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Por Alessia Di Bari

Nota del Editor: Alessia Di Bari es sexóloga y terapeuta de pareja y familia. Colabora regularmente en distintos medios de comunicación. Síguela en su cuenta de Twitter: @SexologaDiBari

(CNNMéxico) — ¿Será cierto que las fantasías sexuales son mejores cuando solo las recreamos en nuestra imaginación que cuando las llevamos a cabo? La respuesta es: depende. Algunas sí y otras no. Varía de persona a persona y de fantasía a fantasía.

Hay fantasías más “inocentes” que otras. Disfrazarme de colegiala puede ser una fantasía que no requiere tanta producción ni imaginación, no hay tanta expectativa puesta en ella, es un juego rápido. Es poco probable que se nos salga de control.

Si, por el contrario, mi fantasía involucra a más personas, como hacer un trío, sería importante ir paso a paso. De hecho, lo que he observado en consulta es que la persona que propone la fantasía generalmente es quien peor la pasa, mientras que el/la otro se deja enrolar por la fantasía y lo disfruta mucho más. La razón es muy sencilla: quien propone el juego espera determinadas formas, colores, sabores, olores. Tiene una secuencia clara y definida de qué quiere que pase momento a momento.

En cambio, para la persona que se aventura a probar la fantasía de alguien más, no tiene mayor expectativa al respecto, se deja llevar y, generalmente, termina sorprendiéndose y disfrutando mucho más que quien la propuso.

Mientras más detallada, más complicada de llevar a la realidad. Es fácil que un juego se nos salga de las manos, sobre todo porque no estamos acostumbrados a platicar acerca de estos temas y creemos que lo podemos manejar. Casi todos cometemos un error básico: no dejar las reglas del juego claras.

Si queremos que una fantasía funcione en la realidad, es importante establecer reglas claras y exhaustivas. Por ejemplo, en una ocasión un hombre que llegó a consulta me dijo: “Nunca pensé que me fuera a sentir así. No sé por qué lo hice, me da coraje sentirme traicionado cuando yo fui el que le dijo que lo hiciera. Ella lo disfrutó y eso me hace sentir muy mal, creo que en el fondo, esperaba que no le gustara”.

Ese tipo de sensaciones son comunes cuando una fantasía se nos sale de las manos. Es importante ir paso a paso para poder notar cómo me siento y si estoy cómodo(a) con el juego, pero sobre todo ser muy honestos con nosotros mismos y notar si realmente quiero llevar a cabo esa fantasía o la estoy usando para algo más, como, por ejemplo, ponerle una prueba (difícil de pasar) a mi pareja. Se vale parar en cualquier momento.

Las fantasías funcionan perfectamente en la imaginación porque yo soy quien la hace de director, productor, actor, fotógrafo, etc. Tengo el control absoluto de todo lo que está ocurriendo, nada puede salir diferente a como yo lo espero. Ese es el encanto de fantasear, no necesitas nada, excepto imaginación.

Llevarla a cabo es harina de otro costal. No es que una sea más placentera que otra, simplemente son distintas y si tenemos eso en mente, las podríamos disfrutar plenamente aún cuando no salieran exactamente como las habíamos imaginado. Se trata de estar abierto(a) a la propuesta del momento, de soltar las expectativas, disfrutar lo que está pasando y saber decir “no” cuando ya no nos esté gustando.

En la sexualidad es importante ir de menos a más. Si el tipo de fantasía que quieres realizar rompe completamente tus límites, es algo que te asusta pero se te antoja y quieres aventurarte, empieza por una cosa a la vez.

Por ejemplo, a mis pacientes siempre les pongo el mismo ejemplo, pero siento que es muy ilustrativo. Si quieres hacer un trío y tu pareja ya aceptó, no se vayan directo y sin escalas; empieza metiendo un vibrador al juego de pareja y nota cómo te sientes o invita a una muñeca inflable y prueben. Si alguno de los dos se pone celoso, se siente intimidado, la pasa mal, le dan ganas de írsele a golpes a la muñeca, llevar a cabo la fantasía del trío les puede perjudicar más de lo que los puede beneficiar. Probablemente todavía no estén listos para cruzar esa barrera sexual, no te fuerces, ya llegará el momento.

Se vale pedir ayuda de un profesional, ya sea porque quieras experimentar cosas nuevas con tu pareja o porque la experimentación no haya salido del todo bien, puedes aprender y usar la experiencia a tu favor. Déjate llevar y echa a volar la imaginación, disfruta del viaje y olvídate del destino.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Alessia Di Bari.

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