(CNNMéxico) — La cadena de televisión venezolana Globovisión, un espacio crítico a los gobiernos chavistas, implementó en los últimos días cambios en su cobertura y programación, según figuras de oposición. Esto ocurre tras la venta del grupo por parte de sus antiguos propietarios, que acusaron al gobierno de orillarlos al fracaso económico.
El excandidato presidencial y líder opositor Henrique Capriles Radonski aseguró el domingo que en la televisora existe la instrucción de no transmitirlo más en vivo. “Gracias a todo ese gran equipo de trabajadores de Globovisión fui informado que la nueva Directiva ordenó que no salga más en vivo”, escribió Radonski en su cuenta en Twitter.
Radonski, quien se mantiene sin reconocer la victoria presidencial de Nicolás Maduro, calificó el incidente de censura y responsabilizó por los cambios a “los enchufados”, como llama a funcionarios del gobierno y partidarios del régimen.
“¡Y los enchufados están detrás de la compra de más medios de comunicación, así pretenden controlar al país!”, indicó. “¡Sea cual sea la ventana que tengamos, el pueblo tendrá en nosotros un defensor de la verdad!”.
El diputado opositor Ismael García anunció la semana pasada que los nuevos dueños del canal le habían notificado que no podía seguir al frente de su programa Aló Venezuela.
“Ese es un canal privado, tiene unos nuevos dueños con una política nueva y yo no peleé con ellos ni nada, simplemente me notificaron que ellos no querían que siguiera al frente”, dijo García a la agencia EFE.
La salida de García ocurrió casi una semana después de presentar una supuesta conversación telefónica entre Mario Silva —un comentarista vinculado con el gobierno— y un funcionario de inteligencia cubano. En la charla, se exhibe una trama de corrupción y un intento de golpe de Estado dirigido por altos funcionarios del gobierno.
“Siempre van a existir maneras de expresarse, hasta en los modelos más hegemónicos y autoritarios que es hacia donde este gobierno pretende llevar al país”, dijo García a EFE.
Globovisión sostiene que la decisión de retirar a García de la programación no guarda relación con la conversación difundida de Silva.
Globovisión fue vendida el 13 de mayo pasado por su fundador, Guillermo Zuloaga, a los empresarios Juan Domingo Cordero, Raúl Gorrín y Gustavo Perdomo. Al anunciar la venta de la cadena el 11 de marzo, Zuloaga responsabilizó de su inviabilidad financiera al gobierno venezolano.
“Somos inviables económicamente, porque nuestros ingresos ya no cubren nuestras necesidades de caja (…) Somos inviables políticamente porque estamos en un país totalmente polarizado y del lado contrario de un gobierno todopoderoso que quiere vernos fracasar”, dijo Guillermo Zuloaga, el fundador de la cadena a través de una carta publicada en la web de la cadena.
Los nuevos propietarios indicaron el jueves pasado, tras una reunión con el presidente Nicolás Maduro, que el canal sería “muy sensato” al transmitir información. “Nos han pedido que seamos muy sensatos en la transmisión de la noticia y eso es lo que vamos a hacer”, dijo Cordero.
El cambio de administración en Globovisión marcó tendencia en Twitter. Muchas de las opiniones de repudio se articularon en torno a las etiquetas #GlobovisionYaNoteVeoMas, #SOSLibertadDeExpresionVzla y #UnfollowAGlobovisión.
El vicepresidente de Venezuela Jorge Arreaza indicó la semana pasada que el gobierno encabezado por Nicolás Maduro quiere que la televisión venezolana genere “contenidos trascendentes” y que desaparezcan quienes fomentan el “fascismo” tanto del lado de la oposición como del oficialismo.
“Que la verdad sea sagrada para todos los medios”, dijo Arreaza tras la reunión entre los nuevos dueños de Globovisión y el presidente Nicolás Maduro, quien asumió la presidencia en abril pasado, tras la muerte de Hugo Chávez.
La venta de Globovisión ocurre luego de varios procedimientos judiciales contra la cadena en los últimos años, que han derivado en sanciones por más de dos millones de dólares. Defensores independientes de la prensa, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), las calificaron como “censura a la libertad de información”.
El gobierno venezolano ha fortalecido en sus últimos años el control de la comunicación. En 2007, negó la renovación de los derechos de concesión a Radio Caracas Televisión (RCTV), lo cual causó la salida de la televisión abierta al canal y ocasionó otro choque con la administración.
Tres años antes fue promulgada la Ley de Responsabilidad en Radio y Televisión (Resorte), que delimita la responsabilidad de los medios según su formato, lenguaje, contenido y otros factores para “fomentar el equilibrio democrático”.
Según el vocero de la organización Reporteros Sin Fronteras, Benoit Hervieu, la “guerra mediática” entre el gobierno y la prensa se remonta al apoyo de algunos grupos al golpe de Estado de 2002 contra Hugo Chávez y a la respuesta posterior del régimen. “Una pelea mediática que también comprometió la seguridad de los periodistas, de ambos lados”, dijo Hervieu.