(CNNMéxico) — Los gobiernos de Sao Paulo y Río de Janeiro revocaron este miércoles el alza en las tarifas en el transporte que han provocado protestas en el país durante las últimas semanas. Pese a ello, los manifestantes afirman que volverán a salir a las calles el jueves para protestar contra los altos impuestos y pedir mejores servicios de educación y salud pública.
Tras siete días de protestas en la mayor ciudad del país, el alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, anunció este miércoles su decisión de revocar el aumento del valor del pasaje de autobús desde 3 reales (unos 1.36 dólares) hasta 3.20 reales (unos 1.45 dólares), que había entrado en vigor a principios de este mes, informó la agencia EFE.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, también anunció una reducción de 20 centavos de real, con lo que las tarifas regresarán a los 2.75 reales (1.25 dólares) en que estaban antes del aumento. En ambos estados también se revocó el alza de las tarifas en el metro y trenes urbanos, informó la agencia.
Los alcaldes de al menos una decena de ciudades brasileñas, entre ellas capitales importantes como Recife y Porto Alegre, ya habían anunciado el martes la reducción de las tarifas o la revocación de los decretos que reajustaron los pasajes, informó EFE.
Los anuncios son las respuestas directas a las manifestaciones que se registran desde la semana pasada en todo el país y que fueron convocadas en las redes sociales por movimientos sociales que alegan no ser representados por ningún partido.
Originalmente las multitudes se manifestaron por el alza a las tarifas de los autobuses y han denunciado la injusticia social a través de las amplias avenidas de las ciudades. Las protestas han tenido algún tipo de efecto.
Tras el anuncio, los manifestantes aseguran que la cancelación del alza en los precios no es suficiente por lo que volverán a las calles este jueves. Decenas de miles han confirmado en internet que volverán a marchar contra los altos impuestos, los costos de vida y para pedir mejor salud pública y educación.
El Movimiento Pase Libre, el impulsor inicial de las protestas en Sao Paulo celebró la decisión de las autoridades pero mantuvo la convocatoria a una nueva movilización para mañana. “Nuestro objetivo fue alcanzado en cuanto movimiento, pero continuaremos luchando por la tarifa cero, que es el objetivo del Movimiento Pase Libre”, dijo a la agencia EFE Luiza Mandetta, una de las líderes de la organización.
Los manifestantes aseguran que los más pobres son los más afectados, mientras el gobierno gasta el dinero recaudado en grandes proyectos de nuevos estadios y en la infraestructura deslumbrante para el Mundial de futbol Brasil 2014 y para los próximos Juegos Olímpicos en 2016.
La inversión del país en esos proyectos incluye dinero para la salud y el transporte público, aseguró el viceministro de Deportes, Luis Fernandes. “No hay absolutamente nada contradictorio entre la organización de una Copa del Mundo y la inversión en salud y educación”, dijo.
Las protestas se producen en medio del torneo de futbol de la Copa Confederaciones, una serie amistosa de partidos, en los que el país anfitrión del Mundial, Brasil, juega en contra de un pequeño grupo de equipos nacionales de todo el mundo. La copa sirve como un precursor de la Copa del Mundo.
La Fuerza Nacional, que se compone de bomberos y policías especialmente entrenados, reforzará la seguridad en los estados que albergan los juegos que continuarán el jueves, dijo el Ministerio de Justicia.
El gobierno ha insistido en que la misión de la fuerza es la de mediar y no reprimir.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dijo a los manifestantes pacíficos que sí atiende sus peticiones. Los elogió como participantes activos en la democracia y dijo que su gobierno está comprometido con la “transformación social”.
La policía retiró a la mayoría de sus elementos y el ambiente festivo y ruidoso se ha incrementado, con una multitud cantando y tocando tambores.
Este miércoles, los organizadores habían anunciado una tregua en las movilizaciones, sin embargo, se registraron manifestaciones y enfrentamientos entre policías y los participantes en la ciudad de Fortaleza, antes del partido entre México y Brasil.
Ben Brumfield, Marilia Brocchetto y Shasta Darlington de CNN contribuyeron con este reporte.