Por Georgia McCafferty
Hong Kong (CNN) — Gracen Duffield, de 45 años, vendió su casa en Austin, Texas, y abandonó una exitosa carrera en tecnologías de la información con Dell Inc. para estudiar una maestría en China, “un lugar en el que hay auténticas oportunidades”, dijo.
Leea Tiusanen, una finlandesa de 27 años, tomó un año sabático de su empleo como gerente en una importante empresa minorista para obtener un título en Negocios en China. “Aquí están pasando muchas más cosas que en Europa”, dijo.
Jonathan Oi, un estadounidense de 25 años con padres chinos, dijo que “regresó a la madre patria” para obtener una maestría en Negocios en la Escuela de Administración Guanghua para diferenciarse de sus compañeros en Estados Unidos.
Ellos tres son solo un ejemplo de los miles de estudiantes occidentales que viajan a China para obtener educación superior, vivir una aventura cultural y obtener una ventaja en un mercado laboral extremadamente competitivo.
Mientras los chinos engrosan las filas en las universidades occidentales, la cantidad de estudiantes extranjeros que estudian en China también está en aumento: creció un 10% en un año y en 2011 fue de 290,000, según el Ministerio de Educación de China (MOE, por sus siglas en inglés).
La atracción de estudiantes extranjeros —por medio de la inversión en becas e instalaciones— es una estrategia del gobierno chino con la que se busca desarrollar un mayor entendimiento de su cultura y lenguaje a nivel mundial y extender el “poder de persuasión” de Beijing, dicen los académicos.
El poder de persuasión de la educación
En los próximos cinco años, China planea que los institutos de educación superior en el país tengan la capacidad de recibir a cerca de 500,000 estudiantes internacionales para 2020, según la agencia de noticias oficial, Xinhua.
Los gobiernos de Estados Unidos y Europa están invirtiendo en programas para promover que más estudiantes vayan a China. Mientras Occidente quiere mejorar las relaciones, el profesor Yang cree que el sistema comunista chino ha dado como resultado un programa que se centra más en el control que en la diplomacia.
Los surcoreanos fueron el grupo más numeroso de estudiantes extranjeros en 2011, seguidos de los estadounidenses, los japoneses, los rusos, los indonesios y los indios. El grupo de casi 50,000 europeos que hicieron alguna clase de estudios superiores en China estuvo encabezado por Francia y Alemania.
¿Están a la altura las universidades chinas?
Las colegiaturas universitarias en China son de mil dólares por semestre en promedio, según el MOE. Las colegiaturas en Estados Unidos oscilan entre los 12,000 y los 37,000 dólares al año, según el Centro Nacional para la Educación de Estados Unidos.
Sin embargo, han surgido dudas alrededor de la calidad de la educación universitaria en China. “En las clasificaciones internacionales, las universidades chinas no se desempeñaron tan bien como las de otros países, particularmente a causa del tamaño del sistema, pero en los últimos años ha habido mejoras”, dijo Nick Clark de Servicios Educativos Mundiales, una organización de investigación en educación con sede en Nueva York.
Aprender de las experiencias
Paul Gillis, un profesor estadounidense expatriado y codirector de la escuela de negocios de la Universidad Peking en Beijing, dice que aunque la docencia es gratificante, China no podrá satisfacer “la insaciable demanda” de profesores extranjeros de calidad hasta que empiecen a pagar salarios adecuados.
“Este es el siglo de China. Aquí tengo la capacidad de preparar a algunas de las mentes más brillantes del mundo y de tener mayor impacto que en otra parte”, dijo Gillis.
Para los estudiantes como Jonathan Oi, las desventajas con las que se ha encontrado en el “relativamente reciente” programa de negocios de la Universidad Peking se compensan con las lecciones que ha aprendido afuera del salón de clases. “No deberías venir a China a buscar una educación de estilo occidental, te decepcionarás”, explicó Oi.