Los niños Jang regresaban a su casa en Colorado tras haber pasado un mes en Seúl, su primer viaje a Corea del Sur.

Por Sara Sidner y Holly Yan

(CNN) — Tras 10 largas horas de vuelo, los niños Jang estaban ansiosos por bajar del avión. Los hermanos, originarios de Colorado, habían pasado un mes en Seúl, su primer viaje a Corea del Sur. Sus padres querían que conocieran sus raíces durante sus vacaciones de verano.

Joseph, Esther y Sarah iban a bordo del vuelo 214 de Asiana Airlines de Seúl a San Francisco. Los tres estaban sentados cerca de la cola del avión, que recibió la mayor parte del impacto. “Mientras se estaba estrellando, pensé que era como un sueño porque no sabía (si) estaba ocurriendo realmente”, dijo Joseph, de 13 años, a Sara Snider de CNN.

“Rebotamos por todas partes”, agregó Esther, de 15 años. “Solo recuerdo que había polvo por todas partes. Estaba aterrorizada y luego simplemente terminó”. Los asientos frente a ellos cayeron sobre sus rodillas. El equipaje y los escombros se esparcieron por la cabina.

“Cuando todo terminó me di cuenta de que estaba viva, miré alrededor y vi a mis hermanos. Ambos estaban bien”, dijo Esther. “Luego busqué a mi mamá y a mi papá; ambos estaban en el piso porque sus asientos se cayeron”.

Joseph trató de llamar a sus padres desde el otro lado del pasillo. Sin embargo, no podía respirar.

“Sal como puedas”

“Me sacaron el aire de un golpe… Solo esperaba poder respirar porque estaba realmente asustado”, narra Joseph. Finalmente, los padres respondieron con gemidos a los llamados de sus hijos. Los hermanos supieron que estaban vivos. Sin embargo, no había tiempo de asimilar lo ocurrido. El avión podría incendiarse en cualquier momento.

“Las sobrecargos solo dijeron que saliéramos como pudiéramos”, dijo Sarah, de 11 años. “Mi hermano y yo salimos antes que mi papá, mi hermana y mi mamá. Me preguntaba si ya habrían salido o si seguían adentro, porque poco después el avión empezó… a arder”.

La familia estuvo separada por más de una hora. “Cuando nos reunimos… estaba realmente feliz, así que empecé a llorar”, dijo Joseph. Todos estaban heridos, pero ninguno de gravedad. Los tres niños y su padre se recuperan en el Hospital General de San Francisco.

Joseph tiene una fractura menor en la espalda. Esther tiene una torcedura en un pie y necesitará muletas. Sarah tiene un dedo fracturado. Entre los vendajes sobresalen sus uñas pintadas de rosa. “Yo diría que en esta experiencia tuve mucha suerte”, dijo Joseph. “Todos fuimos muy afortunados”.

Se suponía que la familia abordaría otro vuelo hacia Denver. Aún no han podido llegar a su casa en Colorado. Una enfermera deja que los niños usen su computadora para publicar mensajes en Facebook y avisar a sus amigos que están bien.

La publicación de Esther dice: “Mi vida pasó frente a mis ojos. Agradezco a Dios que mi familia y yo estamos bien”.

Sara Sneider, de CNN, reportó desde San Francisco; Holly Yan escribió desde Atlanta.