(CNN) — Quizá al conducir el programa Saturday Night Live este sábado, Miley Cyrus se rió la última.
La estrella de pop de 20 años eclipsó a muchas figuras en las semanas después de su rutina lujuriosa que incluyó el twerking con osos de peluche junto al cantante Robin Thicke en los MTV Video Music Awards 2013 (VMA, por sus siglas en inglés) el pasado 25 de agosto.
No había ninguna posibilidad de que Saturday Night Live no fuera a abordar la ola de reacciones posteriores a la actuación de Miley, y la serie de comedia atacó inteligentemente el tema desde el frío inicio.
Kenan Thompson actuó como un viejo sabio en el año 2045 y recordó lo que llevó a Estados Unidos a un apocalíptico estado de destrucción.
“La mayoría creyó que fue el cierre gubernamental. Otros responsabilizaron al plan de salud Obamacare. Pero yo recuerdo el día exacto en que Estados Unidos se acabó: fueron los MTV Video Music Awards 2013,” dijo Thompson.
Cyrus estuvo en la broma desde el principio. La cámara la enfocó mientras la ‘vieja Miley’ (interpretada por Vanessa Bayer) le pedía no subir al escenario. (“Creo que estoy alucinando”, dijo Cyrus en tono de broma. “Debí haber fumado muchos cigarros”).
La ‘vieja Miley’ estaba ahí para advertirle que la rutina de los VMA “quizás sea muy controversial” y explicarle todas las posibilidades: que su vestimenta quizá la llevaría a prisión, acerca de sacar la lengua (“Estoy teniendo pequeños infartos”, explicó Cyrus) y por el uso de animales de peluche (Una de las botargas lloró antes de salir al escenario: “¡No deberíamos de hacer esto, esto es para niños!”)
Pero al final, Cyrus le dijo a su antigua personalidad que si bien sabe que los niños la ven como un modelo a seguir, ella también está creciendo.
“Solo tengo 20 años, necesito libertad para crecer y cometer errores”, dijo. “Y no importa lo que pase, prometo que siempre me mantendré congruente con Miley Cyrus”.
Pero no esperes que se sienta igual acerca de su antiguo papel como Hannah Montana, el personaje de su serie en Disney.
En su monólogo de apertura, Miley dijo: “No pediré perdón por mi actuación en los VMAs. Si le debo una disculpa a alguien, es a las personas que hacen la mitad inferior de las camisas. Hay pocos temas de los que no voy a hablar esta noche: No haré mi papel de Hannah Montana, pero les puedo dar una noticia: ella ha muerto”.
Y así empezó un episodio lleno de Miley en SNL. Apareció en la mayoría de los cortos cómicos de la noche y cantó dos de sus éxitos: We Can’t Stop y Wrecking Ball. Si bien Miley se robó los encabezados por los videos musicales de ambas canciones, así como su vestuario mientras interpretó los temas, en SNL Cyrus posó con dos conjuntos de buen gusto que se centraron menos en sus movimientos de baile y más en su voz.
La cantante también hizo imitaciones de algunos rostros famosos, como Scarlett Johansson y Hillary Clinton, pero la favorita de la noche fue su personificación de la congresista Michele Bachmann, con una parodia de su video musical We Can’t Stop, We Did Stop (The Government).
Con Taran Killam como John Boehner, en una ajustada camisa blanca y unos leggins del mismo color, la parodia fue uno de los mejores sketches de la noche.
Una muestra de las letras: “A mis trabajadores del gobierno con licencia, a pesar de que ya les pagan poco: recuerden que solo Dios nos puede juzgar, olviden a los que odian, porque alguien nos eligió”.
En general, el episodio fue suave, liviano en cuanto desnudez y sin mucho twerking.
“Hey, miren eso”, tuiteó Mike Ryan, del Huffington Post. “Miley Cyrus actuó como una versión exagerada de ella y fue muy buena”.
Para The Hollywood Reporter, el episodio de Cyrus brilló más que el de la semana pasada con la veterana Tina Fey.
Kirstie Alley también la elogió.
¿Por qué Cyrus no incorporó el paso de baile que ha sido el centro de un encendido debate mundial?
Bueno, “creía que el twerking era cool”, explicó Cyrus durante su monólogo. “Pero ahora que la gente blanca lo está haciendo, no mola tanto”.