(CNN) - Un profesor de secundaria conduce su Doppler On Wheels (camiones equipados con radares móviles) a través de Moore, Oklahoma, 90 segundos después de que un tornado haya sembrado la destrucción a su paso por la ciudad. Escombros - trozos de casas - caen del cielo sobre su camioneta. La escena es impactante, restos de casas cubiertas con tierra es todo lo que queda tras el paso tornado, y la gente se agolpa todavía en los refugios subterráneos.
El profesor no lo sabe todavía, pero que acaba de grabar vientos de 302 mph en el centro del vórtice, la velocidad del viento más fuerte jamás medido en cualquier parte del mundo. Tampoco sabe que su mujer y su bebé están en un refugio a sólo 3 kilómetros al sur del tornado.
Era el año 1999. El profesor era yo. 46 personas murieron a causa de los tornados aquel día. Estaba persiguiendo tornados con los radares DOW - los radares meteorológicos móviles conducidos hasta tornados para hacer mapas en 3-D de los vientos y los escombros en detalle. Estaba tratando de aprender más acerca de cómo se forman los tornados, de cómo los vientos provocan la destrucción, con la esperanza optimista de que esto podría conducir a mejores pronósticos, menos falsas alarmas, y un menor número de muertes.
En 1999, el Servicio Nacional Meteorológico emitía alarmas de tornados una media de 13 minutos antes de su surgimiento, y la tasa de falsas alarmas alcanzaba la friolera del 75%. Más o menos lo que sigue ocurriendo hoy en día. El lunes, mi equipo y otros equipos de científicos muy inteligentes equipados con radares móviles y otros materiales llegaron a la misma errónea conclusión de forma independiente: que había ocurrido en el sur de Oklahoma, cerca de 50 millas al sur de Moore, era el lugar de mayor riesgo de tornados. Todos perdimos la oportunidad de recoger datos en el tornado Moore.
¿Por qué? ¿Por qué todos los científicos y los pronosticadores han sido incapaces de mejorar las predicciones de tornados? ¿Y por qué, aun cuando en las comunidades como Moore, Oklahoma, y Joplin, Missouri, (devastada por un tornado en 2011), se advierte hasta 30 minutos antes de la llegada d elos tornados mueren tantas personas? No podemos esperar que habrá ninguna muertes por esta causa, pero ¿podemos hacerlo mejor?
Para que las personas estén a salvo de los tornados, varias cosas deben suceder. Los científicos necesitan comprender mejor los detalles de cómo se forman los tornados, los eventos que preceden a la formación de tornados, y distinguir mejor entre las tormentas que generarán los tornados y la mayoría abrumadora de que no lo harán.
Luego, los meteorólogos tienen que ser capaces de integrar ese conocimiento con observaciones, principalmente de la red nacional de radares meteorológicos gubernamentales de vigilancia y simulaciones por ordenador para anticiparse a los tornados.
Las advertencias deben comunicarse eficazmente a los grupos de mayor riesgo, utilizando métodos tradicionales, tales como sirenas y la radio, a la vez que los nuevos medios como Twitter. Por último, los que se advierte es la necesidad de prestar atención a estas advertencias y precauciones inmediatas y eficaces.
En los últimos años, los científicos han aprendido mucho acerca de los tornados. Dows La Fundación Nacional de la Ciencia han mapeado los vientos de casi 200 diferentes tornados, grandes y pequeños, durante su nacimiento y su muerte, y al pasar por las ciudades.
Los científicos, apoyados por la fundación y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, están analizando casi 30 terabytes de datos, - el equivalente a unos 8.000 DVDs - recogida durante VORTEX2 (o Verificación de los orígenes de la rotación de los tornados). VORTEX2 es el estudio tornado más grande y ambicioso de la historia - que comenzó en 2009 - en la que 100 científicos de 50 vehículos rodearon y científicos probaron tormentas super-teléfonos tornados.
La formación de tornados es difícil de predecir, pero estamos avanzando en la identificación de posibles precursores. Pero, como nuestras previsiones perdidas de Moore espectáculo, tenemos un largo camino por recorrer. Incluso con los instrumentos más sofisticados, no podemos decir hasta 20 minutos antes de que ocurra si una tormenta se convertirá en un tornado.
Los gobiernos públicos y locales tienen un papel fundamental que desempeñar. No importan las advertencias emitidas por los meteorólogos, la seguridad de cada adulto está en última instancia, en sus propias manos. Uno tiene que elegir primero prestar atención a la advertencia. Entonces, de manera crítica, uno tiene que tener un lugar seguro a donde ir. En particular, ofrecer refugio los más vulnerables - las escuelas y los hospitales - necesitan tener búnqueres resistentes.
Las comunidades tienen que hacer cumplir las buenas prácticas más básicas y de bajo costo de construcción para que los techos estén conectados firmemente a las paredes, que se anclan a los cimientos, para que los edificios sean más resistentes a los tornados.
Creo que estamos haciendo un trabajo bastante bueno en todo esto. Mientras que las cifras en Moore y Joplin son trágicas, la mayoría de las personas que vivían y trabajaban, incluso en las peores franjas de destrucción sobrevivieron. Durante el tornado 1999, por ejemplo, más de 400 casas quedaron completamente destruidas - pero sólo alrededor de 40 personas murieron. Muchos miles vivían en las afueras en los tornados de Moore y Joplin de 2011 y 2013 y sólo una pequeña fracción murieron.
Pero podemos y debemos hacerlo mucho mejor. Las muertes por tornados se pueden reducir considerablemente. Se llevarácontinuos esfuerzos de los científicos, meteorólogos, constructores, planificadores de la comunidad y en última instancia, la gente que vive en la ruta de los fenómenos más destructivos.
Nota del editor: Joshua Wurman es un científico atmosférico, investigador tornados y el inventor de los radares móviles DOW. Es director del Center for Severe Weather Research en Boulder, Colorado.