Nico Rosberg, hijo del campeón mundial de 1982 de Finlandia, Keke Rosberg, puede presumir que creció allí.
Tiene sentido que los pilotos ricos vivan en Mónaco; después de todo, el estado independiente de la Riviera Francesa construyó su reputación como lugar de descanso para los ricos y famosos desde finales de la década de 1800. Igual de importante son sus impuestos que son favorables comparados con los de sus vecinos europeos.
Pero durante un fin de semana en mayo las calles de Monte Carlo no solo son para transitar, son para correr.
Las calles escarpadas y sinuosas han evolucionado en un circuito emocionante listo para ser el anfitrión del Gran Premio de este fin de semana.
La carrera más famosa en la Fórmula Uno (una fecha fija en el calendario desde 1950), trae un cambio de ritmo al idilio mediterráneo de Mónaco.
La metamorfosis, supervisada por el Club Automóvil de Mónaco (ACM, por sus siglas en inglés), tarda dos meses en completarse y pide la experiencia de 200 trabajadores de construcción para armar las 1,100 toneladas de gradas, 900 toneladas de garajes para los pits y 33.7 kilómetros de barreras de seguridad.
El circuito tiene una de las menores capacidades en el calendario de la F1, con un total de 200,000 fanáticos para ver los automóviles desde las gradas, balcones de hoteles y terrazas; sin olvidar los yates motorizados en el puerto, este fin de semana.
Una multitud de 200,000 puede sonar pequeña pero cuando el principado es menor a dos kilómetros cuadrados (la mitad del Central Park de Nueva York), es una gran multitud.
“El lugar es un poco más tranquilo el resto del año”, dice Carol Olivié-Etiévant, gerente del Hotel Hermitage, que tiene vistas al circuito de la F1 en el centro de Monte Carlo.
“En estos cuatro días las personas viven día y noche. Hay fiestas en el puerto, en cada terraza, así que Monte Carlo es un lugar pequeño, todos los lugares están llenos”, dijo a CNN.
“Hay otros fines de semana ocupados en Mónaco como el torneo de tenis, el espectáculo de botes en septiembre y el Baile de la Cruz Roja pero para este fin de semana del Gran Premio es muy inusual.
“Miles de personas vienen para ese día a Mónaco, todos los hoteles están llenos, los restaurantes está llenos y tenemos muchos yates en el puerto. Definitivamente este es el más ocupado.
“Durante el mes de mayo, Mónaco está completamente dedicado a la Fórmula Uno. Tenemos gradas en las calles, paddocks en el puerto, y la configuración de la ciudad es diferente porque estamos cerca de las calles. Monte Carlo es un lugar completamente diferente”.
Los habitantes, conocidos como monegascos, están preparados para soportar un mes o dos de interrupción debido a que el Gran Premio es muy bueno para los negocios. Y, quizá, más importante para fortalecer la marca global de Mónaco.
“El Gran Premio es una de las cosas que ayuda a distinguir a Mónaco de otros destinos mediterráneos y le da una capa adicional de glamour que sus rivales no tienen”, dijo a CNN Christian Sylt, de Formula One Money.
“La carrera mantiene al principado en el ojo público, que a cambio atrae a turistas y convenciones de negocios. La carrera en sí genera directamente 120 millones de dólares al principado, con las ciudades a su alrededor, como Menton en Francia y Ventimiglia en Italia, llevándose un total de 12 millones de dólares anualmente”.
Un roce en los límites
Para negocios como el hotel cinco estrellas de Olivié-Etiévant, el encanto del Gran Premio añade un caché extra para sus clientes todo el año; y la carrera de este fin de semana permite aumentar sus precios, con un paquete de cuatro días que comienza en 10,400 dólares.
El GP de Mónaco, una idea del habitante Anthony Noghes cuya primera carrera fue en 1929, también es importante para el gigante mundial que genera dinero que es la F1.
Aunque otros países han gastado millones y millones de dólares en nuevos circuitos en Abu Dhabi y Austin, Texas, en Estados Unidos, por ejemplo, la carrera en Mónaco es tan intrínseca en la imagen de la F1 que los organizadores de la carrera (la ACM) tiene un acuerdo especial con los promotores del deporte.
“Mónaco es la única carrera en el calendario que no paga una cuota de carrera al Grupo Fórmula Uno”, explicó Sylt. “Con algunos circuitos rivales que pagan más de 60 millones de dólares, es un gran ahorro.
“La historia y glamour de Mónaco son una parte importante del calendario de la F1. La carrera es muy conocida en todo el mundo, y es un imán para los ricos y famosos. Esto es una publicidad genial para la F1 y también significa que hay muchos patrocinadores e inversionistas potenciales que asistirán, lo que la convierte en una oportunidad que se presenta una vez al año para la F1 y los equipos”.
Aunque el dinero y el glamour engrasan las ruedas en el GP de Mónaco, no necesariamente quiere decir que el evento es una empresa rentable para la ciudad-estado soberana del Príncipe Alberto II.
“El presupuesto total de la carrera está alrededor de los 35 millones de dólares y el estado ofrece un subsidio de siete millones de dólares para esto”, añadió Sylt. “Sin embargo, el costo de preparar el circuito para el Gran Premio significa que incluso sin pagar una cuota la carrera raramente genera una ganancia”.
Con tanto en juego en el GP de este fin de semana, el campeonato de pilotos 2013 también ayuda a que la calidad de la carrera alrededor de las calles de Monte Carlo no disminuya.
Aparte de las modificaciones para mejorar la seguridad, el circuito de 3.2 kilómetros a través de las calles estrechas y sinuosas, que pasan por el majestuoso casino, a través del túnel y junto al puerto lleno de barcos ha presentado a los pilotos más rápidos del mundo el mismo desafío durante los últimos 70 años.
Es la carrera más lenta y la más corta del calendario de la F1 pero para muchos pilotos es la más emocionante.
El tres veces campeón mundial de Brasil, Ayrton Senna (ganador de un récord de seis grandes premios de Mónaco), dijo que entró en un estado de trance cuando corrió en el límite entre las barreras estrechas de Monte Carlo.
“Mónaco es diferente a cualquier otra pista de carreras en la Fórmula Uno”, dijo Button, quien triunfó allí en 2009 en su camino a ganar el título mundial.
“Una vuelta de clasificación aquí es una experiencia exhilarante para un piloto; giras en esquinas en el límite y rozas cada límite en la salida. Es un desafío genial”.
Durante el mes de mayo, Mónaco zumba con el ritmo de la F1, y los pilotos, fanáticos y monegascos anticipan los placeres de alto octanaje que se presentan en esta carrera.
“Nací en Mónaco y en mi vida solo me he perdido un gran premio”, recordó Olivié-Etiévant. “Me puso muy triste cuando me lo perdí.
“Estamos muy, muy orgullosos. Este es un evento legendario y realmente es muy importante. Es una atmósfera en la que sientes una emoción increíble. Como monegasca también la disfruto mucho”.