Por Sebastián Castro
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Suesca, Colombia (CNNEspañol.com) – Antes de comenzar a contarles sobre los Invisibles Invencibles (¡el primer reportaje del nuevo Reportero Aventurero!) es importante que visualicen el lugar y la situación en la que me encuentro: llevo 6 horas de camino entre Suesca–donde anoche dormí sólo en una cabaña en construcción completamente aislada en media montaña– y la Sierra Nevada del Cocuy, donde intentaremos hacer cumbre en el Pico Pan de Azúcar (5200 metros sobre el nivel del mar).
Nos faltan 4 horas más de camino pero en uno de los 750,000 huecos–de los cuales evadimos 649,999– se le reventó una manguera de abastecimiento de combustible al carro (nombre correcto del modelo: Chevrolet JiMNy, nombre de cariño y popular: JiMMy. Nótese la diferencia), por lo que les escribo desde un taller mecánico en algún lugar entre Belén y Soatá llamado Arbolsolo. Mi amigo y guía de montaña Javi dice saber de mecánica por lo que está tirado bajo el carro cubierto en aceite discutiendo términos como “exosto” –seguramente proveniente del “exhaust” o tubo de escape en inglés– con don Alvaro, el mecánico más malhablado que he conocido en mi vida. Y ojo que esto es mucho decir. Sobre sus hombros recae el futuro de mi próximo reportaje. Pero un segundo…¿dónde estábamos? Ah si, los Invisibles Invencibles.
¿Quiénes son estos músicos? Sencillo, es un colectivo que reúne a los mejores músicos callejeros de Bogotá. Su vida normal transcurre en oficinas mejor conocidas como buses y aceras, buscando ganarse los pesos necesarios para solventar una vida de esta índole. Los hay de todo tipo, desde los que estuvieron encarcelados hasta los instructores de natación.
Lo que sí tienen en común es que:
1) Utilizan la música como instrumento de paz
2) Aman lo que hacen
3) Fueron seleccionados por César López para formar parte de esta iniciativa que se inició hace más de diez años.
- Eh disculpe…no soy de Colombia…¿quién es César López?
- Con gusto le explico parcero…
César López es un músico y artista bogotano que se ha convertido en la cara alternativo-musical del conflicto armado en Colombia. Se le conoce ampliamente por ser el creador de la Escopetarra, un híbrido entre una guitarra y un fusil AK-47 que dispara notas musicales pacifistas. Su sueño es que la ciudad no sólo documente a los músicos, sino que les brinde apoyo en vez de opresión. Les contaría más sobre él pero es que les tengo otro reportaje específico sobre la famosa Escopetarra así que tengan paciencia a que publique ese artículo. Por segunda vez…volvamos a los Invisibles (me disculpan por el leve déficit atencional es que ando medio distraído con el tema del carro que chorrea gasolina).
El talentoso grupo fue escogido entre más de 3 mil músicos que audicionaron en una especie de Latin American Idol callejero y menos dramático. Hoy tocan juntos pero no revueltos en conciertos por todo Colombia, recordándonos de una bofetada lo poco que le ponemos atención al arte urbano (cuántos recuerdos de estuches de guitarra casi vacíos se me vienen a la mente desde Inserte nombre de capital latinoamericana aquí. Y es precisamente en media urbe bogotana–específicamente en la Plaza Bolívar–donde me junté con ellos. El talento sobra comentarlo porque es evidente en el reportaje (sugerencia: ver reportaje). Lo que sí quisiera es contarles una breve reseña de la historia de algunos de ellos y el porqué de su amor por la música:
- Don Orlando: encarcelado injustamente, dice que su tiempo tras las rejas no fue perdido ya que allí descubrió la música, su nueva pasión y pan de cada día. Toca en buses y se viste elegante.
“Amo la música porque es la única forma de expresar lo que no podría de otra manera”
- Don Fernando: instructor de natación y legítimo sonido y “look” trovador. Su especialidad es la música tradicional colombiana.
“Amo la música porque llena todos mis momentos”
- William: Se tuvo que ir temprano porque sino le agarraba el trancón (creo que la palabra técnica es embotellamiento), entonces no lo conocí muy bien. Toca la harmónica mejor que Bob Dylan.
“Amo la música porque la respiro y la siento en el corazón”
- Oscar Daniel: El más galán de todos. Tuvo problemas de drogas y logró salir gracias a su pasión por la música. Ese día andaba con su novia y se veían muy enamorados. Será papá pronto.
“Amo la música porque como dijo Frederick Nietzsche, ‘El mundo sin música sería un error’”
Sobre cada uno de ellos podría escribir un libro, pero decidí escribir un par de líneas nada más y guardarme el resto. Lo hice porque quiero que ustedes, los lectores de esta breve crónica…vayan a la calle y se tomen los cinco minutos necesarios para hablar con un músico o artista callejero y que descubran su historia, haciendo de un músico invisible uno visible. Les aseguro que se darán cuenta que más de uno de ellos es verdaderamente…invencible. Y sino es así, siempre puede desquitarse con críticas–ojalá constructivas–en el espacio de comentarios abajo.
Ahora sí, voy de vuelta al arreglo de Jimmy a ver si logro subir el Pico Pan de Azúcar en la Sierra Nevada del Cocuy y regresar a tiempo a Bogotá para entrevistar al alcalde Petro, quien el viernes pasado me dejó plantado en su oficina.
Este artículo refleja la opinión exclusiva de Sebastián Castro y no de CNN en Español.