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(CNN) — El exlíder sudafricano, Nelson Mandela, permanece en “estado grave pero estable”, dos días después de que fue hospitalizado por una infección pulmonar recurrente.

El cada vez más frágil Mandela fue trasladado de urgencia a un hospital en Pretoria este sábado. La oficina del presidente de Sudáfrica dijo que el expresidente de 94 años, se encontraba en “estado grave pero estable”.

Estaba respirando por cuenta propia y su esposa estaba a su lado, dijo la oficina en ese momento.

Sin embargo el estado de Mandela no presenta cambios, informó el gobierno este lunes.

Mandela ha estado entrando y saliendo de los hospitales en los últimos años y cada vez que lo hace genera preocupaciones en todo el mundo.

“Lo daremos a conocer”

Los sudafricanos ofrecieron oraciones este domingo en los servicios religiosos, y enviaron sus buenos deseos para Mandela.

Mientras tanto, la primera página del Sunday Times de Sudáfrica decía: “Es hora de dejarlo ir”.

El periódico citó al viejo amigo de Mandela, Andrew Mlangeni, quien sugirió que llegó el tiempo para que los sudafricanos digan adiós a su icono querido.

“Ustedes han estado viniendo al hospital muchas veces. Es evidente que podría no ser así otra vez”, dijo Mlangeni al periódico.

“Una vez que la familia lo deje ir, el pueblo de Sudáfrica los seguirá. Vamos a darle las gracias a Dios, él nos has dado a este hombre y lo vamos liberar también”, dijo Mlangeni.

La historia de las enfermedades

El primer presidente negro de Sudáfrica recibe atención durante todo el día y su casa está adaptada con equipos médicos que reflejan los cuidados intensivos.

Su historial de problemas pulmonares se remonta a cuando era un preso político en la isla de Robben durante el apartheid; ha luchado contra las infecciones respiratorias en los últimos años.

El año pasado, pasó las vacaciones de Navidad en tratamiento por una infección pulmonar y cálculos biliares, una de sus estancias más largas en el hospital desde su liberación de la cárcel en 1990.

Considerado como el padre fundador de la democracia en Sudáfrica, Mandela se convirtió en una figura internacional, mientras soportó la prisión de 27 años por luchar contra el apartheid, sistema de segregación racial del país.

“Él nos ha enseñado… que mejoremos nuestra propia humanidad cuando sirvamos y  que hagamos una diferencia en las vidas de otras personas”, dijo Maharaj. “Es fácil servirse a sí mismo, a tus propios intereses, pero con el servicio a los demás, haremos que las vidas se mejoren y generen cambios a toda la humanidad”.

En 1993, Mandela y el entonces presidente de Sudáfrica, FW de Klerk ganaron el Premio Nobel de la Paz.

Un año más tarde, el líder emblemático fue elegido primer presidente negro del país, sirviendo solamente un término, como lo había prometido.

Mandela no ha aparecido en público desde que Sudáfrica fue sede de la Copa del Mundo de futbol en 2010.

Pero a pesar de las raras apariciones públicas en los últimos años, conserva su popularidad y es considerado un héroe de la democracia en la nación. El año pasado, Sudáfrica lanzó una nueva serie de billetes con la imagen de un Mandela sonriente en el frente, una prueba de su estatus de icono.

El impacto que genera la salud de Mandela se extiende mucho más allá de las fronteras de Sudáfrica. Después de dejar el cargo, medió conflictos desde África hasta el Medio Oriente.