Por Kelly Wallace, CNN
Nota del editor: Kelly Wallace es corresponsal digital y editora de CNN, trata sobre temas de familia, carrera y vida. Tiene dos hijas y vive en Manhattan.
(CNN) — La carta abierta que la cantante irlandesa, Sinead O’Connor, dirigió a Miley Cyrus, en la que urgió a la joven de 20 años a no permitir que el mundo de la música “la prostituya” ciertamente llamó nuestra atención.
Parece que también llamó la atención de Cyrus, porque la exestrella de Disney, quien últimamente ha dominado los titulares después de su controvertido twerking en un programa de premios y de su desnudo en un video musical, respondió en Twitter.
En un tuit, comparó a O’Connor con la atormentada estrella, Amanda Bynes, e incluyó una secuencia de mensajes anteriores de O’Connor en los que escribía sobre su lucha con ciertos trastornos mentales y sobre buscar ayuda.
O’Connor contraatacó y amenazó con proceder legalmente contra Cyrus si no eliminaba la secuencia de mensajes; la acusó de burlarse de la gente que tiene problemas de salud mental y le preguntó quién la estaba dirigiendo.
“¿Quién te está aconsejando?”, escribió O’Connor en su página de Facebook. “Porque enfrentarte conmigo es aún más estúpido que comportarte como una prostituta y llamarlo feminismo”.
Más allá del pleito público entre O’Connor y Cyrus, queríamos saber lo que las mujeres de todo Estados Unidos piensan acerca del mensaje directo que O’Connor envió a Cyrus y si tal vez tendría impacto en el diálogo más amplio que se entabla sobre la forma en la que se sexualiza a nuestras niñas a una edad cada vez más tierna.
En conversaciones e intercambios en Twitter y Facebook hemos escuchado principalmente la opinión de algunas mujeres que aplaudieron a O’Connor, aunque algunas pensaron que se había equivocado. También encontramos un acuerdo generalizado en que es necesario hacer mucho más para combatir la sexualización temprana que se ha vuelto una de las principales preocupaciones de los padres en la actualidad.
Gloria Feldt, escritora exitosa y líder feminista, dijo que su primera reacción fue quedar perpleja porque O’Connor se tomara el tiempo de comunicarse y dar consejos.
“Ciertamente no ha sido el ejemplo perfecto, pero a veces esa es la forma en la que aprendes; en ciertos aspectos no hay mejor consejo que el de quien ha pasado por esa situación”, dijo Feldt, cofundadora y presidente de una organización dedicada a desarrollar y animar a las mujeres líderes llamada Take the Lead.
Melissa Atkins Wardy, cofundadora de un nuevo grupo de activistas que se concentra en la representación de las niñas en los medios, llamado Brave Girls Alliance, cree que la carta de O’Connor “era realmente necesaria”.
“No creo que Miley tenga en su equipo personas que la guíen por el camino que más le convenga”, dijo Atkins Wardy, cuyo libro Redefining Girly: How Parents Can Fight the Stereotyping and Sexualizing of Girlhood, Birth to Tween se publicará en enero.
“No puede ser Hannah Montana para siempre, pero también… ¿acaso el artista tiene responsabilidades ante sus fans? Creo que eso es más o menos lo que Sinead decía, que si te prostituyes para el mundo de la música, simplemente te comerán y te escupirán y luego tomarán a la siguiente chica recién llegada que es cinco años más joven que tú y que está dispuesta a llegar más lejos que tú”, dijo.
Por otro lado, algunas personas pensaron que O’Connor había actuado de forma incorrecta. “Odio cuando las mujeres les dicen a otras mujeres: ‘No dejes que nadie te diga qué hacer’ para decirles qué hacer”, se leía en un tuit.
“Claro que Sinead tiene derecho a opinar, pero, por lo que he leído sobre lo que Miley piensa de las cosas, creo que tiene el control de lo que hará, de lo que no y por qué”, escribió otro lector en la página de Facebook de CNN. “Está en el negocio del entretenimiento. Hacer las cosas como siempre no hará que te des a notar y es más seguro que eso acabe con una carrera que el hacer enfurecer a la gente”.
Las feministas como Erin Matson, editora del sitio RH Reality Check —una publicación diaria que se concentra en la salud reproductiva y sexual y en temas de justicia—, cree que O’Connor “perdió de vista lo importante”.
“Había una muy buena razón para escribirle una carta abierta a Miley Cyrus sobre lo que está haciendo, pero el problema no es que Miley tenga que ponerse un poco de ropa. El problema es que se está involucrando en este juego de poder racial”, dijo Matson.
Matson dijo que Cyrus está confiando en los estereotipos raciales y en la apropiación racial y se refirió a su baile con ositos de peluche color café, al twerking y a que dijo que quería hacer música que “sonara a música negra”.
En cuanto al tema de la hipersexualización de las mujeres en el mundo de la música y en el del entretenimiento en general, Matson dijo que la gente que está tras bambalinas es la responsable, no los artistas como Cyrus.
“Pongamos atención a los productores, a los anunciantes, a la televisión musical, a toda esa gente que está a cargo y que en su mayoría son hombres”, dijo Matson. “Parece terriblemente extraño señalar a unas pocas mujeres que tienen poder en el mundo del entretenimiento y decir que ellas son el problema, cuando la gente que controla los recursos económicos es el problema”.
Feldt dijo que ha escuchado el debate de “son los medios, no Miley”, pero que está en desacuerdo hasta cierto punto. Ella cree que Miley tiene algo qué ver.
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