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Nota del editor: James Martin es un sacerdote jesuita, colaborador de la revista American y autor de The Jesuit Guide to (Almost) Everything. Él tuitea (pero tampoco te promete sacarte del purgatorio) desde @JamesMartinSJ.

(CNN) — Aquí algunos titulares extraños pero seductores: “Sigue al Papa en internet, llega al cielo antes; los likes en Facebook no cuentan”. “Ahórrate tiempo en el purgatorio siguiendo al Papa en Twitter”. Y, el peor de todos, de Slate: “Ahora el Papa ofrece indulgencias a cambio de seguidores en Twitter”.

Titulares del estilo se publicaron este miércoles en más de 190 medios de noticias.

Ja ja. ¿Será que la Iglesia católica recorta el inferno o en el purgatorio, solo con revisar tu cuenta de Twitter? ¿Acaso la Iglesia es tan tonta? Y yo creía que el papa Francisco era moderno.

Esto es (otro) caso en que los medios malentienden y cambian las palabras de una nota del Vaticano.

Al parecer esto fue lo que sucedió:

El 24 de junio, la Penitenciaría Apostólica —la oficina del Vaticano encargada de los asuntos relacionados con los pecados— publicó un documento en el cual decía que los fieles que viajaran a la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil recibirían “indulgencia plenaria” por su peregrinación.

Ese es un concepto católico tradicional que se refiere al perdón de la “pena temporal” por los pecados, en tu vida después de la muerte. La idea teológica se basa en que realizar buenas obras durante tu tiempo en la Tierra o participar en prácticas religiosas como una peregrinación pueden ayudarte a “reducir” parte de estas penas.

Pero, ¿liberarte solo por revisar tu cuenta de Twitter cada hora? Dejemos de lado la complicada teología de las “indulgencias plenarias” y analicemos cómo esta historia se salió de proporción.

El documento original del Vaticano ofrece indulgencia a quienes completen una peregrinación. Eso es bastante común. Hace algunos años, viajando al Santuario de Lourdes, en Francia, podías conseguir la indulgencia al visitar y rezar en ciertos lugares sagrados.

Una vez más, la idea es cumplir parte de tu penitencia por tus pecados. Un ejemplo cotidiano para entenderlo: una profesora le pide a un estudiante desordenado en clase limpiar el pizarrón, en lugar de suspenderlo. Para evitar un gran castigo, enmiendas tus errores.

Pero aún más: el documento del Vaticano indica que el creyente que acuda a la Jornada debe estar “realmente arrepentido y contrito”. En otras palabras, debe hacer la peregrinación con un espíritu de arrepentimiento. Eso también es común.

Al final del documento, la Santa Sede menciona que esto no es solo para peregrinos, sino para quienes participen “con verdadera devoción a través de los nuevos medios de comunicación social”.

¿Por qué el Vaticano incluyó esta categoría? Según yo, para ser inclusivo; a menudo la Iglesia recibe críticas por no serlo.

Es una manera de integrar a las personas que no pueden viajar a Brasil por su condición económica o impedimentos de salud.

En mi opinión, es una manera generosa de invitar a las personas a las misas, las oraciones y las liturgias de la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil. ¿Por qué no incluir a los enfermos, los pobres y a los adultos mayores en la comunidad de peregrinos? ¿Y por qué no ayudarlos a participar vía internet?

Entonces, ¿por qué el asunto de Twitter cobró tanta relevancia?

Parece que The Guardian consiguió “una fuente” que dijo “eso incluye seguirnos en Twitter”.

¿Quién es el informante? No nos han dicho. Pero incluso “la fuente” explica que no es suficiente con seguir al Papa en Twitter (como engañosamente lo dice el titular).

“Pero tienes que seguir los eventos en vivo”, dijo la fuente a The Guardian. “No puedes obtener una indulgencia por chatear en internet”.

En segundo lugar, ese mismo artículo cita al arzobispo Claudio Maria Celli, encargado del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales. “No puedes conseguir indulgencias como si estuvieras pidiendo café de una máquina expendedora”, señaló Celli al diario italiano Corriere della Sera.

En otras palabras, el documento original, la “fuente” y el arzobispo Celli dijeron lo opuesto a los titulares: que no es suficiente seguir al Papa en Twitter.

Tampoco es suficiente revisar constantemente el feed en Twitter. Uno tiene que: (a) estar arrepentido, (b) tratar de seguir los eventos de la Jornada Mundial de la Juventud en vivo y (c) realizar estos actos con “verdadera devoción”.

En otras palabras, el Vaticano claramente se refiere a la participación religiosa por parte de mujeres y hombres que no puedan acudir, a través de “nuevos medios de comunicación social”.

Por ejemplo: una amiga mía recibió un diagnóstico grave de cáncer. Después de decirle que rezaría por ella, mencioné que el Santuario de Lourdes cuenta con una cámara web las 24 horas, en la famosa gruta donde los católicos creen que se apareció la Virgen María en 1858.

Ella me envió un correo días después en el que me contó que “visitar” la gruta a través de internet le había ayudado en sus oraciones, y que le había traído paz. Este es el tipo de “verdadera devoción” que el Vaticano tiene en mente, pese a lo que digan los medios.

El peor título provino de Slate, que suele ser cuidadoso. El papa Francisco no ofrece indulgencias “a cambio de seguidores en Twitter”. Él tiene suficientes seguidores, pero tal vez cambiaría unos cuantos de ellos por algunos periodistas que lean la nota correctamente.